Wednesday, October 31, 2012

El fin del milagro, el regreso al subdesarrollo





Los años felices en los cuales España parecía salir del subdesarrollo se esfuman. Fue un tiempo que se adjetivó, cuando las cifras macroeconómicas eran un éxito, como el milagro español”. Pero al igual que sucedió con el “milagro brasileño” de los años 70 del siglo XX, ambos carecían de legitimidad política.
Sirva este recordatorio para valorar, en su dimensión, el significado de los recortes, las reformas laborales y el aumento de la desigualdad en España. Si a mediados del siglo pasado sus élites se vanagloriaban de haber dejado atrás la España rural y caciquil de posguerra, lo hacían convencidas del carácter irreversible del proceso. La visión lúgubre de un país inconexo, autárquico y fuera del orden mundial fue sustituida por una España alegre, moderna y emprendedora. La modernización social hizo acto de presencia. Al férreo control político, la dictadura opuso un sentido social a sus reformas. Proteccionista del trabajador y limitante del poder de los empresarios. Su visión corporativa de la sociedad llevó a la dirigencia franquista a valorar como triunfo la paz obtenida a base de garrote y represión.
La población sentía que el franquismo era permisivo y que si no se metía en política, podría gozar de oportunidades, hasta los años 50, desconocidas. Las cartillas de racionamiento eran pasado. El pleno empleo se acariciaba y la clase obrera industrial accedía a vivienda social, crédito privado, educación... Se edificaba un sistema de salud pública que iba cubriendo poco a poco a la población. La etapa de la beneficencia, pobreza extrema y exclusión social eran reminiscencias y así fue interpretada por las autoridades. Se dejó en manos de la Iglesia y organizaciones de caridad residual. Por otro lado, las relaciones sociolaborales entraron en un periodo de poca conflictividad, aunque se mantuvo la represión en los enclaves tradicionales, como la minería. Sin embargo, hubo acuerdos de base. Los contratos daban seguridad al trabajador, impedían el despido arbitrario y libre y sujetaban al empresario a estrictas normas de negociación colectiva, vía los sindicatos verticales. Los sueldos subían en proporción al coste de vida. La gente parecía estar “contenta”. La mejora en las condiciones de vida de las clases trabajadoras tuvo efectos inmediatos sobre el consumo, el crecimiento y la distribución de la renta. Las desigualdades disminuían, y muchos pudieron acceder a una vivienda de protección oficial. Sus hijos podían incorporarse a la universidad y la política diseñada de familias numerosas comenzaba a dar frutos. Con cuatro o cinco hijos, las demandas educativas aumentaron. La educación, a pesar de sus componentes ideológicos franquistas, sufrió la avalancha. Si en 1957 había 64 mil 281 estudiantes universitarios, en 1968 la cifra se disparó a 139 mil 266. Nuevas universidades, más becas, más profesores, mejores sueldos y sobre todo control político. Aun así, la vida parecía entrar en esa dinámica de progreso imparable. Así ocurría en cuanto a las migraciones campo-ciudad. De casi 30 millones de españoles, entre 1961 y 1969 cambiaron de residencia unos 3.5 millones de personas. De ellas un millón abandonó poblaciones de menos de 10 mil habitantes; casi 300 mil pasaron a engrosar ciudades de 10 mil a 100 mil habitantes, y cerca de 800 mil buscaron asentarse en ciudades de más de 100 mil habitantes.
La urbanización se consolida y la industrialización da frutos. La población activa en el sector industrial crece 7.8 por ciento entre 1964 y 1969. Los trabajadores especializados fueron las figuras del proceso. La estructura social se diversificaba, posibilitando el ascenso social. España se integra a las llamadas sociedades de clases medias. La meritocracia, las reformas de acceso a la función pública, la perspectiva institucional y menos política, hicieron que los gobiernos se definieran como tecnocráticos. El franquismo ideológico tenía los días contados. Lo sustituía una élite interesada en perpetuar un proyecto que se desprendiera de sus raíces dictatoriales. La sociedad española debía creer en la instauración de una monarquía parlamentaria, apoyada en la democracia representativa, fuente del progreso. Las clases medias se sintieron arropadas, compraron el discurso. España seguía la senda del progreso.
Pero algo no calzó en los planes. El neoliberalismo se adueñó de las élites dirigentes. Unos y otros se hicieron eco de las críticas al Estado de bienestar y comenzaron a destruir lo poco que de forma paternalista hizo el franquismo. En vez de hacer una crítica política a la tiranía y separar el polvo de la paja, se procedió a tirar el agua sucia con el niño dentro. El sector público se privatizó. Se impuso la categoría de rentabilidad gerencial en sanidad, educación, construcción social y servicios de atención primaria. El dinero ha sido la marca universal de medida. Así han llegado los cambios. También en la política. El marketing electoral sustituye el debate ideológico, los programas y las alternativas. Se vende un producto. El ciudadano se esfuma. Hay consumidores de objetos imposibles que mantienen su fidelidad al producto. España hoy es una sociedad dual. El subdesarrollo social, económico y también político es la consecuencia de la fiebre liberalizadora. Los índices de pobreza, exclusión social, marginación, desempleo, pérdida de derechos laborales, sindicales o culturales están en todas las estadísticas. Y lo peor, siguen aumentando.
El suicidio del dueño de un quiosco de periódicos en Granada, agobiado por las deudas y desahuciado por el banco, es la punta del iceberg. A diario, las entidades bancarias, Santander, BBVA, las cajas privatizadas, desahucian a 535 familias. Padres con hijos en edad escolar, bebés, o personas mayores a su cargo. Sin trabajo, se ven abocados a vivir en la calle. Son al menos, 2 mil personas al día. Sin embargo, existen más de 3 millones de pisos vacíos. Más de la mitad en manos de entidades financieras. Pero eso no les preocupa ni a la élite política ni a los bancos. Prefieren hacer la vista gorda y seguir la senda del subdesarrollo. Hoy miles de jóvenes y familias emprenden, como durante el franquismo, el éxodo. Alemania y América Latina se convierte en su destino. El milagro español resultó ser una falacia.
Fuente original: http://www.jornada.unam.

Thursday, October 25, 2012



Entrevista con el politólogo argentino Atilio Boron
"Los monopolios mediáticos en América Latina son el sustituto funcional de los partidos de derecha ante su fracaso”

Cronicon.net


"No hay que llamarse a error: los medios de comunicación simplemente son grandes conglomerados empresariales que tienen intereses económicos y políticos. En América Latina los monopolios mediáticos tienen un poder fenomenal que han venido a sustituir a los partidos políticos de la derecha que han caído en el descrédito y que no tienen capacidad de concitar la atención ni la voluntad de los sectores conservadores de la sociedad". Así caracteriza el politólogo y científico social argentino Atilio Boron a la denominada canalla mediática. En este sentido, explica, "se cumple aquello que muy bien profetizó Gramsci hace casi un siglo cuando dijo que ante la ausencia de organizaciones de la derecha política, los medios de comunicación, los grandes diarios, asumen la representación de sus intereses y eso se está dando en América Latina". En prácticamente todos los países de la región los conglomerados mediáticos se han convertido en "operadores políticos".
La crisis del capitalismo y el triunfo de Chávez
Boron, quien no necesita presentación por ser un importante referente de la teoría política y de las ciencias sociales en Iberoamérica, fue uno de los expositores principales del VI Encuentro Internacional de Economía Política y Derechos Humanos organizado por la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, el cual tuvo lugar en Buenos Aires entre el 4 y el 6 de octubre.
Tópicos como la crisis estructural del capitalismo, el fenómeno de la manipulación de los monopolios mediáticos y lo que significa para América Latina el triunfo reeleccionista del presidente venezolano Hugo Chávez fueron tratados a profundidad por este destacado politólogo, sociólogo e investigador social, doctorado en Ciencia Política por la Universidad de Harvard y actualmente director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini de la capital argentina.
Para ahondar sobre algunos de estos temas, el OBSERVATORIO SOCIOPOLÍTICO LATINOAMERICANO www.cronicon.net tuvo la oportunidad de entrevistarlo al término de su participación en dicho foro académico internacional.
Hacia un proyecto postcapitalista
En desarrollo de su disertación en el encuentro de la Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo, Boron analizó el contexto de la crisis capitalista.
"Hoy en día -dijo el politólogo- es imposible referirse a la crisis y la salida de la misma sin hablar del petróleo, el agua y de las cuestiones medio ambientales. Esta es una crisis estructural y no producto de una mala administración de los bancos de las hipotecas subprime".
Recordó que recientemente se plantearon propuestas por parte de dos premios Nobel de Economía para amilanar la debacle capitalista. Una, la esbozada por Paul Krugman que propone revitalizar el gasto público. El problema, dijo Boron, es que los Estados están quebrados y el nivel de endeudamiento de las familias en Estados Unidos equivale al 150% de los ingresos anuales.
"Krugman propone darle crédito al Estado para que estimule la economía. Pero los Estados no tienen dinero porque acudieron a salvar a los bancos", precisó.
El otro planteamiento es de Amartya Sen, quien analiza la situación del capitalismo como una crisis de confianza y es muy difícil restablecerla entre los ahorristas y los banqueros dados los antecedentes de éstos últimos. Por ello Borón afirma que éstas no dejan de ser "pseudo explicaciones que no terminan de ir al fondo de la cuestión. No explican porqué caen los índices del PBI y suben las bolsas. Ambos índices estarían desvinculados y las bolsas crecen porque los gobiernos inyectaron moneda al sistema financiero".
La crisis capitalista ha servido para acumular riqueza en muy pocas manos, puesto que "lo que han hecho las democracias capitalistas en el mundo desarrollado es salvar a los banqueros, no a los endeudados, a las víctimas".
Ejemplificó con las siguientes cifras: mientras el ingreso medio de una familia en Estados Unidos es de 50.000 dólares al año, el de los hispanos 37.000 y el de una familia negra 32.000, el director ejecutivo del Bank of America, rescatado, cobró un salario de 29 millones de dólares.
Es evidente entonces, dijo Boron, que cada vez hay una tendencia más regresiva de acumular riqueza en pocas manos. En treinta años el ingreso de los asalariados se incrementó en un 18% y el de los más ricos se acrecentó en un 238%.
"En el capitalismo desarrollado ha habido una mutación y los gobiernos democráticos se han transformado en plutocracias, gobiernos de ricos", explicó. Pero además, "el capitalismo se basa en la apropiación selectiva de los recursos".
Por ello, citando al economista egipcio Samir Amin, este científico social argentino afirma sin ambages que "no hay salida dentro del capitalismo".
Como alternativa, Boron sostiene que "hoy se puede pensar en un salto hacia un modelo postcapitalista. Hay algo que se puede hacer hasta que aparezcan los sujetos sociales que darán el tiro de gracia al capitalismo. Lo que se puede hacer es desmercantilizar todo lo que el capitalismo ha mercantilizado: la salud, la economía, la educación. Así estaremos en condiciones de ver el amanecer de un mundo más justo y más humano", puntualizó.
La reelección en Venezuela
Sobre la matriz de opinión que han querido imponer los monopolios mediáticos de la derecha en el sentido de que la reelección del presidente Chávez en Venezuela es un síntoma de que se quiere perpetuar en el poder, el análisis de Borón fue contundente:
"Hay un grado de hipocresía enorme en este tema, porque la misma gente que se preocupa porque Chávez pueda estar 20 años en el gobierno aplaudía fervorosamente a Helmut Kohl que se quedó 18 años en Alemania, o 14 Felipe González en España o 12 Margaret Thatcher en Inglaterra".
"Hay un argumento racista que dice que somos una raza de corruptos e imbéciles que no podemos dejar que la gente se quede tanto en el poder o hay una conveniencia política, que es lo que pasa, donde ellos tratan de limar las perspectivas de poder de líderes políticos que no son de su agrado. Ahora, si Chávez instaurara una dinastía donde su hijo y su nieto heredan el poder, yo estaría en desacuerdo, pero lo que hace Chávez es decirle al pueblo elija y es el gobernante que a nivel mundial en un período de 13 años convocó a 15 elecciones, de las cuales ganó 14 y perdió una por menos un punto y reconoció rápidamente su derrota. Entonces, no está dicho en ningún lugar serio de la teoría democrática que tiene que haber alternancia de liderazgos, en la medida que ese liderazgo sea ratificado en elecciones limpias y por la soberanía popular".
Confiera la entrevista:

La canalla mediática asume representación de intereses de la derecha
- Hoy en el debate de la teoría política se viene hablando de "posdemocracia" para significar el agotamiento de los partidos políticos, la irrupción de los movimientos sociales y la incidencia en la opinión pública de los medios de comunicación. ¿Qué alcance le da usted a este nuevo concepto?
- Yo lo analizo como una expresión de la capitulación del pensamiento burgués que en una determinada fase del desarrollo histórico del capitalismo, fundamentalmente a partir del final de la Primera Guerra mundial, se apropió de una bandera que era la de la democracia y la hizo suya. De alguna manera algunos sectores de la izquierda consintieron ese despojo. ¿Por qué?, bueno, porque estábamos un poco a la defensiva y además el capitalismo había hecho una serie de cambios muy importantes, y por eso fue que la idea de la democracia quedó como si fuera una idea propia de la tradición liberal burguesa a pesar de que nunca hubo un pensador de esta corriente política que hiciera una apología del régimen democrático. Lo estudiaban si a caso a partir de Thorbecke o John Stuart Mill, pero nunca proponían un régimen realmente democrático, eso viene de la tradición socialista y marxista. Se apropiaron de esa idea, la utilizaron durante todo el siglo XX, pero ahora dadas las nuevas contradicciones del capitalismo y el hecho de que las grandes empresas hicieron suya la concepción democrática y la han bastardeado y desvirtuado hasta el punto tal de hacerla irreconocible, se han dado cuenta de que no tiene sentido seguir hablando de democracia. Entonces utilizan el discurso resignado que dice que lo mejor de la vida democrática ya pasó, un poco el análisis de Colin Crouch: lo que queda ahora es el aburrimiento, la resignación, el dominio a cargo de las grandes transnacionales, los mercados secuestraron a la democracia, y por lo tanto tenemos que acostumbrarnos a vivir en un mundo posdemocrático. Nosotros como socialistas y más aún como marxistas no podemos aceptar jamás esa idea. Creo que la democracia es la culminación de un proyecto socialista, de la socialización de la riqueza, de la cultura y del poder. Pero para el pensamiento burgués la democracia es una conveniencia ocasional que duró unos 80 o 90 años, luego de lo cual decidió desembarazarse de ella.
- ¿Aunque es una circunstancia anómala mundial, cómo analiza el fenómeno de la canalla mediática en América Latina si se tiene en cuenta que la propiedad de los grandes medios está concentrado en unos pocos monopolios del gran capital? ¿Pareciera que paulatinamente van perdiendo credibilidad?
- Lo que bien calificas como canalla mediática tiene un poder fenomenal que ha venido a sustituir a los partidos políticos de la derecha que han caído en el descrédito y que no tienen capacidad de concitar la atención ni la voluntad de los sectores conservadores de la sociedad. En este sentido se cumple aquello que muy bien profetizó Gramsci hace casi un siglo cuando dijo que ante la ausencia de organizaciones de la derecha política, los medios de comunicación, los grandes diarios, asumen la representación de sus intereses y eso se está dando en América Latina. En algunos países la derecha conserva una cierta capacidad de expresión orgánica, creo que el caso de Colombia es uno de ellos, pero en la Argentina no, porque en este país no existen dos partidos como el liberal y el conservador colombianos, y lo mismo pasa en Uruguay y Brasil. El caso colombiano revela la sobrevivencia de organizaciones clásicas del siglo XIX de la derecha que se han mantenido incólumes a lo largo de 150 años. Es parte del anacronismo de la vida política colombiana que se expresa a través de dos formaciones políticas decimonónicas, cuando la sociedad colombiana está mucho más evolucionada. Es una sociedad que tiene una capacidad de expresión a través de diferentes organizaciones, movilizaciones e iniciativas populares que no encuentran eco en el carácter absolutamente arcaico del sistema de partidos legales en Colombia.
- Con esa descripción que encaja perfectamente en la realidad política colombiana, qué podríamos hablar entonces de sus medios de comunicación…
- Los medios de comunicación en aquellos países en que los partidos han desaparecido o se han debilitado, son el sustituto funcional de los sectores de la derecha.
- ¿Qué significa para América Latina el triunfo reeleccionista del presidente venezolano Hugo Chávez?
- Significa continuar en una senda que se inició hace trece años, una senada que progresivamente ha logrado algunas derrotas muy importantes del imperialismo norteamericano en la región, entre ellas la más importante, la derrota del proyecto del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), que era la actualización de la Doctrina Monroe para el siglo XXI y eso fue barrido básicamente por la enorme capacidad de Chávez de formar una coalición con presidentes que no siendo propiamente de izquierda eran sensibles a un proyecto progresista como podía ser el caso de Lula en Brasil y Néstor Kirchner en Argentina. O sea, Chávez ha sido de alguna manera el gran mariscal de campo en la batalla contra el imperialismo y es un hombre que tiene la visión geopolítica estratégica continental que nadie más tiene en Suramérica. El otro que la tiene es Fidel, pero él ya no es jefe de Estado, aunque yo siempre digo que el líder cubano es el gran estratega de la lucha por la segunda y definitiva independencia, mientras que Hugo Chávez es el que lleva a los campos de batalla las grandes ideas, con lo cual hemos avanzado mucho. Incluso ahora con el ingreso de Venezuela a Mercosur se ha logrado crear una especie de blindaje contra tentativas de golpe de Estado. De haberse encontrado Venezuela asilada, considerada un Estado paria, habría sido presa muy fácil de la derecha de ese país y del imperio norteamericano. Ahora, no les va a resultar tan fácil.
- ¿No ve algunos nubarrones en el horizonte del proceso revolucionario de Venezuela?
- Yo creo que sí, porque la derecha es muy poderosa en América Latina y tiene capacidad de engañar a la gente. Y los grandes medios de comunicación tiene la capacidad de manipular, engañar, deformar la opinión de la gente, en Colombia lo vemos muy claro. Buena parte de los colombianos compraron el boleto de la Seguridad Democrática con una ingenuidad, como acá en la Argentina compramos el boleto de ganar la guerra de las Malvinas. Hay que tener en cuenta entonces que hay nubarrones en el horizonte porque el imperialismo no se va a quedar de brazos cruzados y va a intentar hacer algo como por ejemplo impulsar una tentativa de sublevación popular, tratar de desestabilizar el gobierno de Chávez y tumbarlo.
Tomado de http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=71558