Sunday, February 26, 2012

"LOS PODEROSOS NUNCA PAGAN POR LO QUE HACEN"

23/02/2012
Hebe de Bonafini. Discurso del 23 de febrero de 2012.

"Compañeras, creo que ayer y hoy son dos días muy tristes. Y seguirán siendo tristes para todos. No es un simple accidente de tren. Es algo que tiene que ver mucho más allá, que tiene que ver con nuestras clases sociales.
Los poderosos nunca pagan por lo que hacen. Y siempre las muertes son nuestras. Los pobres y los trabajadores. Ellos no viajan en tren, ellos viajan en sus grandes autos.
Otra vez le quieren echar la culpa al trabajador. Perón decía que los hombres son buenos, pero sí se los vigila son mejores. Yo le pido a la Señora Presidenta que vigile un poco más a los hombres que tendrían que pensar un poco más en esta Patria y en este país. Lo que dijo Schiavi es una vergüenza. Yo no se si podrá dormir tranquilo, si se podrá mirar en el espejo, al haber dicho que si fuera un día de fiesta hubiera habido menos muerte porque viajaba menos gente. La gente viaja cuando trabaja, cuando tiene que ir y venir de su trabajo, de su empleo, de su estudio, de su casa. Y vuelta otra vez, 600 heridos, 50 muertos. Todos de los nuestros, ninguno de los poderosos. Ellos no viajan en tren."
"Cuando Menem regaló los trenes, todos los que hablan ahora no dijeron nada, porque de todo era 'deme dos'. Compro dos, un dólar igual a un peso, un peso igual a un dólar. Entonces se callaron, entonces son cómplices, que ahora no hablen, que no digan nada porque ahora no tienen derecho a hablar. Y la verdad que Schiavi me da vergüenza. Verguenza ajena que un funcionario sea tan pelotudo.
Y otra vez los muertos nuestros, y otra vez los trabajadores. Impresionante y bárbaro el trabajo de los médicos, de los bomberos, de la policía, del SAME, de los helicópteros. Y de la gente y de los médicos que vinieron de su casa, que no correspondían a ningún hospital, pero que se pusieron el delantal, los enfermeros y vinieron a socorrer. De ellos tenemos que estar orgullosos porque los socorrieron a tiempo, y a veces se salva la vida por un minuto, por dos minutos. A ellos los felicitamos. A ellos les mandamos un abrazo desde aquí. Y un abrazo también a todas las familias.
Cuando ayer veía a las madres pedir por la televisión mostrando tímidamente las fotos de los hijos, empecé a acordarme de los primeros días, cuando secuestraban a nuestros hijos que no teníamos a donde ir, a donde mostrar la foto, que nadie nos abría las puertas y no sabíamos donde estaban, ni que les había pasado, ni cual era su destino. Y sufrí con ellas, y todavía hoy hay muchas madres que no saben, hay más de 100 que no están identificados. Y las madres y los padres corren de un lugar al otro con esa desesperación del no saber.
Nosotras seguimos sin saber, pero sí supimos qué hacer, cómo movilizarnos, en que creer y cómo sentirlos vivos en todo lo que hacemos. A ellos les va a ser muy difícil porque ellos no murieron por la revolución, ellos murieron por ir a trabajar, por creer en este proyecto. Tal vez alguno sí creería en la revolución. Pero la verdad es que me dan vergüenza los funcionarios, me da vergüenza Jaime, me da vergüenza Schiavi. Me da vergüenza que todavía tengamos que pelear para que los ferrocarriles sean nuestros. ¿Cuándo van a ser nuestros? Si se les da tres millones como decían hoy o ayer, tres millones por día, ¿qué hacen con esa plata? ¿Por qué no están arreglados? ¿Por qué no tenían frenos? No le podemos echar la culpa al pibe que manejaba el tren. No, él no tiene la culpa de nada, él hizo lo que le parecía, él también casi pierde la vida.
Así que con mucha tristeza y con mucho dolor y con mucha angustia, porque no hubiera querido hacer este discurso hoy. Tal vez a la Presidenta no le guste, no se que pensará ella y qué mal se habrá sentido porque ella con mucho criterio suspendió todo, suspendió la fiesta que iba a haber del corso del sábado y el domingo. Y me parece muy bien porque nadie quedó con ganas de salir a cantar, de salir a bailar cuando hay tanta gente que está sufriendo quien sabe por cuántos días.
Por eso hoy en la Plaza no cantamos, ninguno quiso cantar, nos pareció bien. La Plaza en silencio tiene también mucha fuerza. Desde aquí, desde la Plaza les mandamos a todos los familiares, las madres, los padres, las esposas, los esposos, los hijos, las hijas, un abrazo grande que es lo único que les podemos mandar. Y les decimos que los comprendemos porque nosotros tuvimos la desgracia de perder a nuestros hijos y que nadie nos abriera las puertas y no teníamos un lugar donde mostrar su foto. La teníamos que llevar apretada contra nuestro corazón, encerradas en nuestras carteras, golpeando cuarteles, golpeando comisarías, golpeando iglesias. Y nadie nos abría las puertas. Por eso murieron 30.000, por eso dieron la vida 30.000, porque la sociedad civil se hizo cómplice. Muchas gracias. Hasta el jueves que viene."

¿Quién cerró Público?

Ver como pdf 26-02-2012

España




Finalmente el diario Público ha desaparecido en su versión en papel, aunque se mantiene la digital. Público llegó a los quioscos el 26 de septiembre de 2007, editado por Mediapubli, y hoy llevaba perdidos unos 80 millones de euros con una deuda total actual que ronda los 21 millones 1. Jaime Roures, principal impulsor del rotativo, anunció a la plantilla que la empresa necesitaba unos nueve millones de euros para mantener la edición impresa en las actuales condiciones, por lo que él y sus socios estaban buscando inversores. Tenían alrededor de un mes para reunir el capital, plazo que marca la ley para presentar un plan de viabilidad tras la suspensión de pagos, pero las gestiones llevadas a cabo —tanto en España como en América Latina— no prosperaron.

Según la empresa, la suspensión de pagos se hacía debido a “la intensificación de la crisis publicitaria, la profunda transformación que está sufriendo el sector de la prensa escrita y las dificultades para acceder a nueva financiación”. Roures dijo, en un hotel de Beverly Hills en los Ángeles, que las razones eran “la crisis económica, la del papel frente al medio digital y la de la política de izquierdas en España” 2

¿Por qué ha resultado inviable Público? Su director, Jesús Maraña, en una despedida repleta de lanzamientos de balones fuera, aporta razonamientos demasiado imprecisos: “La agudísima crisis económica, la publicitaria, la del papel… son factores decisivos que han hecho inviable el proyecto de ‘Público’, como también lo son los propios errores desde la dirección del diario o desde la empresa editora” 3. Hasta el último momento la dirección del periódico alardeaba de ventas y lectores; y si de errores de la dirección y de la empresa se trata, podría el director precisarnos algo más.

El colaborador Antonio Avendaño reconoce en su columna de despedida 4, con metáfora sanitaria incluida, que no entiende muchas cosas:

“de la muerte de Público, que se hace efectiva hoy 24 de febrero del año de desgracia de 2012, apenas sabemos nada. Por no saber, ni siquiera sabemos si se ha muerto o lo han matado (…). No se sabe muy bien qué pasó allí dentro ni quiénes eran los especialistas llamados a salvar a Público, pero sí sabemos que fracasaron, aunque no por qué se produjo ese fracaso: si por falta de fe, por falta de pericia o, simplemente, porque no hubo forma humana de acopiar esas pocas pero cruciales bolsas de sangre que había que transfundir con urgencia al enfermo, aunque también es verdad que la sangre que gastaba el puñetero es de un tipo muy poco usual y muy difícil de encontrar en los bancos (de plasma sanguíneo).

¿Nos morimos solos o nos matan? De algún modo, todos los que mueren antes de tiempo mueren porque los matan. Público ha muerto antes de tiempo. Y si es así, ¿quién lo ha matado? Es cierto que también se puede morir de muerte natural antes de tiempo, pero cuando se producen tales muertes todos tenemos la impresión de que no han sido muertes naturales en sentido estricto. Con Público nos pasa algo de eso: muere tan joven que nos cruza velozmente por la cabeza el mismo pensamiento que cuando muere una muchacha en el esplendor de su juventud: por qué diablos vivirán tantos años algunos que no lo merecen y tan pocos años estos otros que nos hacían la vida tan interesante”.

Mi admirado Isaac Rosa tampoco aporta muchas claves de los sucedido, en parte por su estado de ánimo: “Otro día, si quieren, discutimos sobre qué hay que hacer (y qué no hay que hacer) para tener un medio crítico, y qué lecciones hay que aprender de Público. Hoy, como comprenderán, no tengo humor para ello”. Aunque sí insinúa que Público ha estado funcionando gracias a la heroicidad de sus trabajadores: “Ni la independencia, ni la voz crítica, ni la libertad ni la valentía surgen espontáneamente por fundar una cabecera, ni aparecen de la nada porque así lo quiera la empresa o porque figuren en una declaración de principios. Hay que pelearlos día a día, dejándose horas, esfuerzo, nervios y no poca salud, atreviéndose a mirar donde otros no miran y a preguntar donde otros asienten; hay que dar la cara como la han dado todos estos trabajadores hasta el último día (…)”. Pero Rosa también insinúa soledad por parte de ellos: “Ya sé que hoy es día de lamentar el daño a la pluralidad informativa, la pérdida de una voz crítica, la orfandad de tantos lectores o el hueco que queda en el lado izquierdo del kiosco cuando más falta hace tenerlo cubierto, en tiempos de ofensiva reaccionaria. Pero me permitirán que no gaste mi última columna en repetir tópicos, pues ninguno de ellos ha salvado el periódico, ni tampoco han sido esos lugares comunes y afectados los que han hecho posible que el diario esté en la calle cuatro años y medio” 5

Por último, los trabajadores en su comunicado hablan de “mala gestión de la empresa”, sin ahondar más en el asunto.

Según los últimos datos de la OJD, el periódico tenía un promedio de tirada de 129.679 ejemplares y 87.983 de difusión 6. Si uno consulta el listado de diarios de información general auditado por la OJD, descubre que de casi un centenar Público se encontraba el séptimo en tirada y octavo en difusión. Es verdad que los regionales se pueden permitir menos tirada porque conllevan menos coste en distribución y en elaboración, pero es indiscutible que la acogida de lectores de Público no era mala. Es evidente por tanto que los datos de ventas y lectores no justifican por sí solos la inviabilidad del proyecto.

Pero creo que la izquierda debería reflexionar sobre lo sucedido con Público y aprender algo de la experiencia. Lo primero a destacar es que, aunque se presentaba como una propuesta informativa de izquierdas, sus propulsores, o mejor dicho su propulsor, era un empresario adinerado que asumía económicamente la iniciativa, Jaume Roures. Un financiador que intentó jugar simultáneamente a dos cartas: seducir a la ciudadanía más radical presentando sin ambages un periódico de izquierdas y prestar un leal servicio a un sector del entonces gobernante partido socialista, excesivamente dependiente del grupo PRISA. Los primeros servían como caladero de lectores en un panorama huérfano de medios que se posicionaran en la izquierda nacional e internacional, y los segundos para conseguir unas buenas relaciones con un poder político que le garantizaran acceso a adjudicaciones a su productora (RTVE), licencias de emisión, acceso a diferentes servicios lucrativos (fútbol), etc... El plan parecía estratégicamente acertado pero incluía una grave contradicción: te unías a los rebeldes por un lado y aceptabas las reglas de juego por otro. Es decir, como se diría en castellano antiguo, querían estar en misa y repicando.

Como resultado de este doble juego aparecían cosas curiosas que resultaban imperdonables para los lectores de la izquierda (la de verdad, no la que gobernó en nombre de los mercados). No se comprendía que se concediese el artículo estrella de opinión al embajador israelí, que se uniese al final al discurso de hostilidad contra los gobiernos progresistas latinoamericanos, que tuviese tres directores en tres años y uno terminara en la nómina del gobierno socialista, que incorporase analistas oportunistas de El País (Ernesto Ekaizer) o que la presencia de líderes del PSOE fuera constante. Ahora leo algún twitter de periodistas de Público quejándose de “las interferencias constantes de Roures en el trabajo de la redacción”. Por otro lado, la pata de “apoyo político” se quebró cuando el PSOE perdió las elecciones generales y el sector del partido más cercano a Público perdió el Congreso. El resultado es que quisieron jugar a dos bandas y se quedaron en tierra de nadie.

Además, en su diseño y forma, Público jugó a ese periodismo moderno de urgencia y brevedad, es decir, se fue a jugar a un terreno que no es el del periodismo escrito, sino que es el de internet y perdió, sin que su buena selección de DVD y libros de regalo lo pudieran evitar. Las películas y los libros sirven para vender ese día -aumentar la tirada y poder contratar la correspondiente publicidad- pero no garantiza la fidelidad diaria que necesita un periódico.

Por último, cuando los directivos y accionistas de Público veían que se acercaban al abismo pidieron ayuda a los lectores, apelaron a nuestro compromiso con un medio de izquierdas. Era lógico que así lo hicieran, pero para pedir ayuda a los “camaradas” hay que poner las cartas sobre la mesa: compartir la contabilidad, hacer públicos los sueldos y honorarios de todos los que trabajan, ofrecer cauces de participación para la selección de los contenidos, firmas y sueldos; y probablemente cambiar el modelo de accionariado. En Italia, Il Manifesto también ha declarado recientemente suspensión de pagos, pero ellos llevan años explicando su política salarial y exponiendo a los lectores su contabilidad.

Pero sería injusto, desde la izquierda, limitarnos a criticar a Roures y al resto de accionistas de su proyecto. Antes de Público, con todos sus errores y contradicciones, estábamos peor, su aparición tampoco obstaculizaba ningún otro plan mediático más radical. Basta observar cómo molestaba a la derecha mediática montaraz, la fauna de “intereconomía” no dejaba de embestir contra ellos y se jactaron de un modo miserable de su cierre 7. También toca hacer alguna autocrítica de los lectores y audiencias de izquierda. La mayoría sigue esperando el “mirlo blanco” millonario o empresario: Roures con Público, Teodulfo Lagunero con La Voz de la Calle. Un medio de izquierdas con un contenido valioso y verdaderamente alternativo sólo puede existir si hay una audiencia que le apoya y le promueve, en realidad es lo mismo que sucede con un sindicato o un partido político, nadie va a hacer el trabajo que sólo la colectividad puede hacer. No podemos poner la esperanza mediática de la izquierda en manos de un empresario a quien el cierre de su periódico le pilla en un hotel de Beverly Hills con motivo de los Óscar.

Y así llegamos al terreno de la economía. La izquierda no puede estar pidiendo información gratis, reportajes gratis y periodismo gratis y luego quejarse con tristeza cuando ve que las iniciativas terminan arruinadas. O pagamos nosotros o pagan los poderes públicos. La derecha no tiene ese dilema porque cuenta con grupos económicos dispuestos a poner -y perder- el dinero que haga falta: como accionistas, como anunciantes, como patrocinadores. Por eso Libertad Digital gana dinero aunque tenga menos lectores que muchos medios digitales alternativos de izquierda, o La Gaceta no cierra aunque su cifra de difusión sea la mitad que Público (según la OJD 45.835 respecto a 87.983 de Público). Se juegan la defensa ideológica del mantenimiento de su modelo, es lógico que estén dispuestos a pagar por ello. Por el contrario, la izquierda, o logra que los gobiernos colaboren como hacen con otros servicios públicos como la sanidad o la educación, o pagamos entre todos para que se mantengan. Si observamos el panorama de medios de prensa verdaderamente de izquierda que hay en el mundo, ninguno se mantiene gracias a un millonario. Detrás hay lectores que se creen el proyecto y lo pagan: Le Monde Diplomatique, Il Manifesto, El Viejo Topo, Diagonal. U organizaciones que asumen las pérdidas, en el caso de Mundo Obrero con el Partido Comunista. Pueden tener algunos textos gratuitos en internet pero ninguno se encuentra íntegramente en la red. Es curioso, El País, ABC o La Gaceta sí están enteros en internet. ¿Acaso alguien cree que ellos están más preocupados por la “socialización de la información”? ¿No será que ellos tienen ya El Corte Inglés, Repsol, BBVA o Telefónica para sobrevivir y no necesitan lectores que paguen?

Detrás de proyectos alternativos escritos que funcionan como The Nation en Estados Unidos o New Left Review en el Reino Unido hay unos lectores convencidos de la necesidad de mantenerlos y financiarlos. Il Manifesto periódicamente se ve obligado a sacar un ejemplar por cincuenta euros para tapar sus frecuentes agujeros económicos, La Jornada de México logró fondos subastando cuadros y The Nation cuenta con 30.000 socios solidarios que pagan por encima del precio de la suscripción. Nosotros, en cambio, queremos que esté gratis en internet y comprarlo los domingos cuando nos regalen un DVD.

Luego están los gobiernos progresistas latinoamericanos, que, con razón, se quejan de la “dictadura mediática” que domina la información mundial y que tanto les vapulea, manipula y tergiversa. Muchos de esos gobiernos, con gran acierto, han desarrollado sus medios públicos, aprobado legislaciones destinadas a avanzar en la democratización de la comunicación concediendo licencias a los movimientos sociales, han establecido límites a la concentración de medios en sus países. Pero la información ya no tiene fronteras, deben tener la audacia y la visión de pensar fuera de su país. Si sus recursos naturales son gestionados por las empresas españolas, muchos de sus servicios públicos también los prestan estas empresas, e incluso parte de sus medios de comunicación están en poder de multinacionales españolas, ¿por qué no se plantean esos gobiernos la necesidad de dedicar parte de su esfuerzo y recursos a participar en alguna opción mediática española que rompa el monopolio de la derecha? ¿Cómo esperan que mejore la imagen falsa y manipulada que existe en España de esos gobiernos? ¿Esperan que rompamos ese cerco mediático y logremos llevar la verdad de esos países a los españoles unos cuantos periodistas con nuestras páginas web?

Como conclusión sólo resta decir que no es fácil enfrentar el actual panorama monolítico de medios de derecha, incluso no sé siquiera si es posible si tampoco sabemos cambiar los gobernantes y continuamos con gobiernos que se rinden ante el mercado que, igual que hacen con el resto de los sectores económicos, le dejan el control de la información y el periodismo. Pero generaciones y generaciones de hombre y mujeres han luchado en la historia de la humanidad para cambiar situaciones que parecían más difíciles que las actuales. Y algunas veces -no muchas- lo consiguieron. Por pocas que sean nos deben de bastar para apostar por seguir luchando.

1 El País, 24-2-2012 http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/02/24/actualidad/1330082452_214403.html

2 El País, 25-2-2012 http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/02/25/actualidad/1330149573_222114.html

3 Maraña, Jesús. “El papel de 'Público'”. Público, 24-2-2012 http://blogs.publico.es/buzondevoz/972/el-papel-de-%E2%80%98publico%E2%80%99/

4 Avendaño, Antonio. “Si muero, dejad el balcón abierto”. Público, 24-2-2012 http://blogs.publico.es/antonio-avendano/2012/02/24/si-muero-dejad-el-balcon-abierto/

5 Rosa, Isaac. “Se acabó”. Público, 24-2-2012

6 Ver http://www.ojd.es/OJD/Portal/diarios_ojd/_4DOSpuiQo1Y_FOivPcLIIA

7 “Hasta nunca Público”. La Gaceta, 24-2-2012 http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/nunca-publico-20120224

Www.pascualserrano.net

Wednesday, February 22, 2012

¿Por qué continúo siendo republicano?

Ver como pdf 21-02-2012


El Plural


La presentación (¡por fin!) del programa Monarquía o República, en la televisión pública catalana, TV3, que ha sido retrasada más de un año, y después de cuatro cambios impuestos a los autores Montserrat Armengou y Ricard Belis, está creando un gran debate en Catalunya (más en la red que en los medios de mayor difusión, que continúan considerando el tema de la forma de Estado un tema tabú) que espero se extienda pronto al resto de España. A fin de contribuir a este debate publico ahora, de nuevo, en El Plural, un artículo que publiqué hace más de dos años en Público, 23.04.09 (con el permiso de tal rotativo) modificado para añadir algunas reflexiones al final del artículo.

“Como era predecible, mis críticas al Rey y a la Monarquía han creado gran revuelo, lo cual me fuerza a responder elaborando el por qué creo que sería mejor que en España tuviéramos una República en lugar de una Monarquía. Durante mi largo exilio he vivido en varios países, incluyendo una República, Estados Unidos. Y aún cuando he sido muy crítico en mis escritos con la democracia estadounidense, hay un aspecto de ella que valoro muy positivamente: la cultura republicana en la que las distancias sociales entre el Jefe del Estado y las clases populares son mucho más reducidas que en cualquier sistema monárquico. Tal cultura democrática transmite una sensación de que el poder deriva de la ciudadanía puesto que si a la población no le agrada el Jefe del Estado puede cambiarlo por otro. Es más, cualquier ciudadano puede aspirar a ser Jefe del Estado. Esta distancia se reduce incluso más cuando tal Jefe del Estado procede de las clases populares que sienten al Presidente como alguien suyo. Vimos en 2009 la gran alegría entre las clases populares (y muy especialmente entre la población afroamericana) de aquel país al ser elegido uno de ellos (hijo de una madre pobre y de un padre africano de Kenia) Presidente. La sensación de poder y complicidad con el Jefe del Estado en estas situaciones es enorme. No es sólo la capacidad de elegir al jefe del Estado sino también la percepción de que todos pueden serlo, lo que da gran poder a la ciudadanía.

Tal principio de responsabilidad democrática es negado en una Monarquía. En ésta, la distancia social es intrínseca en el sistema y aparece constantemente, como cuando el Rey llama de tú a todos los ciudadanos, los cuales deben referirse a él de usted, todo ello envuelto en un ambiente jerárquico y cortesano que enfatiza esta distancia. Incluso el Himno Nacional es una marcha real frente a la cual los ciudadanos se yerguen respetuosamente en silencio. Se reproduce así una cultura de vasallaje a la cual algunas izquierdas no son inmunes. Véase el blindaje mediático de la figura del Rey. Voces críticas apenas tienen cabida en los medios de información y persuasión del país.

A estas reservas a la Monarquía añado otras que tienen que ver con los orígenes de la Monarquía en España y su desarrollo durante la democracia. El Monarca no sólo fue nombrado por el Dictador sino que fue parte de la nomenclatura de aquel estado dictatorial dirigido por un General al cual nunca ha criticado. Antes al contrario, lo ha alabado incluso en tiempo de democracia. Así, el 18 de Julio de 1978, la Casa del Rey publicó el siguiente texto: “Hoy se conmemora el aniversario del Alzamiento Nacional que dio a España la victoria contra el odio y la miseria, la victoria contra la anarquía, la victoria para llevar la paz y el bienestar a todos los españoles. Surgió el Ejército, escuela de virtudes nacionales, y a su cabeza el Generalísimo Franco, forjador de la gran obra de regeneración”. Tal supuesta regeneración condujo a 192.684 ejecuciones y asesinatos, incluyendo 30.000 (que se ha ido descubriendo que incluye cifras muy mayores, casi 120.000) personas que continúan desaparecidas, estableciendo una dictadura en gran parte responsable del enorme retraso económico y social de España. Cuando el Dictador murió, España tenía el porcentaje más elevado de Europa de personas con escasa educación (84%).

La Casa Real es un círculo profundamente conservador como lo atestiguan declaraciones de sus miembros que incluyen desde las declaraciones de la Reina (definiendo a una de las dictaduras más represivas que han existido en Europa como una dictadura blanda), a las del jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campos, quien subrayó su coincidencia con Pío Moa en una entrevista a El Periódico (08.07.03) en su justificación del golpe militar del 1936 y la dictadura que estableció. El mundo social del Monarca, que es el Jefe de los Ejércitos, es predominantemente el mundo empresarial y financiero. Es un error derivar de los abruptos anti-monarca del ultraderechista Losantos, concluir que las derechas han dejado de ser monárquicas. El eje central de las derechas lo constituye el Ejército, la Iglesia, la Patronal y la Banca, que apoyaron y continuarán apoyando a la Monarquía porque les ofrece un orden constitucional que les favorece. Prueba de ello es la continua promoción de la Monarquía y del Rey en los medios de información que controlan o influencian, que son muchos.

Es el temor a los herederos de la dictadura, incluyendo a la Monarquía, el que ha frenado la corrección de la historia de nuestro país, incluyendo lo que fue la República, la Dictadura y la Transición, presentándose ésta como resultado de la vocación democrática del Monarca, ignorando el papel determinante que tuvieron las movilizaciones obreras que forzaron la apertura democrática que no existía en los proyectos originales aprobados por los gobiernos monárquicos de aquel periodo. De ahí que haya definido esta tergiversada versión de la Transición de la dictadura a la democracia como falsa, es decir que no corresponde a la realidad.

No dije, sin embargo, -como se me acusa- que la Transición era falsa, pues la democracia significó un importante cambio real y no falso. Lo que sí dije, y me reafirmo en ello, es que la Transición fue inmodélica pues la democracia, resultado de aquel proceso dista mucho de ser ejemplar. Tampoco dije, como se me acusó, que el Estado español está controlado por las derechas. Dije que éstas tienen mucha más influencia sobre tal Estado que las izquierdas, lo cual explica la continuación de la democracia incompleta, causa del bienestar insuficiente de nuestro pueblo. Indicar que la Monarquía (junto con la Iglesia, el Ejército, la Patronal y la Banca) no tiene nada que ver con ello me parece que es desconocer la realidad que nos rodea”.

Hasta aquí el artículo que escribí en 2009 y que continúo subscribiendo desde el principio al final. En realidad, estos dos años confirman todavía más la certeza de mi diagnóstico sobre el papel negativo que la Monarquía está jugando en el país, inhibiendo el desarrollo democrático de España. Acabamos de ver el linchamiento por parte del Tribunal Supremo del único juez en España que se atrevió a intentar enjuiciar los crímenes del franquismo, instruyendo además al Estado a que encontrara a los asesinados por la Falange y por las Fuerzas Armadas sublevadas, apoyadas por la Iglesia Católica, que permanecen desaparecidos. Ello es indicador de lo inmodélica que fue la Transición de la dictadura a la democracia y la baja calidad de esta última. El Estado, su composición y sus aparatos continúan reproduciendo una cultura profundamente conservadora, escasamente democrática, que se nutre de instituciones como la Real Academia de la Historia, cuya expresión de ultraderechismo aparece en su biografía de Franco. Ningún otro país democrático permitiría tales hechos.

La Monarquía es el centro institucional de tal Estado, profundamente conservador, que sigue protegiendo a los grupos que fueron dominantes durante la dictadura (el Ejército, cuyo jefe es el Monarca, la Iglesia Católica, la banca y la gran patronal), y que continúan siéndolo durante la democracia incompleta que tenemos. Desligar la Monarquía de este entramado definiendo al Rey como “republicano”, es una frivolidad que demuestra un profundo desconocimiento de la distribución del poder económico, financiero, cultural, ideológico y mediático en España, y la función reproductora de la Monarquía de tal distribución de poder. El hecho de que España sea el país de la Unión Europea de los Quince con el gasto público social por habitante más bajo y con el fraude fiscal más alto (del cual el 72%, según los técnicos de la Agencia Tributaria, lo realizan las grandes fortunas, las grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año -que representan menos del 0,18% de todas las empresas- y la banca), se debe a esta realidad: la enorme influencia de tal bloque de poder, cohesionado por la Monarquía y la Iglesia católica y defendido por el Ejército, por la policía y por el sistema judicial. De ahí, que el cambio de Monarquía a República no sería un mero cambio de la persona que ocupa la jefatura del Estado, sino el inicio del deshilachado de tal entramado.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

La policía sume Valencia en un estado de excepción

Ver como pdf 22-02-2012



L'informatiu


Tras convertir hace unos días una protesta estudiantil por los impagos de la Generalitat a su escuela, en una carnicería contra menores que dio la vuelta al mundo, la policía nacional enviada por la delegada del gobierno, Paula Sánchez de León, convirtió el lunes una nueva pequeña protesta en un caos. Un caos en el que los cuerpos antidisturbios aprovecharon para agredir a estudiantes, jóvenes, padres, transeúntes y políticos, y que dejó durante horas el centro de Valencia en un estado de excepción de facto.

A las 14:45 la calle parecía tranquila. El tráfico fluía con normalidad por la calle Xátiva y la única presencia policial disuasoria a la vista, para tratar de apaciguar o reconducir los ánimos de los más de 200 estudiantes del IES Lluís Vives que ya el pasado sábado anunciaron que ayer, a esa hora, retomarían sus protestas (por las malas condiciones en que reciben su educación por los impagos del Consell y por la violencia policial desplegada contra ellos la pasada semana), era un furgón en la estación de Xàtiva y diez antidistrubios inmóviles junto a él.

Así pues, los chavales salieron a la calle y, como también anunciaron —aunque también ayer sin solicitud a (ni autorización de) Delegación del Gobierno— se dispusieron a detener el tráfico en la calle en señal de protesta sin recibir ninguna oposición y comenzaron a marchar hacia la plaza de España. Fue entonces, cuando ya habían emprendido su acción, cuando cerca de una veintena de vehículos policiales cargados de agentes antidisturbios empezaron a irrumpir por las calles adyacentes, tarde ya para tratar de evitar los altercados, pero a tiempo para "reaccionar" a la protesta.

Así la policía estableció un primer cordón entrada ya la calle San Vicente, que los estudiantes atravesaron con ligeros enfrentamientos, y fue cuando estos avanzaron hasta apenas cincuenta metros de la Plaza de España, cuando se encontraron con un cordón de policía que, tras unos instantes y sin mediar palabra realizó la primera carga contra ellos. A partir de entonces solo reinó el caos. Las fuerzas del orden no habían tratado en ningún momento de que se mantuviera el orden y en adelante sus únicas advertencias, acompañadas muchas veces de golpes, fueron para invitar a los chavales que subieran a la acera. Muchas otras veces, los golpes llegaban sin advertencia y con los jóvenes ya circulando por ella. Los antidisturbios, por norma general, se negaron a identificarse cuando se lo reclamaron los ciudadanos.

La excepción se prolonga

A la vista de los hechos no pareció que el objetivo policial fuera evitar los incidentes y no cabe duda de que, si lo era, no se logró. Lo que en principio hubiera sido una protesta, seguramente molesta para algunos ciudadanos, pero localizada y relativamente breve de un par de centenares de jóvenes, se convirtió por obra y gracia de las fuerzas de seguridad del estado, en unos altercados que se prolongaron más allá de las 21 horas y se extendieron por varios kilómetros cuadrados del centro de la ciudad; con cargas y agresiones policiales tanto en el interior de comercios donde trataban de refugiarse los menores, como en el interior de la Estación del Norte, todas las calles aledañas a la misma, la plaza del Ayuntamiento, e incluso a la Porta de la Mar.

Mientras los antidisturbios seguían repartiendo cera, la delegada del gobierno Paula Sánchez de León convocó una rueda de prensa en la que finalmente sólo habló el jefe superior de policía de la Comunitat Valenciana, Antonio Moreno, que a pesar de los hechos, aseguró que sus subordinados "respondieron" a los jóvenes con un "plus de agresividad" debido a su "agresividad". En este sentido cabe apuntar que a lo largo de la tarde, este diario solo pudo determinar (en conversaciones con otros compañeros de la prensa) algún lanzamiento esporádico de naranjas cogidas de los árboles y un par de objetos por parte de algún individuo aislado. "Algunos creen que están en un juego, pero luego vienen las sorpresas y las lamentaciones" apuntó Moreno, en referencia a unos chavales, prácticamente niños muchos de ellos y que asistieron a todos los incidentes cargados con sus mochilas, a los que calificó como "el enemigo".

Solo minutos antes de estas declaraciones del jefe superior de policía, según fuentes de la Federación Valenciana de Estudiantes, los agentes anunciaron a los jóvenes que permanecían protegidos en el instituto y su entorno una breve tregua durante la cual podrían retirarse a sus casas sin ser detenidos. Los jóvenes anunciaron que lo harían si se liberaba a los detenidos durante la jornada, extremo que negaron las fuerzas de seguridad, por lo que tanto ellos, como los jóvenes y adultos del resto de la ciudad que se acercaron hasta allí a lo largo de la tarde, decidieron no abandonar su protesta.

Fue así como, poco antes de las 20 horas, de nuevo trataron de reemprender la marcha, esta vez acompañados entre otros por los diputados de Compromís en las Cortes Enric Morera, Mónica Oltra y Josep Maria Panyella, su diputado en el Congreso Joan Baldoví (que denunció haber sido agredido), el concejal de Compromís en el Ayuntamiento, Joan Ribó, y padres de los estudiantes, además de numerosos adultos. Y de nuevo fueron disueltos por una carga policial precedida por numerosos disparos al aire de pelotas de goma y no exenta de golpes de porra. En esta ocasión, como ya había sucedido a lo largo de la jornada, algunos policías no distinguieron, casual o intencionadamente, entre manifestantes y periodistas, quien sabe si incómodos porque su actuación ya fuesen motivo de escarnio en la prensa estatal y en breve en la internacional.

Delegación del Gobierno hacía así caso omiso a la petición de Esquerra Unida pidiéndole, a las 18:30 horas, la retirada de los cuerpos antidisturbios que sembraban el terror por el centro de Valencia, en lo que desde este partido calificaban, en palabras de su coordinadora, Marga Sanz, como una actuación "absolutamente salvaje y descontrolada", con "una ciudad tomada por la policía, que está dejando unas imágenes brutales de agresiones a chavales, periodistas y transeúntes". En Madrid, a lo largo de la tarde, PSOE, IU y ERC pidieron la comparecencia del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, para dar explicaciones por la actuación policial.

A las 22 horas los helicópteros aún sobrevolaban un centro de Valencia en aparente estado de sitio, por decisión de la responsable del Interior en la comunidad. También numerosos agentes se dirigieron a la facultad de Historia en Blasco Ibáñez, donde se concentraban centenares de representantes estudiantiles para determinar nuevas acciones. Al finalizar la jornada se sumaban 25 personas detenidas, mientras las imágenes registradas por los compañeros de la prensa y los ciudadanos registraban decenas de heridos. Seguramente algún policía también presentaría alguna lesión provocada en el ejercicio de la fuerza. A la misma hora, este diario no tenía constancia de que, por otra parte, Paula Sánchez de León haya enviado a las fuerzas del orden a advertir, presionar o detener a los responsables en la administración de los impagos a los centros educativos valencianos, origen de toda esta legítima protesta.

Fuente: http://www.linformatiu.com/portada/detalle/articulo/la-policia-suma-valencia-en-un-estado-de-excepcion/