Monday, October 20, 2008

Mar de fondo en el frente agrario

La Confederación Rural vuelve a reivindicar a la Dictadura

Ezequiel Meler
Noticias del Sur

21-10-2008

La chispa la encendió, nuevamente, Néstor Roulet, vicepresidente de CRA (Confederación Rural Argentina), en la apertura de la “Expo Venado” que organizó la Sociedad Rural de Venado Tuerto. En declaraciones recogidas por La Capital, sostuvo:
“Mi maestra de Historia decía que tres instituciones hicieron grande la Argentina: la Iglesia, el Ejército y el campo. Ojalá que de nuevo activemos esto, porque con estas tres instituciones y el resto de la sociedad la Argentina tiene que ser realmente un país grande, como se merece, no un país chico como lo es ahora.” [1]
Además, Roulet apuntó a los legisladores:
“Les digo a todos los legisladores, que aquel que levante la mano para apoyar el presupuesto nacional tiene que ser considerado traidor a la patria” [2]
Por supuesto, declaraciones de semejante magnitud despertaron el inmediato repudio, no sólo de diferentes sectores sociales y políticos, sino de sus propios colegas en la Mesa de Enlace: los miembros de la “progresista” Federación Agraria Argentina.
En ese sentido, dirigentes venadienses como el peronista Julio Eggimann, el socialista Fabián Vernetti, así como el dirigente de FAA, Pedro Peretti, salieron a expresar su repudio a las declaraciones de Roulet, que calificaron de “disparatadas”, y que denunciaron como una “apología de la Dictadura”. [3]
También el actor Raúl Rizzo, actualmente trabajando en una producción teatral rosarina sobre la vida del caudillo Manuel Dorrego, se manifestó duramente:
“Si estas basuras están invocando a un Ejército que torturó embarazadas, hizo desaparecer personas y cometieron cualquier tipo de atropellos, a mí me van a encontrar del lado de su enemigo, y cuando digo eso lo digo en todas las instancias”, señaló Rizzo. [4]
Pese a los insistentes rumores de una ruptura en la Mesa de Enlace, debido a la escasa solidaridad sectorial de los “grandes” –la Sociedad Rural y CRA- respecto de los pequeños y medianos productores, rumores que corrieron con más fuerza a partir de las declaraciones de Roulet, esta opción fue descartada de plano por el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi. En declaraciones a Radio Dos de Rosario, Buzzi tomó distancia de Roulet, pero señaló que:
“Seguiremos actuando las cuatro entidades en conjunto para resolver los problemas del presente. Sería un disparate romperla”, afirmó Buzzi. [5]
La postura de la entidad había quedado asentada en un comunicado, en el que sus dirigentes sostuvieron:
“La FAA enfrentó las políticas neoliberales y concentradoras durante la última dictadura, y lo sigue haciendo hoy. Los pequeños y medianos productores, finalmente, nada tenemos que ver con la historia de sangre y saqueo que reivindicó Néstor Roulet durante la inauguración de Expo Venado 2008.” [6]
El propio Roulet, a la vista de que sus declaraciones no pasaron desapercibidas, salió a señalar que la frase en cuestión había sido “sacada de contexto”, ya que él se refería al Ejército de “Manuel Belgrano o San Martín”. Concluyó afirmando que no avalaba “ninguna historia de saqueo o de sangre” [7] .
No obstante, no es la primera vez que los dirigentes de CRA incurren en estos “errores”. Hace poco más de un año, el titular de CARBAP -la poderosa entidad ganadera que constituye el corazón de Confederaciones Rurales Argentinas-, Pedro Apaolaza, había pronunciado un encendido discurso reivindicando al fallecido represor Luis María Mendía, señalando al mismo tiempo que el gobierno estaba integrado por “delincuentes subversivos”, como Miguel Bonasso y Carlos Kunkel. [8]
Luis María Mendía fue responsable del Plan de Contrainsurgencia Terrorista de la Armada Argentina, y fue uno de los ideólogos del lanzamiento de prisioneros vivos al mar. No precisamente un militar “sanmartiniano”.
Lo cierto es que resulta positivo que ocurran estos sinceramientos. De este modo, nos vamos conociendo mejor.

[1] Véase La Capital, Rosario, 14/10/2008
[2] Ibídem.
[3] Véase La Capital, Rosario, 15/10/2008.
[4] Véase La Capital, Rosario, 16/10/2008.
[5] Véase La Capital, Rosario, 18/10/2008.
[6] Véase Crítica de la Argentina, 17/10/2008.
[7] Véase La Capital, Rosario, 18/10/2008.
[8] Véase Página 12, Buenos Aires, 17/05/08.

Redefinir la palabra “progreso”

Osvaldo Bayer
Página 12

12-10-2008


Es increíble cómo se silencia la vida de las pequeñas ciudades, de los pueblos, aquello que tiene un verdadero valor para la ética de la vida, para la belleza local, para la verdadera historia comarcal que, por su ejemplo, a pesar de ese silencio, siempre trascienden. Los medios, en su gran mayoría, dedican sus páginas a la crisis económica, a las internas políticas, a los cambios de entrenadores de fútbol y, ahora, si Riquelme o Caranta.
Para demostrar que existen cielos, que se habla del paisaje, que hay interés por la historia o que hay pocos pero existen que se ponen tristes o se desesperan por las estadísticas del hambre de nuestros niños nos meteremos en el corazón de la tierra.
Hoy hablaremos de un lugar bonaerense pura pampa. Lo que ocurrió podría pintarse en un cuadro con rostros de adolescentes riendo, aplaudiendo, entusiasmados. Es que lo que ocurrió en Rojas no ocurrió en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. ¿Autónoma de quién? Sí, vamos a decirlo en una sola línea: el Concejo Deliberante de Rojas aprobó por mayoría un proyecto por el cual se cambia el nombre de la calle Roca por el de Pueblos Originarios. Pero aquí viene lo sorprendente: al proyecto lo presentaron alumnos del colegio secundario de la ciudad. De la ciudad. Y los representantes municipales lo aprobaron por amplia mayoría. Con una conciencia y claridad que pueden notarse en las intervenciones de esos concejales. El anteproyecto fue elaborado por los alumnos y discutido con la ayuda de los profesores Liliana Barzaghi, Javier Membriani y Andrea Tamasi sobre la base del proyecto Identidad Latinoamericana que se propone “asumir la identidad de los medios de simbolización a través de los mecanismos democráticos de participación”.
Justamente eso así es iniciar el debate sobre nuestra historia para preguntarnos el porqué de tanta crueldad en nuestro devenir que culminó con el método represivo más sádico y perverso de la historia: la desaparición de personas y el robo de niños. Por ahí se comienza. Preguntarnos por qué glorificamos actos de tanta crueldad y cinismo como lo fue la Campaña del Desierto, que terminó con la muerte o la esclavitud de los pueblos originarios y el apoderarse de sus tierras. Los alumnos de la Escuela de Rojas, después de estudiar una profunda bibliografía y discutirla, llegaron a la conclusión, como dice su anteproyecto, de “que el general Julio Argentino Roca fue el principal actor de la llamada Campaña del Desierto, que significó uno de los momentos más bochornosos de nuestra historia nacional, por el etnocidio y el genodicio que se perpetró contra ‘nuestros hermanos los indios’ (como los llamó San Martín) al solo efecto de robarles sus tierras para otorgarlas a unos pocos propietarios” y que “en el término de veintisiete años, el Estado regalase o vendiese a precios irrisorios 41.787.023 hectáreas a 1843 terratenientes vinculados por lazos económicos y familiares a los diferentes gobiernos que se sucedieron en aquel período. De resultas de ello, cincuenta familias llegaron a ser propietarias de más de cuatro millones de hectáreas en la provincia de Buenos Aires. Por ley especial se premió al general Roca con 15.000 hectáreas que se agregaron a las 50.000 que ya se le habían otorgado” y que “la mencionada guerra de exterminio se llevó a cabo con una crueldad que repugna a todo sentimiento humanitario y que se hizo posible gracias al sentimiento de superioridad que nacía del enraizado racismo de toda una clase dirigente: por ello, y sin siquiera cuestionarse, llamaron desierto a un territorio ocupado por aborígenes, a quienes hoy la Constitución denomina pueblos preexistentes”. Y luego, el anteproyecto trae una frase de legítimo derecho: “que a la mirada de los niños y adolescentes no corresponde exponer a quien desempeñó un papel nefasto en la historia otorgándole el lugar que se reserva para los héroes y otros personajes dignos del respeto de los argentinos”.
El debate entre los concejales fue profundo y extenso. Votaron por la afirmativa los concejales María Baldoma, Lila Cohen, Alicia Ferrea y Carlos Blázquez (todo del Frente par la Victoria), Daniel Boyeras, Alejandra Sábato, Carlos Veliz y Juan Piqué (UCR), y Laura Onrubiam de la agrupación 26 de Octubre. En contra, Vicente Escorcia, y Alba Molina (26 de Octubre), Miguel Crespo (Frente para la Victoria). Estuvo ausente el vecinalista Luis Miguel Caso, que antes había señalado que votaría en contra.
En los argumentos de los que votaron en contra está demostrado el absoluto vacío de ideas y de defensa de la ética. Por ejemplo, el concejal Vicente Escorcia dijo: “Un cambio de nombre implica trastornos para quienes habitan en esa calle. Por eso, más allá de que considero que Roca fue un personaje nefasto de la historia, voto para que la calle continúe con el nombre que tiene”. Aquí se podría aducir que, con ese argumento, todas las ciudades alemanas deberían hoy mantener sus principales calles con el nombre de Hitler, para no causar “trastornos” a los vecinos. Elba Molina, que también votó en contra del cambio de nombre, adujo: “Cambiar el nombre de la calle no va a cambiar la historia, no va a eliminar las muertes, y por el contrario, creo que dejarlo nos va a recordar siempre la tragedia de los pueblos originarios”. Con ese criterio, nuestras calles tendrían que tener el nombre de Videla, Massera, Etchecolatz, Astiz, etc. Increíble el argumento de la señora concejal.
Y también el concejal Miguel Crespo repitió ese argumento que bien podría calificarse de oportunista. Dijo, textual: “Creo que dejándole el nombre a la calle Roca mucha gente se va a acordar de que este hombre fue un asesino, y siempre va a estar presente en ese carácter. Por eso voto para que no se le cambie el nombre”. En Rojas, la gente lo llama ahora al concejal Crespo con el apodo de “Pilatos Crespo”.
En cambio, los concejales que defendieron la eliminación del nombre de Roca trajeron copiosos datos históricos de cómo ese militar Roca restableció la esclavitud al anunciar el “reparto de indios”, más los fusilamientos y la quita de los niños a sus madres. Y, claro está, el indiscutible negociado del reparto de tierras entre los poderosos de la época.
La ciudad de Rojas nos ha dado el ejemplo. En nuestra “adelantada” ciudad de Buenos Aires, el macrismo rechazó en comisión el proyecto y hay hasta iniciativas soplonas de aprobar una suma de dinero para limpiar el monumento de Roca de la Diagonal Sur de todas las inscripciones de la sabiduría popular. Pero, por más que la limpien...
Y de lo de Rojas pasamos a otro hecho que dignifica a los encuentros populares y a sus búsquedas de una sociedad más profunda. Ocurrió en Los Toldos, también provincia de Buenos Aires, donde los mapuches hicieron un encuentro con el bello nombre de “Caminata por la defensa de todas las vidas”. La música típica de ellos acompañó al encuentro que llevaba como lema “El habla de la tierra, el agua, el viento y el fuego”. Las invitaciones fueron amplias: a los pequeños productores orgánicos, a ambientalistas, y a otros pueblos originarios. Participaron escuelas y jardines de infantes y abuelos mapuches entregaron a los niños plantines de flores y plantas medicinales, como signo de la diversidad biológica. También se plantó una cortina forestal como símbolo de detener las fumigaciones sobre los campos. Se leyó una página de Verónica Azpiroz Cleñan, donde describe lo que era esa región antes y lo que es ahora. Después detalló la tierra donde vivió su abuelo y lo que es ahora. Dijo: “Ayer fui al campo donde vivió mi abuelo. Encontré una tapera. El campo está sembrado de soja, la tierra ya no es negra. Es grisácea. No hay ya ni caballos. Ni vacas, ni lechones, ni plantas, ni huerta, ni flores, ni pájaros, ni mariposas, ni perdices, ni gaviotas, ni el cielo azul de mi infancia. Me quedé pensando. Está en el recuerdo vivo de nosotros, el modo de producción agraria sin lastimar la tierra, con una producción diversificada, en equilibrio con el ecosistema, con el espacio natural y respetando las fuerzas naturales que dan vida a todas las vidas. Los espacios territoriales han sido transgredidos, contaminados por la fumigación y así, ha sido fumigada nuestra salud, nuestro pensamiento y nuestra vida”. Luego señalará las virtudes de la medicina mapuche, con el uso de 250 hierbas medicinales. “El año pasado –señala– hemos recolectado cerca de 50 especies. Pudimos constatar que las pérdidas de las especies en menos de 30 años son abruptas, que el empobrecimiento de nuestra tierra es atroz por el uso de los agroquímicos.” Y la representante mapuche en su documento se pregunta “¿dónde está garantizado nuestro derecho a vivir y curarnos de acuerdo con nuestra cultura, si la ‘lógica chacarera’ y mezquina sigue peleando por retenciones pero nada dice sobre las enfermedades que nos causa el glifosato para que crezca la señora soja? Y nadie da cuenta de la pérdida de la biodiversidad. ¿Y de la muerte de más de 150 especies de plantas medicinales en menos de treinta años? ¿Por qué callamos sobre la muerte de la diversidad biológica gracias a la soja transgénica?”. Y luego, Verónica terminó con esta fuerte frase: “A la soja le digo fuera, fuera de nuestra tierra”.
Roca señaló que conquistaba esas tierras “para atraer al capital extranjero”. Los pueblos originarios –sus víctimas– defienden hoy las hierbas medicinales. Dos reacciones contra el ritmo impuesto por un sistema económico que hoy está aterrando al mundo entero. Habría que redefinir el sentido de la palabra “progreso”.

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-113155-2008-10-11.html

Tuesday, October 07, 2008

Todo lo que usted quiere saber sobre el origen de esta crisis pero teme no entenderlo

Walden Bello -
Sin Permiso
Todos nos hacemos estas preguntas sobre la actual crisis financiera: ¿ya pasó lo peor? ¿Qué causó el colapso del centro neurálgico del capitalismo global? ¿Fue la codicia? ¿Fue el de Wall Street un caso de alguacil alguacilado? ¿Fue falta de regulación?

Pero ¿no hay nada más? ¿No hay nada sistémico? ¿Qué tiene que ver la crisis de sobreproducción de mediados de los años 70 con los acontecimientos recientes? ¿Qué pasó, pues? ¿Cómo trató de resolver el capitalismo la crisis de sobreproducción? ¿En qué consistió la reestructuración neoliberal? ¿En qué medida la globalización de los 80 y los 90 fue una respuesta a la crisis de los 70? ¿Por qué la globalización no pudo superar la crisis? ¿Cuáles fueron los problemas de la financiarización como vía de salida a la crisis de sobreproducción de los 70? ¿Por qué la financiarización es tan volátil? ¿Cómo se forman, crecen y estallan las burbujas? ¿Cómo se formó la presente burbuja inmobiliaria? ¿Y cómo creció? ¿Cómo pudieron las hipotecas subprime degenerar en un problema de tales dimensiones? ¿Y cómo es posible que los titanes de Wall Street se desplomaran como un castillo de naipes? ¿Qué pasará ahora?

Todos, en efecto, nos hacemos esas preguntas. Pero pocos pueden tratar de contestarlas con la insólita combinación de elegancia, profundidad, claridad y extremada sencillez del economista y politólogo Walden Bello. Y mucho menos en apenas 4000 palabras.

El derrumbe de Wall Street no se debe solo a la codicia y a la falta de regulación estatal de un sector hiperactivo. Procede también, y sobre todo, de la crisis de sobreproducción que ha venido minando al capitalismo remundializado desde mediados de los 70. Así ve esta crisis de fin de época Walden Bello.

Muchos en Wall Street todavía están digiriendo los acontecimientos de las últimas semanas:

* Entre 1 y 3 billones de dólares de activos financieros evaporados.

* Wall Street, nacionalizado, con la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro tomando todas las decisiones estratégicas importantes en el sector financiero, y a todo eso, con un gobierno que, tras el rescate de AIG, pasa a dirigir la mayor compañía aseguradora del mundo.

* El mayor rescate desde la gran depresión, con 700 mil millones de dólares reunidos a la desesperada para salvar al sistema financiero global.

Las explicaciones habituales ya no bastan. Los acontecimientos extraordinarios precisan de explicaciones extraordinarias. Pero antes…

¿Ya pasó lo peor?

No, si algo ha quedado claro con los movimientos contradictorios de estas semanas en que, al tiempo que se permitía la quiebra de Lehman Brothers, se nacionalizaba AIG y se fraguaba la toma de control de Merril Lynch por el Bank of America, es que no hay una estrategia para afrontar la crisis; a lo sumo, respuestas tácticas, como bomberos que se pisan la manguera, abrumados por la magnitud del incendio.

El rescate de 700 mil millones de dólares de las obligaciones hipotecariamente respaldadas en poder de los bancos no es una estrategia, sino, básicamente, un esfuerzo a la desesperada para restaurar la confianza en el sistema, para prevenir la erosión de la fe en los bancos y en otras instituciones financieras y para evitar una afluencia masiva de retirada de fondos de los bancos como la que desencadenó la Gran Depresión de 1929.

¿Qué causó el colapso del centro neurálgico del capitalismo global? ¿Fue la codicia?

La vieja y venerada codicia jugó su parte. A eso se refería Klaus Schwab, el organizador del Foro Económico Mundial, el jamboree de la elite global celebrado anualmente en los Alpes suizos, cuando dijo a su clientela en Davos este año: “Tenemos que pagar por los pecados del pasado”.

¿Fue el de Wall Street un caso de alguacil alguacilado?

Desde luego. Los especuladores financieros rizaron el rizo hasta confundirse ellos mismos con la creación de contratos financieros más y más complejos, como los derivados, tratando de ganar dinero a partir de todo tipo de riesgos (incluidos exóticos instrumentos de futuros, como los credits default swaps o contratos de protección de derivados crediticios, que permitían a los inversores apostar, por ejemplo, a que los prestatarios de la propia corporación bancaria ¡no serían capaces de devolver su deuda! Tal es el comercio multibillonario no-regulado que acabó tumbando a AIG.

El 17 de diciembre de 2005, cuando la International Financing Review (IFR) anunció sus premios anuales del año -uno de los programas de premios más prestigioso del sector-, dejó esto dicho:

“Lehman Brothers no sólo mantuvo su presencia global en el mercado, sino que dirigió la penetración en el espacio de preferencia… desarrollando nuevos productos y diseñando transacciones capaces de subvenir a las necesidades de los prestatarios… Lehman Brothers es el más innovador en el espacio de preferencia precisamente por hacer cosas que no pueden verse en ningún otro sitio.”

Huelgan comentarios.

¿Fue falta de regulación?

Sí. Todo el mundo reconoce ahora que la capacidad de Wall Street para innovar y excogitar instrumentos financieros más y más sofisticados ha ido mucho más allá de la capacidad regulatoria del Estado, y no porque el Estado no fuera capaz de regular, sino porque la actitud neoliberal, de laissez-faire, imperante impidió al Estado diseñar mecanismos efectivos de regulación.

Pero ¿no hay nada más? ¿No hay nada sistémico?

Bien, Georges Soros, que lo vio venir, dice que lo que estamos pasando es la crisis del sistema financiero, la crisis del “gigantesco sistema circulatorio” de un “sistema capitalista global… que está reventando por las costuras”.

Para seguir con la idea del archiespeculador, a lo que estamos asistiendo es a la intensificación de una de las crisis o contradicciones centrales del capitalismo global, cual es la crisis de sobreproducción, también conocida como sobreacumulación o sobrecapacidad.

Se trata de la tendencia del capitalismo a construir una ingente capacidad productiva que termina por rebasar la capacidad de consumo de la población debido a las desigualdades que limitan el poder de compra popular, lo cual termina por erosionar las tasas de beneficio.

Pero, ¿qué tiene que ver la crisis de sobreproducción con los acontecimientos recientes?

Muchísimo. Pero, para entender la conexión, tenemos que retrotraernos a la llamada Época Dorada del capitalismo contemporáneo, al período comprendido entre 1945 y 1975.

Fue un período de rápido crecimiento, tanto en las economías del centro como en las subdesarrolladas, un crecimiento propulsado, en parte, por la masiva reconstrucción de Europa y del Este asiático tras la devastación de la II Guerra Mundial, y en parte, por la nueva configuración socio-económica institucionalizada bajo el nuevo estado keynesiano. Un aspecto clave de esta última fueron los severos controles estatales de la actividad de mercado, el uso agresivo de políticas fiscales y monetarias para minimizar la inflación y la recesión, así como un régimen de salarios relativamente altos para estimular y mantener la demanda.

¿Qué pasó, pues?

Bien, este período de elevado crecimiento terminó a mediados de los 70, cuando las economías del centro se vieron inmersas en la estanflación, es decir, en la coexistencia de un bajo crecimiento con una inflación alta, lo que la teoría económica neoclásica suponía imposible.

Sin embargo, la estanflación no era sino el síntoma de una causa más profunda, a saber: la reconstrucción de Alemania y del Japón, así como el rápido crecimiento de economías en vías de industrialización, como Brasil, Taiwán y Corea del Sur, añadió una enorme capacidad productiva e incrementó la competición global, mientras que la desigualdad social, dentro de cada país, y entre países, limitó globalmente el incremento del poder adquisitivo y de la demanda, resultando así erosionada la tasa de beneficio. La drástica subida del precio del petróleo en los setenta no hizo sino agravar la cosa.

¿Cómo trató de resolver el capitalismo la crisis de sobreproducción?

El capital ensayó tres vías de salida del atolladero de la sobreproducción: la reestructuración neoliberal, la globalización y la financiarización.

¿En qué consistió la reestructuración neoliberal?

La reestructuración neoliberal tomó la forma del reaganismo y del thatcherismo en el Norte y del ajuste estructural en el Sur. El objetivo era la revigorización de la acumulación de capital, lo que se consiguió: 1) removiendo las restricciones estatales al crecimiento, al uso y a los flujos de capital y de riqueza; y 2) redistribuyendo el ingreso de las clases pobres y medias a los ricos, de acuerdo con la teoría de que se motivaría así a los ricos para invertir y alimentar el crecimiento económico.

El problema de esa fórmula era que, al redistribuir el ingreso en favor de los ricos, estrangulaba el ingreso de los pobres y de las clases medias, lo que provocaba la restricción de la demanda, sin necesariamente inducir a los ricos a invertir más en producción.

De hecho, la reestructuración neoliberal, que se generalizó en el Norte y en el Sur a lo largo de los años ochenta y noventa, tuvo unos pobres registros en términos de crecimiento: el crecimiento global promedio fue de un 1,1% en los 90 y de un 1,4 en los 80, mientras que el promedio en los 60 y en los 70, cuando las políticas intervencionistas eran dominantes, fue, respectivamente, de un 3,5% y de un 2,54%. La reestructuración neoliberal no pudo terminar con la estanflación.

¿En qué medida la globalización fue una respuesta a la crisis?

La segunda vía de escape global ensayada por el capital para enfrentarse a la estanflación fue la “acumulación extensiva” o globalización, es decir, la rápida integración de las zonas semicapitalistas, no-capitalistas y precapitalistas a la economía global de mercado. Rosa Luxemburgo, la celebrada economista y revolucionaria alemana, se percató de este mecanismo hace mucho tiempo, viéndolo como un mecanismo necesario para restaurar la tasa de beneficio en las economías metropolitanas. ¿Cómo? Ganando acceso al trabajo barato; ganando mercados, aún limitados, nuevos; ganando nuevas fuentes de productos agrícolas y de materia primas baratos; y creando nuevas áreas para inversión en infraestructura. La integración se produce a través de la liberalización del comercio, removiendo los obstáculos a la movilidad del capital y aboliendo las fronteras para la inversión exterior.

China, ni que decir tiene, es el caso más destacado de un área no-capitalista integrada en la economía capitalista global en los últimos 25 años.

Para contrarrestar sus declinantes beneficios, un considerable número de corporaciones empresariales situadas entre las primeras 500 del ranking de la revista Fortune han trasladado una parte significativa de sus operaciones a China, a fin de aprovechar las ventajas del llamado “precio chino” (las ventajas de costes derivadas de un trabajo barato chino aparentemente inagotable). A mediados de la primera década del siglo XXI, entre el 40 y el 50 por ciento de los beneficios de las corporaciones estadounidenses dimanaban de sus operaciones y ventas en el exterior, y señaladamente, en China.

¿Por qué la globalización no pudo superar la crisis?

El problema con esta vía de salida del estancamiento es que exacerba el problema de la sobreproducción, porque añade capacidad productiva. La China de los últimos 25 años ha venido a añadir un volumen tremendo de capacidad manufacturera, lo que ha tenido por efecto deprimir los precios y los beneficios. No por casualidad, los beneficios de las corporaciones estadounidenses dejaron de crecer hacia 1997- De acuerdo con un índice estadístico, las tasas de beneficios de las 500 de Fortune pasó de 7,15 en 1960-69 a 5,30 en 1980-90, a 2,29 en 1990-99 y a 1,32 n 2000-2002.

Dadas las limitadas ganancias obtenidas en punto a contener el impacto depresivo de la sobreproducción, ya a través de la reestructuración neoliberal, ya con la globalización, la tercera vía de salida resultó vital para mantener y elevar la rentabilidad. La tercera vía es la financiarización.

En el mundo ideal de la teoría económica neoclásica, el sistema financiero es el mecanismo, merced al cual los ahorradores, o quienes se hallan en posesión de fondos excedentes, se juntan con los empresarios que tienen necesidad de sus fondos para invertir en producción. En el mundo real del capitalismo tardío, con la inversión en industria y en agricultura arrojando magros beneficios por causa de la sobreproducción, grandes cantidades de fondos excedentes circulan y son invertidas y reinvertidas en el sector financiero. Es decir, el sistema financiero gira sobre sí mismo.

El resultado es que se ensancha el hiato abierto entre una economía financiera hiperactiva y una economía real en estancamiento. Como bien observa un ejecutivo financiero: “ha habido una creciente desconexión entre la economía real y la economía financiera en estos últimos años. La economía real ha crecido, pero nada comparable a la economía financiera… hasta que estalló”.

Lo que no nos dice este observador es que la desconexión entre la economía real y la economía financiera no es accidental: que la economía financiera se disparó precisamente para hacer frente al estancamiento dimanante de la sobreproducción de la economía real.

¿Cuáles fueron los problemas de la financiarización como vía de salida?

El problema de invertir en operaciones del sector financiero es que equivale a exprimir valor de valor ya creado. Puede crear beneficios, de acuerdo, pero no crea nuevo valor -sólo la industria, la agricultura, el comercio y los servicios crean valor nuevo-. Puesto que los beneficios no se basan en la creación de valor nuevo o añadido, las operaciones de inversión resultan extremadamente volátiles, y los precios de las acciones, las obligaciones y otras formas de inversión pueden llegar a divergir radicalmente de su valor real: por ejemplo, las acciones en empresas incipientes de Internet, que se mantuvieron por un tiempo al alza, sostenidas principalmente por valoraciones financieras en espiral, para luego desplomarse. Los beneficios dependen, entonces, del aprovechamiento de las ventajas orecidas por movimientos de precios que divergen al alza del valor de las mercancías, para vender oportunamente antes de que la realidad fuerce la “corrección” a la baja para ajustarse a los valores reales. El alza radical de los precios de un activo, mucho más allá de los valores reales, es lo que se llama la formación de una burbuja.

¿Por qué la financiarización es tan volátil?

Con la rentabilidad dependiendo de golpes especulativos, no resulta sorprendente que el sector financiero vaya de burbuja en burbuja, o de una manía especulativa a otra.

Puesto que está sostenido por una manía especulativa, el capitalismo inducido financieramente no ha dejado de batir registros en materia de crisis financieras desde que los mercados de capitales fueron desregulados y liberalizados en los 80.

Antes de la actual debacle de Wall Street, las más explosivas fueron la crisis financiera mexicana de 1994-95, la crisis financiera asiática de 1997-1998, la crisis financiera rusa de 1996, el colapso del mercado de valores de Wall Street de 2001 y el colapso financiero argentino de 2002.

El antiguo secretario del Tesoro con Bill Clinton, un hombre de Wall Street -Robert Rubin-, predijo hace cinco años que “las crisis financieras futuras serán con casi toda seguridad inevitables, y podrían llegar a ser hasta peores.”

¿Cómo se forman, crecen y estallan las burbujas?

Sirvámonos, a modo de ejemplo, de la crisis financiera asiática de 1997-98.

* Primero: balanza de pagos y liberalización financiera impuestas por el FMI y el Departamento norteamericano del Tesoro.
* Luego, entrada de fondos extranjeros en busca de rápida y elevada rentabilidad, lo que significa que entraron en el mercado inmobiliario y en el mercado de valores.
* Sobreinversión, lo que llevó al desplome de los precios en el mercado de valores y en el mercado inmobiliario, lo que, a su vez, condujo al pánico y a la consiguiente retirada de fondos: en 1997, en unas pocas semanas 100 mil millones de dólares abandonaron las economías del este asiático.
* Rescate de los especuladores extranjeros por parte del FMI.
* Colapso de la economía real: la recesión se extiende por todo el Este asiático en 1998.
* A pesar de la desestabilización a gran escala, todos los intentos realizados para imponer regulaciones nacionales o globales del sistema financiero fueron rechazadas con razones puramente ideológicas.

Volvamos a la presente burbuja. ¿Cómo se formó?

El actual colapso de Wall Street arraiga en la burbuja tecnológica de fines de los 90, cuando el precio de las acciones de las empresas incipientes en el mundo de Internet se disparó, para luego desplomarse, resultando todo ello en la pérdida de activos por valor de 7 billones de dólares y en la recesión de 2001-2002.

Las laxas políticas monetarias de la Reserva Federal bajo Alan Greenspan estimularon la burbuja tecnológica, y cuando está colapsó dando paso a la recesión, Greenspan, tratando de prevenir una recesión duradera, rebajó en junio de 2003 los tipos de interés a un nivel sin precedentes en 45 años (al 1%), manteniéndolo en ese nivel durante más de un año. Con eso lo que consiguió fue estimular la formación de otra burbuja: la burbuja inmobiliaria.

En fecha tan temprana como 2002, economistas como Dean Baker, del Center for Economic Policy Research, alertaron sobre la formación de una burbuja inmobiliaria. Sin embargo, en fecha tan tardía como 2005 el entonces presidente del Consejo Económico de asesores de la Presidencia de la nación y actual presidente de la Reserva Federal, Bern Bernanke, atribuía el incremento de los precios de la vivienda en EEUU a “unos fundamentos económicos robustos”, y no a la actividad especulativa. ¿A quién puede sorprender que el estallido de la crisis subprime en verano de 2007 pillara a este hombrecito con la guardia totalmente baja?

¿Y cómo creció?

Oigámoslo de boca de uno de los propios jugadores clave en los mercados, de George Soros: “Las instituciones hipotecarias animaron a los hipotecados a refinanciar sus hipotecas aprovechando la revalorización experimentada entretanto por sus casas. Rebajaron sus criterios de préstamo e introdujeron nuevos productos, como hipotecas a interés variable, hipotecas que ’sólo servían intereses’ y ‘ofertas promocionales’ con tipos de interés para partirse de risa. Todo eso animó a especular con la vivienda. Los precios de las casas comenzaron a subir a un ritmo de dos dígitos. Eso sirvió para retroalimentar la especulación, y el alza de los precios inmobiliarios consiguió que los propietarios de casas se sintieran ricos; el resultado fue el boom consumista que ha sostenido a la economía estos últimos años.”

Observando las cosas más de cerca, se ve que la crisis hipotecaria no resultó de una oferta superior a la demanda real. La “demanda” estaba, por mucho, fabricada por la manía especulativa de promotores y financieros empeñados en conseguir grandes beneficios a partir de su acceso al dinero foráneo que inundó a los EEUU de la última década. Ingentes volúmenes hipotecarios fueron agresivamente ofrecidos y vendidos a millones de personas que, normalmente, no habrían podido permitírselo ofreciéndoles unos tipos de interés ridículamente bajos, ulteriormente ajustables para sacar más dinero de los propietarios de casas.

¿Pero cómo pudieron las hipotecas subprime degenerar en un problema de tales dimensiones?

Porque los activos pasaron entonces a ser “segurizados”: quienes habían generado las hipotecas, procedieron a amalgamarlas con otros activos en complejos productos derivados llamados “obligaciones de deuda colateralizada” (CDO, por sus siglas en inglés), lo cual resultó relativamente fácil dado que trabajaban con diversos tipos de intermediarios que, sabedores del riesgo, se deshacían de esos títulos de valores lo más rápidamente posible, pasándolos a otros bancos e inversores institucionales. Esas instituciones, a su vez, se deshacían del producto, pasándolo a otros bancos y a instituciones financieras foráneas.

Cuando aumentaron los tipos de interés de los préstamos subprime, de las hipotecas variables y de otros préstamos inmobiliarios, el juego tocó a su fin. Hay cerca de 6 millones de hipotecas subprime, el 40% de las cuales entrarán en impago en los próximos dos años, según estimaciones de Soros.

A los que hay que añadir otros 5 millones de impagos en los próximos 7 años, derivados de los tipos hipotecarios variables y de otros “préstamos flexibles”. Pero los títulos, cuyo valor se cuenta por billones de dólares, ya se han infiltrado como un virus en el sistema financiero global. El gigantesco sistema circulatorio del capitalismo global ha sido fatalmente infectado.

¿Pero cómo pudieron los titanes de Wall Street desplomarse como un castillo de naipes?

Lo que ocurrió con Lehman Brothers, Merrill Lynch, Fannie Mae, Freddie Mac y Bear Stearns fue, simplemente, que las pérdidas representadas por esos títulos tóxicos rebasaban por mucho sus reservas, lo que condujo a su caída. Y más caerán, probablemente, cuando sus libros de contabilidad, que en los que ahora esos títulos figuran en el Haber, se corrijan para reflejar el actual valor de esos activos.

Y muchos otros les seguirán, a medida que vayan quedando expuestas otras operaciones especulativas, como las centradas en las tarjetas de crédito y en las diferentes variedades de seguros contra riesgos. AIG cayó por causa de su gigantesca exposición en el área no-regulada de los contratos de protección crediticia derivada (credit default swaps), unos derivados financieros que permitían a los inversores apostar dinero a la posibilidad de que las empresas no pudieran devolver los préstamos.

Tales apuestas sobre impagos crediticios representan ahora un mercado de 45 billones de dólares, un mercado, como dicho, que carece de toda regulación. La ciclópea dimensión de los activos que podrían quedar dañados en caso de que AIG colapsara fue lo que movió a Washington a cambiar de idea e intervenir para rescatarlo, luego de haber dejado caer a Lehman Brothers.

¿Qué pasará ahora?

Puede decirse sin avilantez que habrá más bancarrotas y más nacionalizaciones e intervenciones públicas, desempeñando las instituciones y los bancos extranjeros un papel auxiliar del gobierno de los EEUU. Que el colapso de Wall Street irá a más y prolongará la recesión norteamericana. Y que la recesión en EEUU se comunicará a Asia y al resto del mundo, que sufrirá también una recesión, si no algo peor. La razón de esto último es que el principal mercado exterior de China son los EEUU y que China, a su vez, importa materias primas y bienes intermedios -de los que se sirve para sus exportaciones a los EEUU- de Japón, Corea y el Sudeste asiático. La globalización ha hecho imposible el “desacoplamiento”. Los EEUU, China y el Este asiático andan ahora como tres prisioneros atados a una misma cadena.

¿Y en suma?

El desplome de Wall Street no sólo se debe a la codicia y a la falta de regulación estatal de un sector hiperactivo. El colapso de Wall Street hunde sus raíces en la crisis de sobreproducción que ha sido la plaga del capitalismo global desde mediados de los 70.

La financiarización de la inversión ha sido una de las vías de escape para salir del estancamiento, siendo las otras dos la reestructuración neoliberal y la globalización. Habiendo resultado de poco alivio la reestructuración neoliberal y la globalización, la financiarización pareció atractiva como mecanismo de restauración de la rentabilidad. Pero lo que ahora ha quedado demostrado es que la financiarización es una senda peligrosa que lleva a la formación de burbujas especulativas, capaces de ofrecer una efímera prosperidad a unos cuantos, pero que terminan en el colapso empresarial y en la recesión de la economía real.

Las cuestiones clave son éstas: ¿Cuán profunda y duradera será esta recesión? ¿Necesitará la economía de los EEUU generar otra burbuja especulativa para salir de esta recesión? Y si tal es el caso, ¿dónde se formará la siguiente burbuja? Algunos dicen que la próxima surgirá en el complejo militar-industrial o en el “capitalismo del desastre” sobre el que escribe Naomi Klein. Pero eso es harina de otro costal.

GUERRA SUCIA EN AMÉRICA LATINA



23/09/2008

Colombia: la geoestrategia del imperio

En las últimas horas, se cometió en Colombia un nuevo asesinato de un líder campesino de la región del Cauca, fueron amenazados de muerte dirigentes de la Unión Sindical Obrera, y fue asaltada la oficina de una organización promotora del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) que juzgó a 43 empresas trasnacionales y al Estado por graves violaciones a los derechos humanos. Los métodos utilizados en los recientes linchamientos de campesinos en Bolivia, son herederos del modelo paramilitar que sigue profundizando un genocidio silencioso en Colombia. La Red de Hermandad y Solidaridad (REDHER) difundió un importante documento que ayuda a comprender el momento por el que atraviesa el pueblo colombiano, y la trascendencia que adquiere su situación para todo el continente.

Por Redher - Elementos de Contexto – documento de Trabajo Nº1. Para entender de mejor manera la coyuntura colombiana debemos hacer un breve recuento de dos elementos estructurales que la definen:

1.Caracterización del régimen
El régimen en el poder, liderado hoy por Uribe, se ha estructurado para dar cumplimiento a un diseño específico de gobernabilidad que tiene como elementos principales: la seguridad para el crecimiento económico centrado en las actividades extractivas y especulativas, la acumulación de capitales desde el ejercicio de los consorcios trasnacionales, la eliminación o bloqueo estratégico de la insurgencia y el debilitamiento hasta la inocuidad del movimiento social y la izquierda no armada.

Este diseño expresa los intereses de un amplio bloque de clases y sectores sociales: una parte importante de la burguesía industrial, financiera y comercial, terratenientes, cúpulas militares y de la iglesia, políticos y estamentos asociados a los partidos tradicionales. A este bloque hegemónico se le suma desde finales de los noventa, abiertamente y sin restricciones, un poder económico, político y militar: el narcoparmilitarismo. Punto importante de reflexión merece el papel jugado por los miembros de las cúpulas militares en la conformación y sostenimiento de este régimen, hasta el punto de ponernos a pensar que se convierten en una casta ligada al poder y encargada directamente de ejecutar los planes de seguridad y represión, al tiempo que participan más directamente del ejercicio de gobierno.

La llamada parapolítica es solamente la salida a flote de las relaciones y actividades desarrolladas por el narcoparamilitarismo en la esfera institucional y la administración pública, que evidencia un profundo pacto entre la llamada burguesía tradicional y un nuevo sector de ésta: la burguesía narcotraficante.

No se puede decir que es un fenómeno meramente delincuencial, de infiltración ocasional o descomposición individual: Las cifras y el tipo de personajes involucrados dan cuenta de un diseño de copamiento institucional, de unión y consenso dentro del bloque dominante para usufructuar el lucrativo negocio de los narcóticos y desarrollar la estrategia paramilitar. Todo ello, dado el nivel de dependencia existente del país (sus gobernantes) frente al imperialismo de Estados Unidos, sería imposible de desarrollar sin la connivencia de los gringos.

Uribe, es indudable, le ha aportado su estilo personal de gobierno, caracterizadamente populista, rodeado de un gran dispositivo de medios, (En su gran mayoría ligados a transnacionales españolas), que lo proyectan como un salvador en medio del caos. El diseño mediático es componente insustituible dentro del diseño de gobernabilidad. De hecho, muchas veces, se propagandiza más el estilo y carisma personal que los programas de gobierno, lo cual deja al bloque en el poder en aprietos al momento de darle continuidad a su proyecto, a no ser por medio de la reelección.

Lo que está claro es que la continuidad del régimen y el modelo de gobernabilidad se buscarán mantener a cualquier precio: referendo, eliminación de opositores, promoción de cuadros de relevo (Santos, Vargas Lleras, entre los más publicitados). De ahí la importancia de generar oposición a esta iniciativa de corte dictatorial.

En los últimos días la iniciativa de copamiento de todo el aparato estatal por parte del régimen se manifiesta en los ataques a la Corte Suprema de Justicia, especialmente al ente investigador de la parapolítica. El objetivo está claro: lograr el control de absolutamente todos los “poderes” del establecimiento en función del régimen de acumulación violenta.

Debemos finalizar diciendo que las alianzas y pactos internos del bloque en el poder se manejan con gran flexibilidad, siendo el clientelismo exacerbado, la repartición del botín estatal y la permisión con el delito lucrativo, los mejores elementos cohesionadores. Ello no quiere decir que no hayan diputas internas por el poder, tensiones o negociaciones bajo presión, pero por el momento todo parece ser manejable entre quienes integran este bloque.

2.La geoestrategia del imperio

Este diseño de gobernabilidad que lleva asociado un pacto de clases y sectores específico, es no solo útil sino necesario al diseño imperial de EU, metido a fondo en una disputa mundial por los energéticos, los recursos de biodiversidad y las plataformas de soporte comercial. Colombia, ya lo sabemos, es, geopolíticamente, nodo articulador en la región, al tiempo que no son nada despreciables sus recursos naturales.

Desde mediados de los años 90s, los norteamericanos hicieron más sofisticado sus mecanismos de intervención en la región y para ello han diseñado y aplicado los llamados planes geoestratégicos: Plan Colombia, Plan Puebla-Panamá, entre muchos otros. Estos planes, en sus propósitos, coinciden con los objetivos de la seguridad democrática del gobierno, o más bien al contrario: los segundos fueron hechos a la medida de los primeros: aseguramiento de territorios, protección de la inversión extranjera, combate al terrorismo (categoría que incluye no solo a la insurgencia, sino a todos los opositores) y en los últimos años, contención o dique a los procesos democratizadores, (independientemente del carácter y alcance de éstos), que recorren América Latina.

Esta alianza y comunión de intereses entre el bloque dominante y el imperio le adiciona estabilidad y confianza casi ilimitada al diseño de gobernabilidad implementado, tanto así que la planeación ya no se rige a través de los conocidos planes de gobierno de cada cuatro años, sino que toman visos de largo plazo (ver por ejemplo el plan 2019, que incide en los órdenes infraestructurales, políticos, ambientales y sociales y los nuevos planes territoriales y de otras instituciones que se han fijado el techo del 2028); siempre y en todo caso beneficiando la acumulación de capital a través de los consorcios transnacionales.

ELEMENTOS DE LA COYUNTURA

Los elementos más dinámicos de la coyuntura tienen que ver con las tensiones y contradicciones expresadas en los siguientes binomios:

1. Solución Política – guerra.

A pesar de que la solución política a la crisis nacional , se ve como la mejor opción por parte de académicos, partidos políticos de oposición, una parte de la iglesia y gentes vinculados al movimiento social, en el terreno práctico ha venido perdiendo posibilidades de materialización. Ello en gran medida se explica por los golpes militares y políticos obtenidos especialmente contra las FARC y la pseudo desmovilización paramilitar, hechos magnificados, deformados y ampliados por los medios y que dan, como dicen los expertos, una sensación de seguridad.

Por ello, se viene creando la idea de que los diálogos con la insurgencia no son necesarios, mucho menos la negociación para buscar salidas políticas y que por el contrario hay que aportarle definitivamente a la salida militar. Ello justifica no solo la mayor presencia de asesores gringos, sino mayores presupuestos para la confrontación y mayor justificación para vincular a la población a una guerra que supuestamente se está ganando.

La guerra antiterrorista (especialmente el discurso y la simbología asociados a ella) es funcional al diseño global de gobernabilidad. Hay unos malos y unos buenos, y el camino que se había avanzado para explicar las causas históricas del conflicto se puede empezar a perder.

En este escenario de triunfalismo guerrerista, no se ve factible que ni las FARC, ni el ELN, le apuesten a nuevos escenarios de diálogo, ni siquiera como opción coyuntural. La única posibilidad actual reside en las iniciativas que se puedan mover desde la comunidad internacional, especialmente algunos países europeos acompañados por otros tantos latinoamericanos. Sin embargo, el terreno es difícil: la polarización de posturas frente a Venezuela y Ecuador, así como el manejo dado a la liberación de Ingrid Betancourt cierran el espacio a las labores de facilitación, reforzando el ya crecido patrioterismo implementado como parte del modelo de gobierno.

Por otra parte, los norteamericanos se emplean a fondo en una guerra de baja intensidad en el vecindario, cuya estrategia central se ubica en las operaciones encubiertas de desestabilización. La oposición de derecha en Venezuela y Bolivia cuentan con el apoyo y visto bueno de los gringos y no se deben descartar acciones de corte terrorista como ocurrió en los años 70s y 80s en Latinoamérica por parte de la CIA y el FBI.

Las acciones de desestabilización son otro escollo a superar en el proceso de integración latinoamericana, que se ha visto un poco mellada en los últimos días, y en el cual, el papel del régimen uribista ha cumplido su papel provocador.

Terminemos este aparte con una breve reflexión sobre las elecciones norteamericanas: no van haber cambios en lo fundamental en cuanto a la política exterior. El cambio será más bien cosmético y de forma. Sin embargo, de ganar Obama, puede generarse una pequeña luz de oportunidad para tratar de frenar el agresivo imperialismo gringo, al menos coyunturalmente y en lo fundamental por la necesidad de los demócratas de diferenciarse de Bush. Ello implicará también un cambio en el apoyo irrestricto al régimen de Uribe y quizá algún cuestionamiento a sus políticas. Por ello el trabajo alrededor de la denuncia de las violaciones en los derechos humanos se debería reforzar en el escenario de la sociedad civil norteamericana, que mucho ha ayudado al movimiento social colombiano en los últimos años (el caso más significativo ha sido el bloqueo temporal al TLC).

2. Oposición – Régimen

Algo que no se ve con claridad es que la guerra y ofensiva del régimen no sólo es contra la insurgencia, sino que se emplea a fondo contra toda la oposición, el movimiento social y cualquier expresión, popular o no, que se manifieste en contra del orden establecido. El discurso del terrorismo y de la amenaza a la democracia ha sido aplicado a estudiantes que protestan contra las reformas, a los indígenas que luchan por su tierra, a los sindicalistas, a manifestantes urbanos que luchan contra las tarifas de servicios públicos, a los parlamentarios del PDA, a los magistrados de las Cortes.

El ejercicio del poder del régimen, dotado de una maquina cada vez más grande de terror estatal y para estatal, sumado a la satanización mediática es eficaz. En general hay temor, alejamiento en los más indecisos, en otros crece el deseo de congraciarse con el régimen para evitar represalias o bien en el cálculo de que se puede aprovechar algo de la popularidad de Uribe. Pero no nos hagamos ilusiones: la maleable opinión pública no es objeto de intervención por mero ejercicio técnico sino que responde a intereses concretos y por ello lo que en los medios suena a divino si es expresado por Uribe, es la peor estupidez si la dice alguien de la oposición. Por ello, los medios no están al alcance de todos sino que deben ser considerados parte activa del bloque dominante.

Es aquí, en medio de estas adversidades, donde se nota con mayor agudeza el vacío que deja una oposición preocupada más por conservarse que por luchar. En un cálculo que históricamente ha demostrado sus falencias: el postergar la lucha, el no salir a la calle, el no emprender iniciativas que se saben riesgosas, puede estar condenando a la oposición de izquierda, especialmente al PDA y las fuerzas y partidos que lo componen, a su inocuidad, a ser un partido más, sin mayor trascendencia.

Los partidos y movimientos políticos, y más aún los que se dicen de izquierda, se hacen en la lucha: los procesos populares colombianos de siempre y los latinoamericanos recientes son ricos en esta experiencia. Por ello, una tarea urgente es jalar al PDA a la lucha política. En este terreno no hay nada asegurado, se puede ganar o perder pero nunca tendremos la patente de victoria en la lucha social y política.

En este terreno se inscribe la iniciativa de la Constituyente. Desde la perspectiva de la Oposición se necesita un instrumento o iniciativa que permita confrontar e interpelar la legitimidad y legalidad del régimen, al tiempo que se hace educación, movilización social y denuncia; es decir se hace movimiento.

En opinión de algunos compañeros y compañeras el abordar el ejercicio de la ANC es riesgoso ya que Uribe puede terminar con mayorías en la misma. Eso solo lo podemos saber haciendo el ejercicio. Ahora bien, si esa no es la iniciativa hay que plantear otras, pero es urgente que desde el PDA se jalone una iniciativa concreta de confrontación y movilización.

En ese mismo sentido se ha planteado por parte del PDA la propuesta de un Acuerdo Nacional. Esto nos lleva a la reflexión sobre las alianzas no solo al interior del Polo, sino en el conjunto social. Recordemos que lo que orienta a una fuerza social o política es su objetivo táctico. Si de lo que se trata es de debilitar el diseño de gobernabilidad del régimen, una forma de hacerlo es recuperando y elevando los niveles de movilización social y para ello solo hace falta ver la cotidianidad: entre los puntos débiles de este diseño está aquel de los impactos sociales que deja el impresionante proceso de acumulación de capital: carestía, inflación, desempleo, empleo precario, desplazamiento, entre muchos otros males. Como también lo enseña la historia, estos problemas han sido origen de imponentes jornadas de lucha social como el paro de 1977. Entonces la pregunta es: ¿qué fuerzas sociales y políticas están dispuestas a jalar una confrontación social por estos problemas? ¿Cuáles están por afectar el diseño de gobernabilidad hegemónico? Eso es una buena pista para determinar alianzas.

Como hemos oído estos días el partido liberal se presenta como parte de la oposición. Pero esa oposición es: ¿al diseño de gobernabilidad? ¿A Uribe? Según declaraciones públicas de César Gaviria, presidente del partido liberal, se puede deducir que lo que hay detrás es una lucha por el poder, pero su claro respaldo a la firma del TLC, a la política de seguridad democrática, a la inversión extranjera, muestran que el liberalismo quiere ponerse al mando del gobierno pero para seguir con el mismo modelo.

Las crisis también permiten desnudar intereses, fortalezas y debilidades dentro de los agrupamientos y dirigentes dentro del PDA. Algunos de sus más reconocidos integrantes tratan de ponerse a tono con la formula de los raiting que postula que “lo importante es hacer noticia”. Lo único que hacen es darle prioridad a aspiraciones personales y para ello tratan de deslindar campos con todo lo que huela a izquierda radical. Vencidos y adocenados por la intensidad de la lucha de clases, buscan romper las precarias alianzas dentro del Polo y poder con total libertad acomodarse a las lógicas del poder. En este escenario la búsqueda de aliados se torna más compleja ya que no se puede resolver mediante la caracterización simple de los discursos sino que hay que mirar y analizar muy bien las prácticas políticas y personales.

Reflexión Final

El movimiento social de izquierda, los partidos y movimientos políticos ligados al campo popular enfrentan en esta coyuntura una compleja trama de situaciones que los pone en desventaja: una ofensiva de terror combinada con una eficaz manipulación mediática permiten la acumulación de capital y la gobernabilidad para los intereses de una nueva burguesía, cuyo rasgo central es su carácter narcoterrorista, y para los consorcios transnacionales. Todo ello lleva a caracterizar el momento como de ofensiva antipopular y contrainsurgente, es decir contrarrevolución y antidemocracia.

En este escenario los acumulados populares solo tienen la opción de resistencia y lucha, para lo cual la articulación latinoamericana y global es fundamental, ya que el carácter de la confrontación nos indica que nos solo se realiza contra fuerzas retrógradas de orden nacional, sino contra la alianza imperial que encabezan los Estados Unidos.

Sin embargo, por quijotesca y desigual que parezca la lucha, la historia enseña que los pueblos con dignidad se levantan por sobre obstáculos mayores y obtienen la victoria.

Preguntas de un ciudadano a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)

07-10-2008



Pascual Serrano
Rebelión


La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) celebra estos días en Madrid su 64ª Asamblea anual que durará tres días. Esta organización panamericana agrupa a medio millar de propietarios y directores de grandes medios de comunicación. Con sede en Miami, la SIP ha liderado, bajo la bandera de la libertad de expresión, la confrontación contra los gobiernos progresistas de América Latina, hasta el punto de que durante su última reunión en Caracas, se llegó a celebrar un Encuentro Latinoamericano contra el Terrorismo Mediático, donde periodistas de todo el continente denunciaron la complicidad de los dueños de esta prensa comercial con las políticas estadounidenses de injerencia en América Latina. Tal y como hiciera Bertolt Brecht en su poema “preguntas de un obrero frente a un libro”, un ciudadano normal podría plantearle las siguientes a los miembros de la SIP.

- ¿Cómo se explica que una sociedad interamericana celebre su congreso en un continente diferente del americano? ¿no son bien recibidos quizás allí por la ciudadanía?

- Ustedes se presentan como defensores de la libertad de prensa y la libertad de expresión. ¿Cómo se refleja en sus medios la libertad y el derecho a expresarse de los ciudadanos?

- Afortunadamente en América el funcionamiento de la mayoría de las instituciones están sometido al control democrático: los gobiernos, los parlamentos, los sistemas judiciales, los partidos políticos, las Fuerzas Armadas, ¿qué tipo de control democrático existe en los miembros que integran la Sociedad Interamericana de Prensa?

- Han afirmado que en Colombia se ha registrado "un gran avance" porque en el último año no ha sido asesinado ningún periodista. ¿No supone también un avance que eso lleve años sucediendo en Cuba, Venezuela o Bolivia?

- En sus informes en este congreso ha criticado duramente a países con gobiernos progresistas como Cuba, Venezuela, Nicaragua o Bolivia. Se da la circunstancia que son los países donde, mediante las políticas educativas de sus gobiernos, más se ha avanzado contra el analfabetismo. Cuba y Venezuela están libres de analfabetismo según la UNESCO y Bolivia y Nicaragua les sucederán próximamente. ¿No les parece importante para la prensa y la libertad de expresión el detalle de que los ciudadanos puedan saber y leer como primera condición?

- Uno de sus directivos señaló que el caso de la blogera cubana Yoani Sánchez es motivo de felicitación por la capacidad de la Red para “romper en Cuba el monopolio informativo del Gobierno”. ¿No sería también motivo de felicitación los blogs de otros países que no son Cuba por “por romper el monopolio informativo de las grandes empresas privadas de comunicación”?

- Ustedes se presentan como independientes de los gobiernos, ¿no les parece curioso que el nuevo presidente de la SIP -y único latinoamericano en la directiva- sea el primo del ministro de la Defensa de Colombia y hermano del vicepresidente?

- Entre las actividades de su congreso, cuya inscripción costaba 1.600 dólares, había una actuación estelar de la Tuna, otra privada del cantante de flamenco Diego 'El Cigala', una cena privada en los Jardines de Cecilio Rodríguez, otra en el Parque del Retiro, una visita a Aranjuez, un almuerzo en un restaurante fundado en 1908 junto al Palacio Real y los Jardines de la Isla y del Príncipe, una excursión en el AVE a Segovia para ver el Alcázar, el Acueducto y la catedral y, por supuesto, comer cordero. También un recorrido guiado por el Madrid de los Austrias y una visita especial al Museo del Prado. El último día también tendrán una visita a la basílica de San Francisco el Grande para continuar con clases de flamenco en Las Vistillas y terminar con tapas y sangría. ¿Creen que ese programa les permitirá tiempo libre para debatir sus desvelos sobre la libertad de expresión?

- ¿Han invitado a su asamblea a la Federación Latinoamericana de los Periodistas (FELAP), organización donde se agrupan los periodistas de América Latina?

- Como he señalado antes, la inscripción al congreso ascendía a 1.600 dólares, ¿cobran esa cantidad mensualmente los redactores de sus empresas de prensa?

Www.pascualserrano.net

Entrevista con James Petras “Llevaron el país a la quiebra”

07-10-2008



Guillo Pistonesi
Pateando el Tablero


Guillo Pistonesi: ¿Cómo estas James?

James Petras: Estamos bien aquí, con una afirmación de nuestro análisis sobre el sistema capitalista, en particular de los Estados Unidos, con los últimos acontecimientos. Han confirmado lo que hemos pronosticado hace tiempo.

G.P.: ¿Alguna vez viviste una crisis de esta envergadura?

J.P.: Bueno es lo más profundo en toda mi memoria. Como yo nací al fin de la Gran Depresión no tengo bien claro lo que pasaba en los 30. Ya tengo 72 años y esto es lo más grave que viví frente al colapso total del sistema financiero y la incapacidad de gobierno de reavivarlo.

G.P.: Hace alrededor de 6 años el Secretario del Tesoro Paul O´Neill, decía en referencia a la crisis que tenía como eje a la Argentina, que no iban a malgastar el dinero de los plomeros y carpinteros norteamericanos en gente que se ufanaba de no tener industrias ni progresar. No iban a salvar a los bancos que se hundían entonces. Ahora hay un paquete de alrededor de 700 mil millones de dólares, para salvar a los bancos. ¿Cuál es tu lectura de esto?

J.P.: Primero hay que analizar estructuralmente el problema. Hace años que hemos visto dos aspectos de la clase dominante que son muy importantes en lo que esta pasando. La ascendencia del capital financiero vinculado con la especulación y las grandes estafas por un lado, y por el otro tenemos la ascendencia del sector militarista del imperialismo. Es muy importante porque hay imperios como Europa y China capitalista que están extendiendo sus alcances a partir de inversiones, comercio y otros instrumentos mientras los Estados Unidos han enfocado toda su expansión a través de instrumentos militares, guerras, invasiones, ocupaciones. Entonces estos dos sectores, financistas especuladores y militaristas dominan y dictan el uso del presupuesto norteamericano y las actividades económicas que dominan en su conjunto. A partir de eso tienen influencia desmesurada sobre las políticas, regulaciones e incentivos de gobierno.

El problema es que a partir de su control total del gobierno han hecho medidas que facilitan la elaboración de toda una serie de estafas, haciendo circular papeles sin respaldo, inventando paquetes financieros a vender en todo el mundo a partir de hipotecas y otros instrumentos que realmente están vacíos. Por eso digo que son enormes estafas, enormes ganancias, enormes salarios multimillonarios que son el producto de esta ascendencia y en el otro lado una serie de guerras con enormes costos y beneficios tanto para la industria militar como los beneficios al expansionismo sionista. Y estos factores, militarismo, finanzas especulativas, influencias bélicas pro sionistas, esta configuración, ha generado la desregulación, los incentivos a la especulación que han llevado al país a la quiebra. Y digo a la quiebra y no crisis porque el conjunto de las instituciones financieras, no simplemente una u otra, sino el sistema como lo han dicho los principales actores, incluso el ministro de hacienda, dice que el problema es sistémico.

G.P.: Qué fuerte lo que decís, que es una quiebra. Ahora cuando las acciones por ejemplo de la banca de inversión estaban por las nubes con ganancias extraordinarias, estas no se repartían entre el pueblo norteamericano y ahora quieren hacerle pagar al todos los trabajadores y el pueblo norteamericano una cifra sideral para salvarlos.

J.P.: Sí. Y el hecho más importante es que el 90% del público norteamericano está en contra de este proyecto de financiar a los estafadores. Un congresista mencionó que las cartas contra el acuerdo con el ministro están 100 en contra y una a favor. Es decir 99% del público que escribe o llama a los congresistas denuncian cualquier esfuerzo por facilitar y regalar dinero de los pagadores de impuestos a las multinacionales.

No es simplemente 700 mil millones. El plan de salvar, por ejemplo al Seguro A&G es de 85 mil millones, y a las grandes hipotecas también en banca rota, significa mas de 5 trillones de dólares. Imposibles, no digo que toda las hipotecas son tóxicas pero un porcentaje de los 5 trillones también están en cuestión. Es decir, tenemos aquí una doble duplicación de lo que es la deuda pública de los Estados Unidos. En una semana duplicamos la deuda de 200 años de historia

G.P.: Vos decías que el 90% del pueblo norteamericano está en contra de este salvataje. Sin embargo vemos que el partido demócrata que tiene mayoría en las cámaras en el Congreso Norteamericano se aprestaría a votar este plan de salvataje. ¿Cómo se explica?

J.P.: Porque no tenemos democracia. Los congresistas demócratas responden a los que financian sus campañas, los principales voceros del acuerdo reciben grandes sumas de Wall Street para sus campañas electorales y responden más a los que financian sus campañas que a los que los votan a sus candidaturas. Hay una gran divergencia entre el pueblo que vota a los demócratas y los representantes que responden a Wall Street. No hay correlación entre quienes financian a las candidaturas y el pueblo que representan. Y en eso hay que ser claro. Las decisiones sobre la economía en este momento, las propuestas están hechas por personas que representan directamente a, por ejemplo, Goldman Sachs. El Sr. Paulson era gerente y tiene inversiones de millones en Goldman Sachs. ¿Cómo puede tomar decisiones alguien que va a apoyar o entregar dinero del gobierno a su propia empresa?

G.P.: En los últimos tiempos hubo muchas ejecuciones de viviendas. ¿El plan que se discute en el Capitolio incluiría un salvataje a todos aquellos que no pueden pagar sus hipotecas?

J.P.: Nada. Esa es una de las quejas que uno escucha de la gente que está criticando este proyecto. ¿Por qué no usan este dinero para salvar a los que no pueden pagar los hipotecas con los intereses variables? ¿Por qué sólo utilizan el dinero para salvar a los corruptos especuladores y estafadores y no hay ningún fondo para quienes están perdiendo su casa? Esa es una de las puntas de lanza del descontento popular. El contraste en el uso del dinero para salvar o comprar todos los activos tóxicos que no tienen ningún valor. Por eso no hay posibilidad para que el mercado salve al mercado. Es algo reconocido que los capitalistas son incapaces en este momento de evitar el colapso del sistema. Por eso necesitan atraer al gobierno y todo el tesoro del país para tratar de recuperar el capitalismo quebrado, no tiene el capitalismo los recursos para salvarse. Punto.

G.P.: Que paradoja que aquellos que se vanagloriaban toda la vida del libre mercado ahora tienen que apelar al Estado para salvar sus negocios.

J.P.: Sí. Incluso un político de porquería como Sarkozy, declaró ayer que es pura espuma decir que el mercado en si mismo puede regular el capitalismo, que el mercado es capaz de superar sus problemas. Todos los exponentes de la teoría del libre mercado en Financial Times, Wall Street Journal gritan ahora sobre la necesidad de la intervención estatal.

G.P.: ¿Cómo está viviendo el pueblo norteamericano, los trabajadores, esta crisis? ¿Ya se empezaron a vivir los efectos de la recesión?

J.P.: Sí. El primer resultado de la recesión es que ha bajado el consumo. Ya sea en la compra de artículos electrónicos, el consumo de comida, etc. Se ha eliminado la costumbre de salir por las noches, comer afuera, el recreo, los viajes, las vacaciones. El consumo de todo lo que no es absolutamente necesario ha caído radicalmente. También vemos que mucha gente esta tratando de hacer doble jornada de trabajo. Como no hay ninguna dirección sindical capaz de hacer la más mínima movilización, la gente busca soluciones individuales con una bronca generalizada pero no organizada. La gente que ha perdido su trabajo está buscando trabajos en negro, cualquier tipo de trabajo. Hemos visto un tremendo aumento del trabajo informal, de cualquier tipo que te puedas imaginar. Además, yo creo que hay un disgusto y una alineación total a las elecciones y el proceso político aquí. Vamos a ver una abstención de más del 50% en las próximas elecciones.

Por otro lado, uno encuentra mucha inseguridad entre los trabajadores privados que sufren en silencio este gran problema de la recesión. Han aumentado los trabajadores registrados por desempleo y se han agotado el pago de un subsidio por desocupación. Hay mucho miedo, eso es lo que puedo decirte. Miedo de que cualquiera pueda perder su trabajo. Y perder el trabajo significa perder cualquier plan de salud. Y si pierdes el plan de salud, vas a la bancarrota. Porque en este momento con la crisis financiera nadie puede conseguir crédito si no tiene un trabajo bien pago. Aumenta tremendamente la gente que va a hospitales a ser tratada en lo que se llama “emergencias”. Esperar 4, 5, 6 hs. por cualquier problema de salud, si tienes suerte con algunos interinos que recién terminaron las escuela de medicina.

G.P.: Estamos en medio de esta crisis que se augura que se va a profundizar...

J.P.: Estamos recién en el comienzo. Ahora afecta al sistema financiero pero nadie duda que va a perjudicar a todo el sistema productivo porque no hay crédito. No hay forma de financiar cualquier inversión, si no se tiene autofinanciamento, todos van a la bancarrota.

G.P.: Hay muchos que sostienen, particularmente muchos de los que vienen del progresismo, que lo que entró en crisis es el neoliberalismo y no el capitalismo. ¿qué pensás?

J.P.: Bueno eso es muy artificial y falso por el simple hecho de que entre los involucrados en el sector financiero se incluyen las grandes industrias como General Electric. ¿Qué creen?, ¿que Goldman Sachs y Morgan viven aparte de lo que es lo que ellos llaman el “capitalismo productivo”? ¿Y cómo explican que el capitalismo productivo está ahora perjudicado precisamente porque han invertido en los bancos, han cruzado los directorios, han colaborado en la guerra que está perjudicando el presupuesto, etc. Esta es una crisis del capitalismo, porque son visibles los efectos de la crisis financiera sobre el capitalismo productivo. El capitalismo manufacturero no ha tomado posiciones críticas a este acuerdo. Incluso ahora General Motors pide lo mismo que Goldman Sachs y los demás. General Motors pide 25 mil millones de dólares para evitar la bancarrota en la industria de automóviles, Ford, Chrysler también. Entonces hemos visto cómo el sector financiero es una extensión del capitalismo “normal” y no algo perverso. Es simplemente la culminación del capitalismo y ahora que interviene el estado no se puede llamar neoliberalismo. Ahora el neoliberalismo como se entendía en el pasado no existe. Sí existía en el pasado. El estado era el arquitecto de lo que llaman el neoliberalismo. Es el estado el que generó todas las regulaciones permitiendo los instrumentos y estafas. No existía el libre mercado, ni antes, no ahora ni en el futuro. Siempre el capitalismo en todas sus formas, manufacturero o financiero siempre utilizaba los presupuestos, los impuestos y los incentivos para generar su expansión, mucho más de lo que la gente que habla del neoliberalismo quiere reconocer. Y las regulaciones que proponen ahora son ineficientes porque el problema no es simplemente buenas o malas regulaciones, sino que son los capitalistas que controlan las inversiones los que determinan quién va a regular a quién, a qué costo y para el beneficio de quien.

G.P.: Esta claro que para el pueblo y lo los trabajadores norteamericanos la crisis recién comienza y que van a haber más penurias. ¿Qué opinas que pasará con el resto de los pueblos del mundo, particularmente para América Latina?

J.P.: A causa de la crisis y la recesión, los Estados Unidos han bajado sus importaciones de Asia. Por ejemplo, en el trimestre pasado las exportaciones de Japón a Estados Unidos bajaron un 25%. Estados Unidos empieza a bajar sus importaciones porque los consumidores no compran, las industrias no importan, etc.

En la medida en que China y Asia bajan sus exportaciones a Estados Unidos, van a bajar sus importaciones de soja, de minerales, etc. de América Latina. La recesión, sino hablamos de depresión norteamericana, va a tener un efecto sobre Asia y a partir de Asia va tener un tremendo efecto sobre el modelo agro-mineral exportador en Argentina, Brasil, Chile, etc. Hay que pensarlo como una cadena que empieza con la depresión norteamericana. Hay una posibilidad de que el efecto no sea tan profundo en el grado que China pueda reorientar su economía hacia la producción para el consumo interno. Entonces, seguiría creciendo a partir de la producción para el mercado interno. Pero eso implicaría una revolución social en China porque las masas en China, que tienen muy bajos ingresos, no pueden consumir y sin tener ningún plan de salud, sin tener educación pública gratuita, no hay eso ahora en China (por eso la gente no puede consumir porque bajo el capitalismo en China ahora todo hay que pagarlo, medicina, educación, etc.) En la medida en la que no haya una transformación social en China para aumentar el poder de consumo y el poder de ingresos de las masas, China no puede reorientar su economía hacia adentro porque hay cientos de millones de chinos que viven en la pobreza. Esta posibilidad de reemplazar las altas importaciones de América Latina no creo que sea factible dada la composición de clase de los gobiernos de China, India, Japón.

G.P.: Te agradecemos mucho por este diálogo, muy interesante. Siempre conversamos con vos sobre lo que pasa en Medio Oriente, en América Latina, ahora estamos hablando con vos sobre lo que está sucediendo en el corazón del capitalismo, en los Estados Unidos. Muchísimas gracias.

J.P.: Un placer. Sigan adelante, la lucha se va a profundizar. Como decía, estamos en el comienzo de esta catástrofe y como decía el Financial Times “las convusiones del capitalismo de los Estados Unidos”... utilizan nuestro lenguaje la misma prensa financiera… (risas). Un abrazo, chau.

*Realizada en el programa radial Pateando el Tablero, Buenos Aires, Argentina el sábado 27 de septiembre de 2008

Monday, October 06, 2008

El estupor de Vivanco o los derechos humanos en la revolución bolivariana

John Brown
http://iohannesmaurus.blogspot.com/



"Dejemos, pues, que los hombres de la sociedad sin capitalismo y sin Estado se desarrollen como quieran y como sepan, que den vida a las instituciones de relación social, de cultura, de deporte, de afinidad que estimen pertinentes. Obrará, sobre la nueva realidad mejor de lo que nosotros podemos prever desde el infierno capitalista en que nos encontramos todavía."

Diego Abad de Santillán (El organismo económico de la Revolución, 1936)

Las declaraciones del representante de Human Rights Watch en América Latina, José Miguel Vivanco, sobre Venezuela muestran a las claras que existen dos concepciones antagónicas de la democracia. La primera, la que exportan por medios más o menos violentos las grandes potencias capitalistas, tiene como marco la despolitización generalizada de la población. Norteamericanos y europeos y buena parte de los habitantes del planeta que viven en supuestas democracias están representados por sus gobernantes, lo cual quiere decir que pueden elegirlos periódicamente y que estos gobernantes, como cualquier soberano, actúan en su lugar y en su nombre. Democracia es el gobierno del pueblo representado por los poderes del Estado, lo cual, naturalmente, no implica ni participación del ciudadano en el gobierno, ni auténtico debate político en un espacio público. La representación, hoy tan alabada muestra así sus orígenes absolutistas. Ciertamente, la libertad de actuar en la esfera privada está garantizada, pero sólo en la medida en que ello no tenga consecuencias en una esfera pública anémica y neutralizada, donde todo discurso se ajusta a las leyes e imperativos de la economía y se muestra respetuoso de los derechos humanos, esto es, de la estricta separación entre esfera pública y privada.

Hay que agradecer a José Miguel Vivanco que nos haya recordado la posibilidad de otra democracia. Una democracia como la que experimenta Venezuela, en la que la participación política es generalizada y en la que -como causa y efecto de lo anterior- se cuestionan cosas tan sacrosantas como las leyes económicas capitalistas y la impermeabilidad de la divisoria entre esfera pública y vida privada. La irrupción masiva de la ciudadanía venezolana en la esfera pública, cuya mejor ilustración fue la entrada en el censo electoral y la incorporación a la población dotada de derechos de cuatro millones de venezolanos "olvidados" por el régimen anterior rompe sin duda la barrera entre lo privado y lo público de manera espectacular. Los millones de personas que debían mantenerse en la miserable oscuridad de la inexistencia civil vinieron a unirse a los demás que, si bien censados y oficialmente existentes antes de Chávez, sólo podían votar a dos reflejos especulares de un orden neoliberal con resabios coloniales y racistas, siguiendo el reparto oligárquico del poder entre AD y Copei denominado pacto de "punto fijo".

Las declaraciones efectuadas por José Miguel Vivanco sobre el proceso Venezolano tras su expulsión del país por las autoridades bolivarianas son así sumamente aleccionadoras. Muestran el desconcierto que produce la revolución bolivariana entra los sacerdotes de la ideología hoy dominante de los derechos humanos. Lo que está ocurriendo en Venezuela es un proceso de cambio social radical en ruptura abierta con el neoliberalismo. Este proceso presenta la particularidad de estarse realizando dentro de un marco escrupulosamente legalista y respetuoso de todas las libertades, tal como han resaltado correctamente Carlos Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero en su libro Comprender Venezuela así como todos los observadores honrados. Lo que sorprende en las declaraciones de Vivanco al periódico chileno "El Mercurio" -de siniestra memoria- es que no niegue este hecho, pues no duda en afirmar que: "En Venezuela hay aún democracia. Es una democracia muy debilitada debido al ejercicio del poder del presidente Chávez, pero no hay que confundirse: Acá es perfectamente posible discrepar y los medios de comunicación pueden transmitir opiniones diferentes, pese a las limitaciones existentes." Lo interesante de estas afirmaciones no es tanto que reconozca lo obvio: "En Venezuela hay aún democracia", como que introduzca en este reconocimiento un importante matiz: "Es una democracia muy debilitada debido al ejercicio del poder del presidente Chávez." Es este concepto de "democracia debilitada" por la acción del Presidente Chávez lo que aquí nos interesa, pues nos invita a inferir qué puede ser para Vivanco una "democracia sana y fuerte".

La respuesta a este interrogante la encontramos en el propio texto, pues en el diagnóstico de la enfermedad se indican en negativo las características de lo que sería un estado normal y saludable de la democracia venezolana. En ese estado normal y saludable, el Presidente debería sin duda respetar su función "institucional" y callarse, obedeciendo así la orden del sucesor nombrado por Franco a la jefatura del Estado Español, Don Juan Carlos de Borbón y Borbón. Un Chávez calladito sería, sin duda más presentable, e incluso llegarían a tolerarle los rasgos aindiados. Otros que deberían callarse serían los habitantes de los barrios y los movimientos sociales, pues para eso han votado a un parlamento y a un presidente que actúe en su lugar. Como estas instituciones, dentro de su papel institucional deberían permanecer también calladas y dejar que decidan los "expertos económicos" olvidándose de ensueños socialistas, la oposición sería tratada con "respeto" pues nadie hostigaría ni trataría con hostilidad a los eximios y distinguidos representantes de la racionalidad, neoliberal por supuesto.

El problema es que Chávez, el presidente más veces votado de toda Latinoamérica no se calla y pretende incluso afirmar la capacidad de su país y de toda América Latina de salir del orden neoliberal y de la condición de "patio trasero" de Norteamérica. Y todo ello lo dice con una retórica y unos modales que no son los que la gente fina espera de un Presidente. Habla reconociendo que en su sociedad y en el mundo existen antagonismos, incluso lucha de clases y resistencia contra el orden capitalista mundial y los Estados que lo afianzan. Esto es lo que llama Vivanco "segregar a la oposición", cuando afirma en su entrevista al Mercurio que:"Es normal que exista un debate público vigoroso y es normal que muchos de nuestros países estén, lamentablemente, polarizados, pero lo que no es habitual es que se discrimine y excluya a quienes se oponen al Gobierno, salvo en Colombia, donde el presidente (Álvaro) Uribe mantiene un grado de descalificación y agresión similar al de Chávez." Incluso leyendo el disparatado informe de Human Rights Watch, la comparación con Uribe, el antiguo agente electoral de Don Pablo Escobar y representante oficial de los paramilitares, es perfectamente inadmisible. En Colombia la oposición no sólo es discriminada sino asesinada masiva y sistemáticamente, mientras que en Venezuela siguen en libertad incluso los promotores de un golpe de Estado que inició esta tan poco leal oposición "poniendo muertos sobre la mesa" en el famoso tiroteo de Puente Laguno y que pudo haber culminado en un auténtico baño de sangre. Por no hablar de las emisoras privadas de televisión y de radio que después de haber apoyado nada menos que un golpe de Estado, siguen insultando y amenazando al Presidente y a altos cargos del gobierno con una impunidad inconcebible en Europa o Estados Unidos. No es que se discrimine a la oposición tachándola de golpista, esta misma oposición, extraparlamentaria por voluntad propia, llama constantemente al golpe de Estado e incluso lo prepara. Sólo cabe pensar que el señor Vivanco no ha visto la radio ni oído la televisión privada durante su estancia en Venezuela o que tiene algún interés en pasar por alto estos aspectos.

Lo implícito en cuanto afirma Vivanco sobre Venezuela es que detrás de lo que él concibe como derechos humanos, garantías y estado de derecho sólo puede existir un marco social capitalista. Lo que se está transformando radicalmente en Venezuela son las relaciones sociales de producción en favor de una fórmula de economía mixta, que el gobierno denomina "socialista", en la que coexisten con un sector mercantil integrado en el mercado mundial, formas de producción social y cooperativa, industrias nacionalizadas y circuitos de distribución alternativos. Algo muy distinto del viejo socialismo soviético y bastante más parecido a lo que la CNT llevara a la práctica -con éxito- en la época de la Revolución española. La formulación teórica de la línea anarco-sindicalista en lo que se refiere a la economía figura en un libro lamentablemente casi olvidadode Diego Abad de Santillán que lleva por título "El organismo económico de la revolución." En ese texto se afirma entre otras cosas: "No necesitamos la hipótesis de Dios para nuestra construcción ideal de nuestra sociedad de trabajadores; no tenemos que recurrir tampoco a la hipótesis del Estado. No queremos que todos bailen la misma música, que todos marquen el paso unísono. Incluso admitimos la posibilidad de diversos organismos, unos más y otros menos revolucionarios, unos más y otros menos amigos de nuestra situación." Esto es precisamente lo que espeluzna a Vivanco, lo que considera "falta de garantías" del Estado bolivariano. El hecho de que este Estado, neutralizado en su función "natural" que es la imposición del orden (capitalista) no garantice ya la monopolización de la esfera económica por el capital. Lo que pasa en Venezuela -como ocurriera en Cataluña en 1936- es que el Estado ha quedado neutralizado, vaciado de su anterior contenido de clase.

A través de un dirigente "populista" como Hugo Chávez que, en vez de disparar contra los movimientos sociales como hicieron los anteriores "demócratas" venezolanos para imponer las consignas del FMI, propicia el desarrollo de todo tipo de iniciativas sociales descentralizadas, se está produciendo en ese país una transformación social radical a la vez que plural. Lo que lamenta Vivanco es que los derechos humanos se hayan transformado en libertades efectivas de los individuos y de los grupos sociales y no en la mera forma jurídica de un capitalismo obligatorio, impuesto por el Estado como única forma posible de producción y distribución de la riqueza. De ahí su estupor, su incapacidad de comprender el doble aspecto del proceso bolivariano en sus dimensiones de conquista de las libertades y de transformación social, así como su inmensa perplejidad hacia un Presidente cuya función fundamental es la de neutralizar el Estado como instrumento de la dictadura capitalista. El sueño de Chaplin en el Gran Dictador, de que un sosias de Hitler, judío, pobre, tímido, demócrata y pacifista ocupase el lugar del terrible tirano se ha hecho realidad en Venezuela. Allí ese lugar temible y respetable lo ocupa un militar poco elegante, indio, autodidacta, admirador de Bolivar y del Che y amigo de Fidel Castro. Gracias a ello está siendo posible esta transformación radical y pacífica del país que se efectúa, como todo proceso revolucionario y como todo acto verdaderamente político sin ninguna garantía definitiva.

En cuanto a la suerte personal del señor Vivanco, imaginemos por un sólo instante que en lugar de hablar de Venezuela hablara de España y apoyara en este país planteamientos explícitamente anticapitalistas declarando la política neoliberal de los distintos gobiernos lesiva para la democracia. Imaginemos además que el informe de Human Rights Watch sobre España hubiera adoptado como suyas las reivindicaciones del independentismo vasco e incluso de la propia ETA reclamando el derecho a la autodeterminación para Euskal Herria y un trato digno y legal para los presos políticos. ¿Habría salido tan bien parado en el democrático reino como en la democracia bolivariana?