Thursday, January 31, 2013

Ley DE Medios en Argentina

Por qué la Ley de Medios de Argentina es referencia fundamental para América Latina

Alainet


I – Introducción

El actual proceso de transformaciones políticas, socioeconómicas y culturales en América Latina tiene, en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual de la Argentina, uno de sus marcos más significativos. Por primera vez en la historia de la región, un país formula, aprueba y hace cumplir una legislación que protege y valoriza la diversidad informativa y cultural, a través de un marco regulatorio democráticamente discutido e instituido.

Nuestro objetivo, en el presente artículo, es poner en evidencia la importancia de la legislación argentina como fuente de inspiración de medidas antimonopólicas al alcance de los demás gobiernos progresistas latinoamericanos, en sintonía con la agenda de reivindicaciones de entidades y movimientos sociales que defienden la comunicación como derecho humano.

Lo que parecía ser un ideal distante, casi impracticable, se convirtió en una certeza que comenzó a esparcirse por el continente. Se trata de un proceso que hace converger las voluntades transformadoras de los estados con la de amplios segmentos de la sociedad civil.

La nueva ley trajo el convencimiento de que es viable el conocido dicho “otra comunicación es posible”, descentralizada y plural, conquistada de forma equilibrada y participativa.

El texto que se presenta a continuación está dividido en dos partes. En la primera se focaliza en el cuadro de concentración de medios de América Latina y sus implicancias, con el propósito de situar en un contexto adverso que llevó a gobiernos progresistas a intervenir, con diversa intensidad según cada país, en los sistemas de difusión.

En la segunda parte, se aborda la correspondencia entre las disposiciones de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y las aspiraciones sociales en torno a una comunicación más democrática. Se apuntan medidas, reclamadas o en preparación en otros países, que se materializan, pioneramente, en la legislación argentina, lo que la transforma en una referencia obligatoria.

II – El escenario que debe cambiar

Para evaluar la pertinencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual como instrumento de reestructuración de los sectores de la información y la cultura en moldes mas pluralistas, es esencial explicitar el intrincado escenario mediático de América Latina.

La últimas décadas acentuaron la concentración de medios latinoamericanos en un puñado de megagrupos. Ese modelo de concentración prosperó en medio de la convergencia de los sistemas, redes y plataformas de producción, transmisión y recepción de datos, imágenes y sonidos. La digitalización extendió y extiende el acceso a las tecnologías a franjas más amplias de la sociedad –aunque de manera bastante desigual- e impulsa el crecimiento de la oferta de productos y servicios en diferentes plataformas, redes, canales y soportes digitales, sobre el control estricto de grupos nacionales y trasnacionales. Los focos de las políticas de comercialización se expanden ininterrumpidamente de los mercados consumidores, disminuyendo los costos industriales y produciendo enormes ganancias en productividad a través de las economías de escala.

La expansión de las industrias de medios en América Latina se vincula históricamente a intereses privados y trasnacionales, favorecidos por la fragilidad de los mecanismos de regulación y control de los flujos audiovisuales y del capital que cruzan fronteras por satélites y redes infoelectrónicas. La baja inversión de los gobiernos en tecnología y producción cultural, las políticas públicas inconsistentes o inexistentes y la inercia regulatoria apartaron al Estado del protagonismo en las áreas de la información, el entretenimiento y las telecomunicaciones.

Las desregulaciones y privatizaciones neoliberales durante los años 1980 y 1990 favorecieron la acumulación de la propiedad, de los medios y las tecnologías, permitiendo la constitución de verdaderos latifundios mediáticos, que exploran simultáneamente las cadenas de producción, distribución, circulación y consumo de datos, sonidos e imágenes, en busca de dividendos competitivos y lucros acelerados (Moraes, 2011: 33-34).

En la escalada de la internacionalización, corporaciones trasnacionales como News Corporation, Viacom, Time Warner, Disney, Bertelsmann, Sony y Prisa adquirieron activos de medios y/o establecieron acuerdos con grupos multimediáticos regionales, ampliando exponencialmente sus actuaciones multisectoriales en los mercados para sus productos y servicios. El resultado no podría ser diferente: 85,5% de las importaciones audiovisuales de América Latina provienen de los Estados Unidos. Mensualmente, 150 mil horas de films, series y eventos deportivos norteamericanos son presentados en las emisoras de televisión de nuestro continente (Moraes, 2006:46).

Para los cuatro mayores conglomerados latinoamericanos –Globo de Brasil; Televisa de México; Cisneros de Venezuela y Clarín de Argentina-, estas asociaciones representan la posibilidad de entrecruzar negocios y establecer alianzas con los actores de mayor peso del plano internacional, que les ofrecen lógicas sólidas, financiamiento e inserción en el mercado (Bustamante, 2009: 79-80).

Globo, Televisa, Cisneros y Clarín retienen el 60% de la facturación total de los mercados y de las audiencias, distribuidos de la siguiente manera: Clarín controla el 31% de la circulación de los diarios, el 40,5% de la TV abierta y el 23,2% de la TV de pago; Globo responde por el 16,2% de los medios impresos, 56% de la TV abierta y el 44% de la TV de pago; Televisa y TV Azteca forman un duopolio, acumulando el 69% y el 31,37% de la TV abierta, respectivamente. Brasil, México y Argentina reúnen más de la mitad de los diarios y emisoras de radio y televisión y el 75% de las salas de cine de la región.

Entre los impactos más graves de la concentración mediática en América Latina se puede apuntar: las políticas de precios depredatoria destinadas a eliminar o a restringir severamente la concurrencia, los controles oligopólicos sobre la producción, distribución y difusión de contenidos; y la acumulación de patentes y derechos de propiedad intelectual por parte de los grupos empresariales. Hay también el riesgo de unificación de las líneas editoriales y de predominio de las ambiciones empresarias por encima de los intereses del conjunto de la sociedad. Las conveniencias corporativas se basan frecuentemente en estrategias de maximización de la ganancia, sin prestar mayor atención a la formación educativa y cultural de la audiencia y, menos aún, a los valores y sentidos de pertenencia que conforman las identidades nacionales y regionales.

III- La Ley que impulsó “otra comunicación es posible”

En los últimos años, gobiernos electos con el compromiso de revertir desigualdades e injusticias sociales –agravadas por la sumisión de sus antecesores a los dictámenes del neoliberalismo-, incluían la democratización de la comunicación entre sus prioridades.

Entre estos gobiernos existe un consenso acerca de que es indispensable la participación del poder público en los sistemas de información y difusión cultural, a partir de entender lo que las cuestiones comunicacionales dicen respecto a los intereses colectivos. No pueden limitarse a las voluntades particulares o a los cálculos corporativos, pues incluyen múltiples puntos de vista existentes en la sociedad.

La acción regulatoria del Estado debe velar por el equilibrio entre lo que debe ser público y lo que debe ser privado, inclusive explicando a la población que las empresas de radio y televisión no son las propietarias de las frecuencias, sino que apenas son concesionarias de un servicio público con plazos establecidos por la ley, pudiendo ser estos renovados, o no.

Un hecho alentador es la concreción de alguna de estas premisas en políticas públicas de comunicación, incluyendo medidas para deshacer los monopolios de las empresas de radiodifusión; apoyar medios alternativos y comunitarios; incentivar la producción audiovisual independiente, garantizar mayor ecuanimidad en los accesos al conocimiento de las tecnologías y promover la generación y distribución de contenidos regionales y locales sin fines comerciales.

La Ley de Comunicación Audiovisual de la Argentina se proyecta como un instrumento innovador de regulación, fiscalización, fomento y diversificación de las actividades informativas y culturales. Los cambios introducidos por la normativa tienen como supuesto el entender a la comunicación como derecho humano y no como mero negocio. Los principios antimonopólicos tienden a garantizar la pluralidad de voces y la horizontalidad informativa, fijando un marco regulatorio completo para la comunicación mediática, incluyendo la convergencia digital entre la TV de cable, la telefonía y la Internet en un régimen que otorga licencias en condiciones equitativas y no discriminatorias.

Son varios los puntos de identificación entre la legislación argentina y los anhelos de los organismos y movimientos sociales que reivindican una comunicación democrática en América Latina. El primer ítem a destacar es la metodología adoptada por la presidenta Cristina Kirchner para la definición del anteproyecto de ley. Las consultas públicas a los sectores representativos de la sociedad civil consagrando un proceso democrático de diálogo, consulta y negociación ético-político entre los actores involucrados. La propia Cristina presidió reuniones en la Casa Rosada con empresarios, líderes sindicales y estudiantiles, propietarios de empresas de comunicación, productores independientes, rectores de universidades, directores y profesores de facultades de comunicación, líderes de iglesia y de asociaciones de radios y televisoras comunitarias; para presentar ideas y recibir sugerencias. Sin contar el sinnúmero de debates sobre la Ley promovidos en todo el país por la Coalición por una Radiodifusión Democrática (integrada por sindicatos, asociaciones profesionales, universidades, emisoras comunitarias y movimientos de derechos humanos).

Al aceptar gran parte de los 21 Puntos defendidos por la Coalición, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se tornó expresión de una voluntad social más amplia que la exclusiva visión del gobierno que la propuso y que después la sancionó. La incorporación de las propuestas de la Coalición fue reconocida –a través de una carta a la presidenta Cristina Kirchner– por entidades que actúan a favor de la democratización de la comunicación en América Latina como lo son la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER); la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC); la Organización Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (OCLACC) y la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI). (1)

La Ley de Medios recogió una reivindicación consensuada por la mayoría de los países latinoamericanos, al definir, en condiciones equitativas, tres tipos de prestadores de servicios de radiodifusión para la concesión pública: de gestión estatal (medios públicos); de gestión privada con fines de lucro y de gestión privada sin fines de lucro (organizaciones no gubernamentales; entidades sociales y comunitarias; sindicatos; fundaciones). Este punto es decisivo para revertir el predominio del sector privado comercial en el sistema de medios, pues establece equidad en términos de acceso, participación, prerrogativas y representatividad entre las tres instancias mencionadas. La pertinencia de esta y otras determinaciones de la ley fue reasaltada por la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), que reúne a 3.000 asociados en 110 países (18 de ellos en América Latina y el Caribe):

Uno de los notables aspectos es el establecimiento de diversas y efectivas medidas para limitar e impedir la concentración indebida de medios. Entre ellas, los límites a la cantidad de licencias que puede tener una misma persona o empresa (a nivel nacional o en una misma área de cobertura) y los límites a la propiedad cruzada de medios, en consonancia con las mejores prácticas internacionales. Con el objetivo de promover la diversidad de contenidos nacionales y locales, la nueva legislación argentina recoge antecedentes de países europeos y también americanos al incluir exigencias mínimas de producción nacional, local y propia, bien como condiciones para la formación de redes de emisoras, para limitar la centralización y la uniformización de la programación de unos pocos grupos empresariales de capital federal en todo el país. Otro aspecto a destacar es el reconocimiento expreso de tres sectores: estatal, comercial y sin fines de lucro, garantizando la participación de las entidades privadas sin fines de lucro, al reservar para ellas el 33% del espectro radioeléctrico. (2)

La influencia inmediata de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual puede ser comprobada a partir de ver propuestas semejantes en los proyectos de los gobiernos del Ecuador y del Uruguay. En ambos casos, la revisión de la propia radiodifusión se inspira, de alguna manera, en la legislación argentina, inclusive con la metodología de consultas a la sociedad civil como para la formulación de los respectivos anteproyectos.

El Gobierno de Venezuela viene modificando los criterios y las prioridades legales para la concesión de licencias de radio y televisión. El objetivo es reequilibrar la radiodifusión entre los sectores estatal, privado y social, tomando como base la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. El ex Ministro venezolano de Comunicación e Información, Andrés Izarra, “... en la Argentina la legislación es más avanzada que la de Venezuela: un tercio del espacio radioeléctrico va para las comunidades organizadas, para las organizaciones no gubernamentales”. Y agrega:

La Ley argentina da legitimidad al reclamo de uso del espacio radioeléctrico por parte de los medios alternativos. Creo que eso va a ser muy positivo para la Argentina, porque pone al país en sintonía con estos tiempos. El espacio ya no es apenas de la oligarquía ni del sector privado, se está democratizando. Es un factor común para todos nuestros procesos. Aparecen nuevos actores que antes ni soñaban con estar en la comunicación. (3)

Asimismo, en Brasil, donde prácticamente nada fue hecho durante los ocho años del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y los dos iniciales de Dilma Rouseff para modificar la anacrónica legislación de medios, la ley argentina constituye una referencia indiscutible con vistas a cambios en la radiodifusión. Eso puede ser constatado por la similaridad observada en muchas propuestas aprobadas en la Conferencia Nacional de Comunicación de 2009 y hasta hoy no efectivizadas por el gobierno federal. En el manifiesto en defensa de la democratización de la comunicación, divulgado el 2 de abril de 2011, entidades nacionales, entre ellas la Central Única de Trabajadores, la Federación Nacional de Periodistas, el Foro Nacional por la Democratización de la Comunicación, el Movimiento Nacional de Derechos Humanos y AMARC-Brasil, mencionan explícitamente la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: “Sigamos los ejemplos de experiencias victoriosas de movilización por la reforma del sistema de medios en América del Sur, como ocurrió en la Argentina, donde la sociedad organizada consiguió ser un actor decisivo en la propuesta de reformar la legislación”.(4)

Por lo expuesto, concluimos que la ley de comunicación audiovisual de la Argentina es la prueba de la viabilidad de un marco regulatorio avanzado: “tanto por el contenido democrático que expresa, como por el proceso de consulta popular que orientó su elaboración”, como declaró el relator de la Comisión de Libertad de Opinión y Expresión de la Organización de Naciones Unidas, Frank La Rue.(5) Además de leyes que impidan prácticas monopólicas, la reconfiguración de los sistemas de comunicación en América Latina depende de políticas públicas consistentes, debatidas y formuladas en sintonía con las demandas de la sociedad civil; tanto se trate de instrumentos legales como de la determinación para llevar a la práctica las medidas de descentralización de los medios. No basta con tener principios democráticos generales, sino haber tomado la decisión institucional de hacer valer las normas, regulaciones y los procedimientos que garantizan su aplicación.

En ese sentido, es conveniente que los gobiernos de los países vecinos avalen el trabajo que lleva adelante la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Organismo Público creado por la nueva legislación argentina y con incumbencia para fiscalizar el cumplimiento de sus deliberaciones y fomentar la producción cultural comunitaria e independiente.

Finalmente, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual expone, de manera paradigmática, las exigencias ineludibles de la voluntad política de los gobernantes y del respaldo popular que se necesitan para llevar adelante estos cambios, dado las sistemáticas campañas opositoras de los medios y de las elites conservadoras. Las corporaciones resisten y resistirán someterse a las restricciones legales que afectan privilegios conquistados en décadas de complicidad con sucesivos gobiernos. Eso explica las medidas cautelares que el grupo argentino Clarín para intentar impedir la aplicación completa de la Ley de Medios. Lo que hace suponer que será preciso empeñar cada vez más fuerza en las batallas mediáticas, de forma de esclarecer a la opinión pública e impedir que prosperen argumentos generalmente falsos sobre las transformaciones realmente necesarias en el horizonte comunicacional.

Los avances en la Argentina ponen de relieve el papel regulador y activo que el Estado precisa desempeñar en la vida social, para lograr, dentro de las reglas de la democracia, legislaciones antimonopólicas, universalizar el acceso y la información e intentar detener la avasalladora concentración de los medios. Para América Latina como un todo, significa la oportunidad histórica de analizar y absorber lecciones de la Ley de servicios de Comunicación Audiovisual, en la búsqueda de legislaciones, que teniendo en cuenta las especificidades de cada país, resguarden y estimulen la diversidad informativa y cultural, a partir del reconocimiento de su esencia para poder profundizar la democracia. (Traducción de Mariana Baranchuk).

Denis de Moraes es doctor en Comunicación y Cultura por la Universidad Federal de Río de Janeiro y profesor e investigador de la Universidad Federal Fluminense, em Brasil. Autor, entre otros libros, de La cruzada de los medios en América Latina (Paidóis, 2011) y Mutacionos de lo visible: comunicación e procesos culturales en la era digital (Paidós, 2010).
El presente texto es parte de su artículo “La mirada desde América Latina” publicado en el libro Ley 26.522: hacia un nuevo paradigma en comunicación audiovisual, coordinado por Mariana Baranchuk y Javier Usé (Buenos Aires, Autoridad Federal de Servicios de Comunicacióbn Audiovisual/Universidad Nacional Lomas de Zamora, 2011).

NOTAS


(1) La carta enviada a Cristina Kirchner, el 23 de marzo de 2009, está disponible en: http://alainet.org/active/29629

(2) La nota da AMARC, divulgada el 13 de octubre de 2009, puede ser consultada en: http://www.mesadearticulacion.org/articulos/declaraciones/declaraciones-asociaciones/declaracion-de-amarc-alc-sobre-aprobacion-ley-de-medios-en-argentina

(3) Entrevista de Andrés Izarra a Mercedes López San Miguel “En Argentina la ley sobre los medios es más avanzada que en Venezuela”, 21 de noviembre de 2010, disponible en: http://www.alternativabolivariana.org/modules.php?name=News&file=print&sid=5603

(4) El manifiesto en favor de la democratización de la comunicación en el Brasil está disponible en: http://www.cut.org.br/acontece/20518/frente-parlamentar-pela-liberdade-de-expressao-e-o-direito-a-comunicacao-sera-lancada-dia-19

(5) Entrevista a Frank La Rue. Disponible en el site “Hablemos todos” http://www.argentina.ar/hablemostodos/

Fuente: http://alainet.org/active/61175

Tuesday, January 29, 2013

Los logros de Chávez y la revolución bolivariana




Mientras que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez lucha por salvar su vida en Cuba, la prensa de ambos lados del Atlántico no ha dejado de machacar a su gobierno. La importancia de su reciente victoria con 12% de ventaja delante de su competidor, aún no ha sido adecuadamente reconocida por los medios. Es importante destacar que Chávez ha ganado estando enfermo de cáncer, siendo crucificado por los medios de comunicación locales e internacionales.
Uno de los factores principales de la aplastante victoria de Chávez ha sido la reducción de la pobreza. Esto es posible porque el gobierno retomó el control de la empresa petrolera nacional PDVSA, utilizando los ingresos petroleros no para beneficio de una pequeña clase de rentistas, como ocurrió con los gobiernos anteriores, sino para construir infraestructuras que hacían falta e invertir en servicios sociales que se necesitaban con urgencia. Durante los últimos diez años, el gobierno ha aumentado el gasto social en un 60,6%, (772.000 millones de dólares).
La pobreza no se define únicamente por la falta de ingresos así como la salud no se define tampoco por la ausencia de enfermedad. Ambos están correlacionados y ambos tienen una naturaleza multifactorial, es decir, están determinados por un amplio conjunto de procesos sociales. Para evaluar los logros reales de la Revolución Bolivariana de Venezuela durante los últimos 13 años, es indispensable revisar algunos de los principales datos disponibles sobre los determinantes sociales de la salud y la pobreza como son la educación, la desigualdad, el empleo, los ingresos, la atención sanitaria, la seguridad alimentaria y los servicios y protección social.
Uno de determinantes sociales de la salud es la equidad, y Venezuela es hoy el país de la región con el nivel más bajo de desigualdad ( según el Coeficiente de Gini), habiendo reducido la desigualdad en un 54% y la pobreza en un 44%. La pobreza ha pasado del 70,8% (1996) al 21% (2010) y la pobreza extrema se redujo del 40% (1996) a un nivel tan bajo como el 7,3% (2010). Cerca de 20 millones de personas se han beneficiado de los programas contra la pobreza, las llamadas “Misiones”. Hasta el momento, 2,1 millones de personas mayores han recibido pensiones de vejez, es decir, el 66% de la población, mientras que antes del actual gobierno sólo 387.000 recibieron pensiones.
La educación, determinante clave de la salud y la pobreza, es donde el gobierno bolivariano ha puesto un especial énfasis, asignando a ella más del 6% del PIB. La UNESCO ha reconocido que Venezuela está libre de analfabetismo y que es el tercer país de la región cuya población en mayor medida lee. Desde la guardería hasta la universidad, la educación es gratuita: el 72% de los niños asisten a guarderías públicas, el 85% de los niños en edad escolar asisten a la escuela, y hay miles de escuelas nuevas o restauradas (entre las que se incluyen 10 nuevas universidades). El país es el segundo de América Latina y el quinto del mundo en tener proporcionalmente más estudiantes universitarios. De hecho, 1 de cada 3 venezolanos está inscrito en algún programa educativo. También es un gran logro que Venezuela esté ahora al nivel de Finlandia como el 5º país del mundo cuya población se siente más feliz.
Antes del gobierno de Chávez en 1998, el 21% de la población estaba desnutrida, ahora Venezuela tiene una red de distribución de alimentos subsidiados con tiendas de comestibles y supermercados. En 1980 se importaron el 90% de los alimentos, hoy el porcentaje es menor al 30%. Han entregado 454.238 créditos a productores rurales. Cinco millones de venezolanos reciben comida gratis, cuatro millones de los cuales son niños y niñas en las escuelas y 6.000 comedores alimentan a 900.000 personas. La reforma agraria y las políticas agrícolas han aumentado la oferta interna de alimentos. El resultado de todas esas medidas de seguridad alimentaria es que la desnutrición es hoy tan sólo de un 5%, y que la desnutrición infantil, que alcanzó el 7,7% en 1990, hoy es del 2,9%. Se mire como se mire, se trata de logros sociales de enorme trascendencia para la salud de la población.
En cuanto la salud pública, algunos de los datos más importantes son:
* La mortalidad infantil se redujo de 25 por 1.000 (1990) a sólo 13 por 1.000 (2010);
* El 96% de la población tiene acceso ahora a agua limpia;
* En 1998, había 18 médicos por 10.000 habitantes, hoy hay 58
* Los gobiernos anteriores construyeron 5.081 clínicas a lo largo de cuatro décadas, mientras que en tan sólo 13 años el Gobierno Bolivariano construyó 13.721 (aumento del 169,6%);
* Barrio Adentro, el programa de atención primaria que recibe la ayuda de más de 8.300 médicos cubanos, con sus 7.000 clínicas, ha salvado aproximadamente 1,4 millones de vidas;
* En el 2011, 67.000 venezolanos recibieron medicamentos gratuitos de alto costo para tratar 139 patologías como el cáncer, la hepatitis, la osteoporosis, la esquizofrenia; hoy hay 34 centros de tratamiento de adicciones;
* En 6 años, 19.840 personas sin hogar han sido atendidas con un programa especial, y prácticamente no hay niños que vivan en las calles;
* Venezuela tiene ahora la mayor unidad de cuidados intensivos de la región;
* Una red de farmacias públicas vende medicamentos subsidiados en 127 tiendas, realizando ahorros entre el 34-40%;
51.000 personas han recibido tratamiento especializado para la visión en Cuba, y el programa de atención oftalmológica “Misión Milagro” ha devuelto la vista a 1,5 millones de venezolanos.
Un ejemplo de cómo el gobierno ha tratado de responder de la mejor manera posible a las necesidades reales de las personas es la situación que se produjo en 2011, cuando las fuertes lluvias tropicales dejaron a 100.000 personas sin hogar. La población fue inmediatamente protegida en forma temporal en todo tipo de edificios públicos y en sólo un año y medio el gobierno construyó 250.000 viviendas. El gobierno obviamente no ha erradicado todos los males sociales, pero sus habitantes se dan cuenta de que, a pesar de las deficiencias y errores cometidos, el gobierno está a su lado.
La intensa participación política de la democracia venezolana, incluye 30.000 consejos comunales que determinan las necesidades sociales locales, permitiendo que las personas sean los verdaderos protagonistas de los cambios que reclaman.
La economía venezolana tiene una baja deuda, y reservas de petróleo y de ahorro muy elevadas; sin embargo, los economistas occidentales opuestos al presidente Chávez repiten hasta la saciedad que la economía venezolana no es “sostenible” y predicen su desaparición cuando los ingresos petroleros se acaben. Curiosamente, no lanzan esas nefastas predicciones sobre economías petroleras como Canadá o Arabia Saudita. Ignoran que la reserva petrolera de Venezuela (500 millones de barriles de petróleo) es la más grande del mundo y consideran que la inversión social de la renta petrolera, es una pérdida o un empeño inútil. Sin embargo, durante estos últimos 13 años, el gobierno bolivariano ha estado construyendo una infraestructura industrial y agrícola que 40 años de gobiernos anteriores habían olvidado, y su economía continua siendo fuerte incluso ante la crisis financiera global.
Un indicio de la creciente diversificación de la economía es que ahora el Estado obtiene casi tantos ingresos de la recaudación de impuestos como por la venta de petróleo, ya que ha reforzado su capacidad para la recaudación de impuestos y la redistribución de la riqueza. En tan sólo una década, el Estado obtuvo 251.694 millones de dólares en impuestos, es decir, más que sus ingresos anuales por el petróleo.
Entre los hitos económicos de estos últimos diez años cabe incluir la reducción del desempleo del 11,3% al 7,7%, la duplicación del número de personas que reciben beneficios del seguro social, la deuda pública se ha reducido del 20,7% al 14,3% del PIB, y el florecimiento de unas 50,000 cooperativas que han fortalecido a las economías locales endógenas. La economía venezolana ha crecido un 47,4% en diez años, es decir, un 4,3% anual. Muchos países europeos verán con envidia cifras como ésas. Algunos de los economistas que han estudiado detalladamente la economía venezolana señalan que: “Las predicciones de colapso económico, la balanza de pagos o la crisis de la deuda y otros pronósticos sombríos, así como muchas de las previsiones económicas realizadas, han demostrado ser erróneas… el actual crecimiento económico de Venezuela es sostenible y podría continuar al ritmo actual o incluso superior durante muchos años”.
Según el Global Finance y el CIA World Factbook, la economía venezolana presenta los siguientes indicadores: la tasa de desempleo es del 8%, la deuda pública del gobierno es el 45,5% del PIB ( la de la Unión Europea es del 82,5%), y existe un crecimiento real del PIB (el PIB per cápita es de 13.070 dólares). En el 2011, la economía venezolana desafió a la mayoría de pronósticos con un crecimiento del 4,2%, con un aumento del 5,6% en el primer semestre de 2012. La razón entre deuda y PIB se halla claramente por debajo de la de los EE.UU y el Reino Unido, y es más sólida que la de los países europeos; la tasa de inflación, endémico durante muchas décadas, ha caído en el último trimestre del 2012 a un mínimo del 13,7% . Incluso The Wall Street Journal ha señalado que el intercambio de acciones de Venezuela es con mucho la bolsa que mejores resultados tiene en el mundo (alcanzándose un máximo histórico en octubre de 2012), a la vez que los bonos de Venezuela se hallan entre los tienen mejores resultados en los mercados emergentes.
La victoria de Hugo Chávez ha tenido un impacto en todo el mundo. Es reconocido por haber liderado un cambio radical, no sólo en su propio país, sino en América Latina donde han sido elegidos gobiernos progresistas que han remodelado el orden global. Su victoria fue aún más significativa si se tiene en cuenta la enorme ayuda financiera y estratégica que las agencias de Estados Unidos y sus aliados ofrecieron a los partidos de la oposición y a los medios de comunicación. Desde 2002, Washington canalizó 100 millones de dólares a los grupos de oposición en Venezuela siendo distribuidos tan sólo en este año electoral entre 40 y 50 millones de dólares. Sin embargo, el pueblo venezolano pasó por alto el aluvión de propaganda desatada contra el Presidente por unos medios de comunicación que en un 95% son de propiedad privada y claramente anti-Chávez. La ola de cambio progresista en la región ha comenzado a construir la infraestructura para una Latinoamérica realmente soberana a través de organizaciones que permitan su integración política y económica como son el Banco del Sur, CELAC, ALBA, Petrosur, Petrocaribe, UNASUR, MERCOSUR y TELESUR. Estas están mostrando al resto del mundo que en el siglo XXI existen alternativas económicas y sociales. Siguiendo un modelo de desarrollo diferente al del capitalismo mundial y en fuerte contraste con Europa, los niveles de deuda en América Latina son bajos y siguen cayendo.
Los cambios en Venezuela no son abstractos. El gobierno del Presidente Chávez ha mejorado significativamente las condiciones reales de vida de los venezolanos que se han comprometido en un dinámico proceso de participación política. Este nuevo modelo de desarrollo socialista ha tenido un impacto espectacular en toda América Latina, incluyendo en los últimos tiempos a Colombia además de a gobiernos de centro-izquierda que ahora son mayoritarios en la región y que ven en Venezuela el catalizador que ha traído más democracia, soberanía nacional y progreso social y económico a la región. Ninguna retórica neoliberal, puede negar todos esos hechos. Eso es lo que enfurece a sus oponentes.. Un semanario “objetivo” y “empírico” como The Economist no dará a conocer estos datos, prefiere predecir una vez más el inminente colapso de la economía venezolana. Por su parte, en España, el periódico El País prefiere que Moisés Naim, Ministro de Hacienda del anterior gobierno y uno de los responsables directos del Caracazo (la masacre de 3.000 personas en Caracas que protestaban por las medidas de austeridad impuestas de 1989), siga escribiendo de forma obsesiva contra Chávez. Sin embargo, ninguno de ellos puede poner en duda que un Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidad del 2008 sitúa a Venezuela en el lugar número 61 de entre 179 países. Y esa es una razón más por la que la Revolución Bolivariana de Chávez sobrevivirá al líder socialista de Venezuela.
Carles Muntaner
Profesor de Enfermería, Salud Pública y Psiquiatría en la Universidad de Toronto
Joan Benach
Profesor de Salud Pública y Salud Laboral en la Universitat Pompeu Fabra, Barcelona
María Páez Victor
Socióloga venezolana, especializada en salud y medicina.
Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/6425/los-logros-de-hugo-chavez-y-la-revolucion-bolivariana/

Los logros de Chávez y la revolución bolivariana





Mientras que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez lucha por salvar su vida en Cuba, la prensa de ambos lados del Atlántico no ha dejado de machacar a su gobierno. La importancia de su reciente victoria con 12% de ventaja delante de su competidor, aún no ha sido adecuadamente reconocida por los medios. Es importante destacar que Chávez ha ganado estando enfermo de cáncer, siendo crucificado por los medios de comunicación locales e internacionales.
Uno de los factores principales de la aplastante victoria de Chávez ha sido la reducción de la pobreza. Esto es posible porque el gobierno retomó el control de la empresa petrolera nacional PDVSA, utilizando los ingresos petroleros no para beneficio de una pequeña clase de rentistas, como ocurrió con los gobiernos anteriores, sino para construir infraestructuras que hacían falta e invertir en servicios sociales que se necesitaban con urgencia. Durante los últimos diez años, el gobierno ha aumentado el gasto social en un 60,6%, (772.000 millones de dólares).
La pobreza no se define únicamente por la falta de ingresos así como la salud no se define tampoco por la ausencia de enfermedad. Ambos están correlacionados y ambos tienen una naturaleza multifactorial, es decir, están determinados por un amplio conjunto de procesos sociales. Para evaluar los logros reales de la Revolución Bolivariana de Venezuela durante los últimos 13 años, es indispensable revisar algunos de los principales datos disponibles sobre los determinantes sociales de la salud y la pobreza como son la educación, la desigualdad, el empleo, los ingresos, la atención sanitaria, la seguridad alimentaria y los servicios y protección social.
Uno de determinantes sociales de la salud es la equidad, y Venezuela es hoy el país de la región con el nivel más bajo de desigualdad ( según el Coeficiente de Gini), habiendo reducido la desigualdad en un 54% y la pobreza en un 44%. La pobreza ha pasado del 70,8% (1996) al 21% (2010) y la pobreza extrema se redujo del 40% (1996) a un nivel tan bajo como el 7,3% (2010). Cerca de 20 millones de personas se han beneficiado de los programas contra la pobreza, las llamadas “Misiones”. Hasta el momento, 2,1 millones de personas mayores han recibido pensiones de vejez, es decir, el 66% de la población, mientras que antes del actual gobierno sólo 387.000 recibieron pensiones.
La educación, determinante clave de la salud y la pobreza, es donde el gobierno bolivariano ha puesto un especial énfasis, asignando a ella más del 6% del PIB. La UNESCO ha reconocido que Venezuela está libre de analfabetismo y que es el tercer país de la región cuya población en mayor medida lee. Desde la guardería hasta la universidad, la educación es gratuita: el 72% de los niños asisten a guarderías públicas, el 85% de los niños en edad escolar asisten a la escuela, y hay miles de escuelas nuevas o restauradas (entre las que se incluyen 10 nuevas universidades). El país es el segundo de América Latina y el quinto del mundo en tener proporcionalmente más estudiantes universitarios. De hecho, 1 de cada 3 venezolanos está inscrito en algún programa educativo. También es un gran logro que Venezuela esté ahora al nivel de Finlandia como el 5º país del mundo cuya población se siente más feliz.
Antes del gobierno de Chávez en 1998, el 21% de la población estaba desnutrida, ahora Venezuela tiene una red de distribución de alimentos subsidiados con tiendas de comestibles y supermercados. En 1980 se importaron el 90% de los alimentos, hoy el porcentaje es menor al 30%. Han entregado 454.238 créditos a productores rurales. Cinco millones de venezolanos reciben comida gratis, cuatro millones de los cuales son niños y niñas en las escuelas y 6.000 comedores alimentan a 900.000 personas. La reforma agraria y las políticas agrícolas han aumentado la oferta interna de alimentos. El resultado de todas esas medidas de seguridad alimentaria es que la desnutrición es hoy tan sólo de un 5%, y que la desnutrición infantil, que alcanzó el 7,7% en 1990, hoy es del 2,9%. Se mire como se mire, se trata de logros sociales de enorme trascendencia para la salud de la población.
En cuanto la salud pública, algunos de los datos más importantes son:
* La mortalidad infantil se redujo de 25 por 1.000 (1990) a sólo 13 por 1.000 (2010);
* El 96% de la población tiene acceso ahora a agua limpia;
* En 1998, había 18 médicos por 10.000 habitantes, hoy hay 58
* Los gobiernos anteriores construyeron 5.081 clínicas a lo largo de cuatro décadas, mientras que en tan sólo 13 años el Gobierno Bolivariano construyó 13.721 (aumento del 169,6%);
* Barrio Adentro, el programa de atención primaria que recibe la ayuda de más de 8.300 médicos cubanos, con sus 7.000 clínicas, ha salvado aproximadamente 1,4 millones de vidas;
* En el 2011, 67.000 venezolanos recibieron medicamentos gratuitos de alto costo para tratar 139 patologías como el cáncer, la hepatitis, la osteoporosis, la esquizofrenia; hoy hay 34 centros de tratamiento de adicciones;
* En 6 años, 19.840 personas sin hogar han sido atendidas con un programa especial, y prácticamente no hay niños que vivan en las calles;
* Venezuela tiene ahora la mayor unidad de cuidados intensivos de la región;
* Una red de farmacias públicas vende medicamentos subsidiados en 127 tiendas, realizando ahorros entre el 34-40%;
51.000 personas han recibido tratamiento especializado para la visión en Cuba, y el programa de atención oftalmológica “Misión Milagro” ha devuelto la vista a 1,5 millones de venezolanos.
Un ejemplo de cómo el gobierno ha tratado de responder de la mejor manera posible a las necesidades reales de las personas es la situación que se produjo en 2011, cuando las fuertes lluvias tropicales dejaron a 100.000 personas sin hogar. La población fue inmediatamente protegida en forma temporal en todo tipo de edificios públicos y en sólo un año y medio el gobierno construyó 250.000 viviendas. El gobierno obviamente no ha erradicado todos los males sociales, pero sus habitantes se dan cuenta de que, a pesar de las deficiencias y errores cometidos, el gobierno está a su lado.
La intensa participación política de la democracia venezolana, incluye 30.000 consejos comunales que determinan las necesidades sociales locales, permitiendo que las personas sean los verdaderos protagonistas de los cambios que reclaman.
La economía venezolana tiene una baja deuda, y reservas de petróleo y de ahorro muy elevadas; sin embargo, los economistas occidentales opuestos al presidente Chávez repiten hasta la saciedad que la economía venezolana no es “sostenible” y predicen su desaparición cuando los ingresos petroleros se acaben. Curiosamente, no lanzan esas nefastas predicciones sobre economías petroleras como Canadá o Arabia Saudita. Ignoran que la reserva petrolera de Venezuela (500 millones de barriles de petróleo) es la más grande del mundo y consideran que la inversión social de la renta petrolera, es una pérdida o un empeño inútil. Sin embargo, durante estos últimos 13 años, el gobierno bolivariano ha estado construyendo una infraestructura industrial y agrícola que 40 años de gobiernos anteriores habían olvidado, y su economía continua siendo fuerte incluso ante la crisis financiera global.
Un indicio de la creciente diversificación de la economía es que ahora el Estado obtiene casi tantos ingresos de la recaudación de impuestos como por la venta de petróleo, ya que ha reforzado su capacidad para la recaudación de impuestos y la redistribución de la riqueza. En tan sólo una década, el Estado obtuvo 251.694 millones de dólares en impuestos, es decir, más que sus ingresos anuales por el petróleo.
Entre los hitos económicos de estos últimos diez años cabe incluir la reducción del desempleo del 11,3% al 7,7%, la duplicación del número de personas que reciben beneficios del seguro social, la deuda pública se ha reducido del 20,7% al 14,3% del PIB, y el florecimiento de unas 50,000 cooperativas que han fortalecido a las economías locales endógenas. La economía venezolana ha crecido un 47,4% en diez años, es decir, un 4,3% anual. Muchos países europeos verán con envidia cifras como ésas. Algunos de los economistas que han estudiado detalladamente la economía venezolana señalan que: “Las predicciones de colapso económico, la balanza de pagos o la crisis de la deuda y otros pronósticos sombríos, así como muchas de las previsiones económicas realizadas, han demostrado ser erróneas… el actual crecimiento económico de Venezuela es sostenible y podría continuar al ritmo actual o incluso superior durante muchos años”.
Según el Global Finance y el CIA World Factbook, la economía venezolana presenta los siguientes indicadores: la tasa de desempleo es del 8%, la deuda pública del gobierno es el 45,5% del PIB ( la de la Unión Europea es del 82,5%), y existe un crecimiento real del PIB (el PIB per cápita es de 13.070 dólares). En el 2011, la economía venezolana desafió a la mayoría de pronósticos con un crecimiento del 4,2%, con un aumento del 5,6% en el primer semestre de 2012. La razón entre deuda y PIB se halla claramente por debajo de la de los EE.UU y el Reino Unido, y es más sólida que la de los países europeos; la tasa de inflación, endémico durante muchas décadas, ha caído en el último trimestre del 2012 a un mínimo del 13,7% . Incluso The Wall Street Journal ha señalado que el intercambio de acciones de Venezuela es con mucho la bolsa que mejores resultados tiene en el mundo (alcanzándose un máximo histórico en octubre de 2012), a la vez que los bonos de Venezuela se hallan entre los tienen mejores resultados en los mercados emergentes.
La victoria de Hugo Chávez ha tenido un impacto en todo el mundo. Es reconocido por haber liderado un cambio radical, no sólo en su propio país, sino en América Latina donde han sido elegidos gobiernos progresistas que han remodelado el orden global. Su victoria fue aún más significativa si se tiene en cuenta la enorme ayuda financiera y estratégica que las agencias de Estados Unidos y sus aliados ofrecieron a los partidos de la oposición y a los medios de comunicación. Desde 2002, Washington canalizó 100 millones de dólares a los grupos de oposición en Venezuela siendo distribuidos tan sólo en este año electoral entre 40 y 50 millones de dólares. Sin embargo, el pueblo venezolano pasó por alto el aluvión de propaganda desatada contra el Presidente por unos medios de comunicación que en un 95% son de propiedad privada y claramente anti-Chávez. La ola de cambio progresista en la región ha comenzado a construir la infraestructura para una Latinoamérica realmente soberana a través de organizaciones que permitan su integración política y económica como son el Banco del Sur, CELAC, ALBA, Petrosur, Petrocaribe, UNASUR, MERCOSUR y TELESUR. Estas están mostrando al resto del mundo que en el siglo XXI existen alternativas económicas y sociales. Siguiendo un modelo de desarrollo diferente al del capitalismo mundial y en fuerte contraste con Europa, los niveles de deuda en América Latina son bajos y siguen cayendo.
Los cambios en Venezuela no son abstractos. El gobierno del Presidente Chávez ha mejorado significativamente las condiciones reales de vida de los venezolanos que se han comprometido en un dinámico proceso de participación política. Este nuevo modelo de desarrollo socialista ha tenido un impacto espectacular en toda América Latina, incluyendo en los últimos tiempos a Colombia además de a gobiernos de centro-izquierda que ahora son mayoritarios en la región y que ven en Venezuela el catalizador que ha traído más democracia, soberanía nacional y progreso social y económico a la región. Ninguna retórica neoliberal, puede negar todos esos hechos. Eso es lo que enfurece a sus oponentes.. Un semanario “objetivo” y “empírico” como The Economist no dará a conocer estos datos, prefiere predecir una vez más el inminente colapso de la economía venezolana. Por su parte, en España, el periódico El País prefiere que Moisés Naim, Ministro de Hacienda del anterior gobierno y uno de los responsables directos del Caracazo (la masacre de 3.000 personas en Caracas que protestaban por las medidas de austeridad impuestas de 1989), siga escribiendo de forma obsesiva contra Chávez. Sin embargo, ninguno de ellos puede poner en duda que un Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidad del 2008 sitúa a Venezuela en el lugar número 61 de entre 179 países. Y esa es una razón más por la que la Revolución Bolivariana de Chávez sobrevivirá al líder socialista de Venezuela.
Carles Muntaner
Profesor de Enfermería, Salud Pública y Psiquiatría en la Universidad de Toronto
Joan Benach
Profesor de Salud Pública y Salud Laboral en la Universitat Pompeu Fabra, Barcelona
María Páez Victor
Socióloga venezolana, especializada en salud y medicina.
Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/6425/los-logros-de-hugo-chavez-y-la-revolucion-bolivariana/