El último poema que Jara pudo escribir en el Estadio de Chile, donde estuvo detenido con 5.000 presos más, la mayoría de ellos asesinados en los días siguientes, hablaba del verdadero rostro del fascismo:
En este mismo poema, Jara recordaba también la muerte del presidente Allende:Un muerto, un golpeado como jamás creí
Se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores
Uno saltando al vacío,
Otro golpeándose la cabeza contra el muro,
Pero todos con la mirada fija de la muerte.
¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Somos diez mil manos menos
Que no producen
¿Cuántos somos en toda la Patria?
La sangre del compañero Presidente
Golpea más fuerte que bombas y metrallas
Así golpeará nuestro puño nuevamente.
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