Wednesday, October 31, 2007

LOS LIBERTADORES


Ignacio Ramonet*

En un magnífico díptico integrado por dos de los cuadros más célebres de
la pintura romántica española – el Dos de Mayo y el Tres de Mayo de 1808
– Goya rinde un potente homenaje a la patriótica revolución de los
madrileños y al universal amor por la libertad. Trágicos, enormes y
tenebrosos, estos cuadros ilustran también el comienzo de la cruel y
larga guerra de la independencia española contra las fuerzas de
ocupación de Napoleón.

Sucedía hace exactamente dos siglos. Y de rebote esta guerra de la
independencia (1808-1812) debía favorecer la iniciación de las luchas de
liberación en América Latina. Porque, ocupando España, derrocando al rey
Carlos IV, confinando a la familia real en Bayona y colocando en el
trono a su hermano José, Napoleón aisla al país de sus colonias
americanas administradas por Madrid desde hace tres siglos.

Pues bien esta ruptura de los vínculos administrativos va a alentar, en
una América española librada a sí misma, la formación de juntas
patrióticas que rechazan reconocer a las nuevas autoridades de ocupación
instaladas en Madrid. Haciéndolo imitan, en un primer momento, lo que se
ha generalizado en el conjunto de las provincias españolas en las que
florecen las juntas que, con la ayuda interesada de los ingleses
(Wellington mismo combate en España) organizan la devastadora guerra de
guerrillas contra las tropas napoleónicas.

En América, esas juntas que asumen la carga de gobernar territorios
inmensamente ricos y muchas veces tan vastos como diez veces la
metrópolis, van a cuestionarse muy pronto su dependencia colonial con
relación a España. Tanto más cuanto desde la segunda mitad del siglo
XVIII, los espíritus se agitan en un mundo conmocionado por los
progresos técnicos, las ideas del Iluminismo, la expansión de la
francmasonería y el comienzo de la revolución industrial. Algunos
espíritus se hallan igualmente fascinados por el ejemplo de las colonias
británicas de América del Norte que habían proclamado su independencia
en 1776, desafiando, bajo la conducción de George Washington, a la
poderosa Inglaterra con el propósito de establecer la primera democracia
moderna, sin corona, sin trono, ni rey.
Como la Francia de Luis XVI, se apresuró a enviar a La Fayette y a
Rochambeau en ayuda de los insurgentes americanos, así también la España
de Carlos III, envíó una expedición militar en ayuda de las fuerzas de
Washington, comandada por Bernardo de Gálvez, uno de cuyos principales
oficiales era nada menos que el venezolano Francisco de Miranda.

La vida de Miranda, llamado el “Precursor” es una de las más
apasionantes de su tiempo. Su fabuloso destino lo condujo a participar
de los tres acontecimientos políticos más importantes de su época: la
guerra de la independencia de los Estados Unidos, la Revolución francesa
y las guerras de independencia de América latina.

Luego de haber conocido personalmente a George Washington y de haberse
empapado de la lúcida filosofía de los Padres de la independencia
norteamericana, Miranda, profundamente convencido del ideario
republicano, llega a Paris en mayo de 1789 en vísperas de la Revolución
a la que se entrega en cuerpo y alma. En calidad de oficial, junto a
Dumouriez y a Kellerman, contribuye de manera decisiva a la victoria de
Valmy (1792). Napoleón lo nombra Mariscal de Francia.

Fortalecido por estas excepcionales experiencias, Miranda comienza a
pensar en liberar a América del Sur. Ya en ese momento, Haití había
logrado en 1804 su independencia, gracias a la genialidad de Toussaint
Louverture y de Jean Jacques Dessalines, A partir de 1806 Miranda trata
de desembarcar en Venezuela para emprender su liberación. Fracasa. Pero
ha dejado plantada la semilla de la libertad. Y cuando España se
encuentra ocupada por Napoleón y aislada de sus colonias, las juntas que
se habían formado en América del Sur, al principio por lealtad a Madrid,
van a estar integradas en parte por fervientes partidarios de la
independencia.

En Venezuela, Simón Bolívar es precisamente uno de ellos. Ya en 1805,
había jurado, con fervor patriótico, en el Monte Sacro de Roma luchar
por la emancipación suramericana. Como joven oficial había vivido en el
París revolucionario y asistido en la catedral de Notre Dame a la
coronación de Napoleón I. De regreso a América forma parte de la junta
de Caracas que desde 1810 se convierte en la primera colonia española
que reclama su independencia.

Ese año se convierte en el año de la insurrección generalizada. En México
desde el atrio de su iglesia de Dolores el cura Hidalgo lanza un grito:
“¡Viva la independencia!” que va a levantar a toda la América española.
Ya nada detiene el movimiento de liberación lanzado por Bolívar. Juntas
revolucionarias se constituyen en Buenos Aires y en Lima mientras que
los levantamientos populares se multiplican en Ecuador, Chile, Paraguay
y Uruguay.

Nutridos por el espíritu de 1789, gigantes de la libertad como José de
San Martín en Argentina, Bernardo O’Higgins en Chile y José Artigas en
Uruguay concluyen en el sur lo que Simón Bolívar y Antonio José de Sucre
habían comenzado en el norte. En 1830 ya eran libres todas las colonias
españolas excepto Cuba y Puerto Rico.

Libres de España pero no de las oligarquías criollas locales que
rápidamente por temor a sus poblaciones mestizas de indígenas y negros,
van a entregar las riquezas de sus países a las potencias del momento:
Gran Bretaña en el siglo XIX y los Estados Unidos en el XX. Será
necesario entonces emprender una segunda liberación como la que
comienzan en México en 1910 Pancho Villa y Emiliano Zapata encabezando
la revolución de los pobres. Y que proseguirán entre otros, en
Nicaragua, con Augusto César Sandino el “general de los hombres libres”
y con Luis Carlos Prestes el “caballero de la esperanza” en Brasil.

Llegarán luego siguiendo esa misma línea política: Fidel Castro en Cuba,
el Che Guevara en Bolivia, Omar Torrijos en Panamá, el general Velazco
Alvarado en el Perú, el cura guerrillero Camilo Torres en Colombia, Raúl
Sendic y los Tupamaros en Uruguay, Salvador Allende en Chile y los
sandinistas en Nicaragua.

En los años 90 la llama de los Libertadores vuelve a ser enarbolada por
el Subcomandante Marcos en Chiapas y por el presidente Hugo Chávez en
Venezuela, quién reivindica su directa filiación con Bolívar.
Impregnados por este nuevo espíritu, otros dirigentes democráticamente
elegidos siguen este impulso: Néstor Kirchner en Argentina, Luiz Inacio
(Lula) Da Silva en Brasil, Tabaré Vazquez en Uruguay, Martín Torrijos en
Panamá, René Preval en Haití. Michelle Bachelet en Chile, Daniel Ortega
en Nicaragua y Rafael Correa en Ecuador. Mientras se aproximan las
celebraciones del bicentenario de la emancipación de América latina,
esta nueva generación de hombres y de mujeres políticos proclaman su
voluntad de continuar la obra, siempre inconclusa, de los Libertadores.
*Director de Le Monde Diplomatique
Traducción Susana Merin

La era Kirchner por cuatro años más



Argentina una certeza y múltiples dudas

Por Víctor Ego Ducrot

| Desde Buenos Aires Cristina Fernández de Kirchner ante una encrucijada. Se decide en contra del neoliberalismo o este país corre el riesgo de sufrir una nueva frustración. ¿Irregularidades en los comicios? Las elecciones de este domingo no arrojaron sorpresa. Todo estaba previsto. Al confirmar todas las encuestas, Cristina Kirchner, sucederá a su esposo Néstor con tantos compromisos con el poder económico concentrado y con la vieja corporación política del peronismo de derecha –con el ex militar golpista Aldo Rico entre ellos-, que tendrá serias dificultades para ratificar los logros de su marido y superarlos en términos cualitativos.

A nadie se le escapa que el crecimiento sostenido de la economía –aproximadamente un 8 por ciento durante cuatro años- no se tradujo en políticas distributivas; que la disminución del desempleo se hizo en nombre de un aumento desmedido del trabajo informal o precario –cerca del 50 por ciento de la población activa-, y que las correctas decisiones en materia de derechos humanos –de cara a la reparación de los sucedido durante la dictadura- no implicó el desmantelamiento del aparato represivo, ni una reforma profunda del poder judicial, ni la desactivación de las estrechas relaciones entre la delincuencia, la estructura policial y el sistema de poder político.

Ni el gobierno se atreve a desmentir lo que, entre otros dirigentes del campo popular, denunció durante su campaña electoral el hasta hoy candidato a la presidencia, el destacado cineasta Fernando “Pino” Solanas: la administración Kirchner profundizó los elementos estructurales del modelo neoliberal al confirmar y extender el proceso de privatización en los sectores petrolíferos, gasíferos y mineros, propiciar la concentración de la propiedad agrícola y el monocultivo en favor de las corporaciones de los “commodities” (especialmente de la soja) y del proyecto agrocombustibles, todo ellos con un costo ambiental que pagarán las próximas generaciones.

Además, y pese a la quita de pasivo que lograra a principios de su mandato, Kirchner mantuvo el estigma del endeudamiento externo (el rojo actual estimado es de 220 mil millones de dólares).

La semana pasada decíamos que mientras el gobierno habla de nacionalización de los resortes económicos, las estadísticas oficiales y privadas indican que, durante la gestión de Néstor, se profundizó la venta de empresas argentinas a grupos transnacionalizados, en sectores claves como petróleo y gas, medios de comunicación, alimentos, servicios financieros y minería y siderurgia. Se calcula que en los últimos cuatro años se vendieron cerca de 450 empresas argentinas, por un valor aproximado de 18.700 millones de dólares.

Se instaló la sospecha de que ciertas actitudes y discursos nacionalizadores en el sector energético y de recursos básicos –como el de la empresa de aguas, que fue recuperada de manos privadas francesas- están más dirigidos a crear espacios de negocios favorables a empresas de argentinos amigos del gobierno, que a reivindicar parámetros de soberanía.

Es cierto que la negativa oficial a la suba de las tarifas de los servicios públicos privatizados – hasta ahora mantenida más o menos a rajatabla- fue una necesidad económica y política. Sin embargo, ateniéndose a la sospecha de la que se habla en el párrafo anterior, no pude descartarse que tal medida también tenga un lado oscuro: la depreciación de los activos, consensuada en secreto con las empresas titulares que en público protestan, para facilitar próximas operaciones de reventas o de traspasos de paquetes accionarios.

Si el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner no corrige esas tendencias que se perciben como estratégicas de la administración de su gobierno –y no tuvo manifestación alguna en ese sentido- no sólo Argentina en sí misma corre el peligro de volver a caminar sobre el filo del abismo, sino que el propio proceso de integración regional –sobre todo el MERCOSUR- podría verse perjudicado, al quedar en manos de agentes económicos y políticos defensores del neoliberalismo.

Otra preocupación que se instaló tras las elecciones del domingo fue la de su transparencia. Desde el comité de campaña de “Pino” Solanas (Proyecto Sur-Partido Socialista Auténtico) -la propuesta electoral del campo popular y progresista que se mostró con mayor capacidad de convocatoria, dinamismo y amplitud- se alertó sobre posibles irregularidades, como falta de boletas electorales y entorpecimientos injustificados en los lugares de votación, que tienden un manto de sospecha sobre la jornada, hecho que incluso podría consistir provocaciones de los elementos más reaccionarios del espectro político local.

En una nota anterior afirmábamos que pocas veces este país había vivido una campaña electoral tan anodina. “Nunca antes se llegó a unos comicios con semejante marabunta de candidatos, sin identidades partidarias ni proyectos. Radicales y peronistas por todos lados, casi en un proceso de travestismo continuo. Con su aparente jefe fuera de la escena, porque el lúmpen empresario Mauricio Macri aguarda su asunción como alcalde de la ciudad capital, la derecha más reaccionaria da manotazos de ahogado. El campo popular, democrático en serio, de izquierda o progresista –como el lector prefiera denominarlo –, tan dividido que parece irracional. En ese marco, la inmensa mayoría de los argentinos estaría dispuesta a votar desde el instinto de conservación”.

Y así fue. De esa forma se explica el caudal de votos que consagró a la senadora Cristina Fernández de Kirchner como nueva presidenta de los argentinos. El 10 de diciembre próximo ingresará a la Casa Rosada, por cuatro años que serán cruciales.

28|10|200

Sunday, October 28, 2007

Argentina. El reino del revés - Opinión





Elecciones presidenciales de Octubre

''Democracia'' con pronóstico reservado

Camilo Cienpasos

Izquierda.info 26-10-200


¿De que elecciones hablan? Eso parecen preguntarse los argentinos y extranjeros que visitan nuestro país. Si uno pudiese abstenerse de ver televisión o escuchar radio o leer diarios encontraría de que hay pocos signos de vida humana en la campaña para las presidenciales del próximo 28 de octubre.

Si uno quisiera agregar al comentario que también están en juego la mitad de la Cámara de Diputados, puestos de senadores, ocho gobernaciones incluida la de Buenos Aires, legislaturas provinciales, intendencias y concejalias, es decir, miles de cargos electivos, muchos nos mirarían con sorpresa.

A una semana de las elecciones, solo un puñado de votantes en el país puede dar el nombre de los candidatos que componen las 15 formulas presidenciales.

Según una encuestadora porteña, solo el 70% de los votantes esta considerando concurrir a las urnas y de estos, un 30 por ciento aun no ha elegido candidato. De los que ya han elegido, solo la mitad conoce el nombre del candidato a vice presidente que acompañará a su candidato preferido.

De allí para abajo, ni hablemos. En la provincia de Buenos Aires, que representa el 40% de los votantes del país hay quince formulas para gobernador y vice, 58 partidos que participan en la elección, 27 listas de diputados y mas de 20.000 candidatos para disputarse 2.500 puestos electivos.

En todo el país, existen 100 partidos que participan de las elecciones y cerca de 55.000 candidatos, la enorme mayoría de los cuales son perfectos desconocidos hasta por aquellos que terminarán votándolos.

Lo mismo sucede con las plataformas electorales de Carrió, Lavagna, Lopez Murphy... Los votantes, al preguntárseles, no pueden distinguir entre las plataformas de los candidatos que conocen o que incluso están considerando votar y las del oficialismo. Y es que, más allá de las críticas al dibujo de los números del INDEC, los precios de los tomates o el estilo de algunos candidatos, es poco lo que los diferencia.

Es imposible saber que país, que programa, que economía y que programas sociales concretos encararán Lilita Carrió, Lavagna, Lopez Murphy, Sobisch o Rodríguez Saa que sean diferentes sustancialmente a los que también se desconocen de la candidata oficialista, Cristina Fernández de Kirchner.

De esta última solo se conocen algunas citas de campaña como "Pacto Social", "modelo de crecimiento capitalista con inclusión" o "el cambio recién comienza”.

Las etiquetas han reemplazado a las plataformas y las personalidades a los partidos. A su vez, las etiquetas se han vaciado de contenido y las personalidades han reemplazado los valores ideológicos.

Cristina se llama a si misma "progresista", lo mismo que Carrió, Lavagna se dice de “centro progresista”, Lopez Murphy es de "centro derecha" y Sobisch "de derecha" y el único que intenta presentar una camiseta partidaria, Rodríguez Saa, se llama "peronista", pero está mas identificado con Menem que con Evita.

Los partidos están tan en crisis, que la Cámara Electoral ha decidido formar una Comisión especial con ellos para tratar "la crisis terminal por la que atraviesan las instituciones básicas del sistema político vigente: los partidos".

Tanto es así que PRO en capital, con Macri a candidato a Jefe de Gobierno, obtuvo hasta un 60% en el ballotage con Filmus, pero sin su nombre en la boleta no sacaría ni el 10%. Con Carrió y el ARI pasa lo mismo.

La Unión Cívica Radical ha estallado en muchos pedazos. Casi todos esos pedazos apoyan un candidato presidencial de origen peronista, lo que hubiera sido una blasfemia unas décadas atrás.

Están los radicales K, que apoyan a Cristina, los radicales L, que apoyan a Lavagna. Además están los radicales C, de Carrió, que antes también fue de la UCR y ahora encabeza el ARI y Lopez Murphy que también supo ser de la UCR y ahora encarna Recrear.

Y de los peronistas ni hablemos. Casi no se hicieron ver el 17 de Octubre, una efemérides histórica del movimiento y una liturgia imposible de soslayar hasta hace pocos años atrás. Ahora, muchos de los candidatos peronistas evitan hasta cantar la marchita para no quedar pegados a un segmento electoral en baja.

Hay peronistas K, de los esposos Kirchner, hay peronistas L, de Lavagna, peronistas M, de Macri, peronistas C, de Carrió, los peronistas N, de Narváez, que esta con Macri, los peronistas Saa que están con Menem y los peronistas de Menem que se dividen entre los que apoyan a Saa, Lavagna e incluso Lavagna. Y están la infinidad de peronistas que están con quien este cerca del poder.

Los socialistas de derecha, del llamado Partido Socialista, también están divididos entre los Socialistas K, que apoyan a Cristina, los socialistas C, de Carrió, los socialistas L de Lavagna y hasta los socialistas abstencionistas o que apoyan solo al candidato a vicepresidente de Carrió, Giustiniani, como es el caso del reciente electo gobernador de Santa Fe, Binner.

La situación es tal que ningún candidato del sistema, ni quienes se dicen sus oponentes, han dicho una palabra de cómo resolver estos problemas de su democracia “con pronóstico reservado.” No existe una sola propuesta de democratización del proceso electivo ni del gobierno: representación proporcional sin piso; desmantelamiento del unitarismo económico; disolución del antidemocrático Senado Nacional; acceso igualitario a los medios de difusión; subsidio estatal a las campañas electorales que eliminen los aportes de los millonarios y democratice las campañas electorales…

Por que la oposición se calla al respecto es evidente: aspiran a heredar en algún momento, después de alguna crisis, el aparato antidemocrático y nefasto de esta democracia ideada para funcionar con poca o ninguna oposición y manejada por entero desde la Casa Rosada.

Tampoco nadie dice una palabra sobre la creciente y abierta conspiración, un verdadero complot, del sector de dirigentes burocráticos encabezados por Moyano, para irrumpir después de las elecciones en el terreno político apoderándose del Partido Justicialista y poniéndolo al servicio de una política inspirada en la derecha sindical de los 70, de la Juventud Sindical Peronista, de extrema derecha al estilo de “Ni yankis ni marxistas, peronistas.” La secuela de tal complot seria una impredecible violencia, ataques físicos contra activistas sindicales y la reaparición de las patotas político-sindicales como eje de ejecución de un plan político.

A lo sumo, algunos sectores del gobierno han erigido como dique de contención a tal proceso, el inflamiento de los sectores burocráticos “gordos” de la CGT y al sector liderado por Barrionuevo. Toda una garantía…

Mientras, la oposición burguesa calla y la izquierda se desentiende del problema.

Estas divisiones y falta de plataformas diferenciadas y propuestas concretas no son, sin embargo, una exclusividad de la derecha, del centro derecha y de la llamada centro izquierda derecha.

La izquierda también ha sufrido los embates de las grandes movilizaciones de diciembre del 2001, cuando las masas no solo voltearon cuatro gobiernos en dos semanas, comenzando por el del Presidente De la Rua, sino que acabaron con la credibilidad de las instituciones gubernamentales y los partidos del régimen político.

Así, la izquierda es responsable de seis de las quince formulas presidenciales.

Con un 2% en las encuestas figura la fórmula encabezada por el cineasta Pino Solanas que ha conformado para la ocasión el llamado Proyecto Sur, una alianza entre sus partidos, el partido de centroizquierda apoyado por un sector de la CTA de Claudio Lozano y las exiguas fuerzas del Partido Socialista Auténtico.

Le sigue en orden de importancia, con un 1% de las preferencias a nivel nacional, el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) que lanzó la candidatura de la enfermera Vilma Ripoll luego que fracasaran sus intentos frentistas con Pino Solanas y el Partido Comunista. Este último se alió con el Partido Humanista para formar el FRAL (Frente Amplio Latinoamericano).

José Montes del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y Héctor Heberling (del MAS) encabezan las candidaturas del llamado Frente de Izquierda y los trabajadores por el Socialismo que también incluye a IS (Izquierda Socialista) y otros grupos.

Es de notar que el PTS, MAS, IS y los otros componentes de este frente estuvieron todos en el mismo partido político dos décadas atrás (el viejo MAS) del que se fueron escindiendo para ahora confluir en un frente electoral.

El Partido Obrero (PO) presenta su propia fórmula presidencial y se ha negado a discutir cualquier tipo de frente.

El MIJD (Movimiento independiente de jubilados y desocupados) tiene una fórmula presidencial compuesta por Raúl Castells y su esposa Nina Pelosi, reciente participante de "Bailando con las estrellas", el programa televisivo de Tinelli. El MIJD también lleva en sus listas candidatos de la Asamblea San Telmo y de Voz Socialista, una escisión relativamente reciente del grupo Convergencia Socialista el cual apoya la candidatura de Vilma Ripoll, del MST.

Tanto el FRAL (frente PC-PH), como el MIJD, el FITS (PTS-MAS-IS) y el PO ni siquiera registran en las encuestas lo que indicaría que cada uno de ellos sacaría menos del 1% a nivel nacional.

Aunque existen diferencias ideológicas y minimamente programáticas entre el MST, PO y los grupos que componen el FITS, estas no son parte de la campaña electoral ni han sido explicitadas para los votantes. Más aun, tanto el PO, como el MST y el FITS han optado por hacer campañas más o menos conservadoras, basadas en la promoción de fotografías de sus candidatos y alguna consigna, en general moderada.

Entre estas organizaciones y el FRAL y Proyecto Sur no existen tampoco diferencias insalvables y en el discurso electoral todas se presentan más o menos en forma similar. Se podrá objetar en algún documento que los votantes en general no verán, o algún artículo en la prensa partidaria que leen muy pocos, que esas “diferencias” han sido expresadas. Pero en el contexto de la campaña electoral son invisibles o han sido planteadas en forma superficial. La percepción general es que lo que los divide son los puestos y los egos de los dirigentes.

En realidad, ninguna de las variantes de izquierda que presentan candidatos ha expresado en forma de agitación masiva – ni aun en la propaganda – ninguno de los problemas centrales de la actual situación política: extranjerizacion de la industria y las tierras argentinas; la presencia cada vez mas determinante del imperialismo en la economía y la política nacional (incluido el fenómeno nuevo del imperialismo brasilero); la necesidad de la disolución de las FFAA por obsoletas y reaccionarias; la revolución agraria necesaria; la revolución educativa y una alternativa socialista a la decadente educación del sistema; la recuperación de los sindicatos de manos de burocracia sindical y la denuncia sistemática de la recreación de la siniestra Juventud Sindical Peronista (JSP); la declaración de los crímenes de la Triple A como crímenes de lesa humanidad… y la lista prosigue.

Si se tiene en cuenta que se estima el actual caudal electoral de la izquierda en un 7% a nivel nacional, también se comprenderá entonces por que la división en seis fórmulas ha sido el vehiculo del régimen para evitar que sean electos diputados y concejales de izquierda en varios distritos del país.

En efecto, se estima que, de ir juntos en un mismo frente electoral, la izquierda podría obtener entre el 7 y el 10% (la unidad siempre ha atraído votos adicionales) de los votos y lucharía por un tercer lugar a nivel nacional, detrás de Cristina Fernández de Kirchner (que oscila entre el 45 y el 55%) y Lilita Carrió (que se encuentra en el 15% de las intenciones de voto.)

Tal nivel de votación le daría a la izquierda una representación de cinco o seis diputados nacionales, un número igual de legisladores provinciales y medio centenar de concejales.

En relación a la izquierda entonces, es un pronóstico de automarginación y de incapacidad de preparar el terreno programático y organizativo (acumulación de fuerzas) de las futuras luchas que seguramente se darán en el próximo año.

El triunfo del oficialismo está asegurado y es muy posible que se de en toda la línea sin necesidad de una segunda vuelta el 28 de octubre.

No es que no existan quejas y oposición por parte de los trabajadores, jóvenes y sectores de clase media y desocupados a la política económica y social del gobierno, su apoyo a la extranjerizacion de la economía, el mantenimiento y ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres, la lentitud de su proclamada política de derechos humanos o la represión selectiva que ha venido realizando contra sectores obreros que han salido a luchar.

Todo lo contrario, existe un malestar en capas de la población, pero este aun no se expresa en movimientos sociales de oposición abierta y masiva al gobierno con excepción de algunas provincias. En gran parte debido a la ausencia de una oposición creíble y dirigentes reconocidos que se pongan a la cabeza.

El gobierno ha sobrevivido escándalos como Skanska, los índices inflacionarios del INDEC, la inflación que se viene instalando y ha erosionado los salarios a los niveles mas altos de los últimos cuatro años, las huelgas masivas de docentes y estatales, incluyendo las de la provincia del Presidente, Santa Cruz y una creciente oposición de algunos medios de prensa importantes y la venta del país a capitales extranjeros a una rapidez increíble y a precios de remate.

En el caso de la izquierda, el gobierno se beneficia con la fragmentación de quienes deberían representar la protesta social en forma unitaria y presentar una alternativa socialista.

En relación a la derecha, esta no ha sabido presentar una alternativa válida y los sectores mas poderosos de la clase dominante han decidido apoyar lo malo conocido a lo malo por conocer, aunque sea críticamente.

Thursday, October 25, 2007

Argentina: El pueblo quiere saber: ¿Qué deuda?



Opinión
¿Por qué estamos pagando un millón de dólares por hora en intereses?

Campaña Continental contra el ALCA

A diferencia de lo que piensan muchos compatriotas -y contrariando los discursos de campaña de más de un candidato o candidata- , la Deuda financiera que aún se exige a la Argentina crece día a día y el conjunto de la población la seguimos pagando con un alto costo social, ecológico y político.

Son muchos los prestamistas que se regocijan con el millón de dólares que sólo en intereses, estamos pagando ¡cada hora! Para el año 2008, la propuesta de presupuesto enviada al Congreso para su consideración contempla pagar intereses sobre la Deuda por 19 mil millones de pesos -más del total para invertir en educación (11 mil millones) y salud (6 mil millones)- y aún así no se cubrirá todos los intereses devengados por lo que se volverá a emitir nuevos bonos y así la bola seguirá creciendo. Y como si eso no fuera suficiente, con las negociaciones con el Club de Paris, y los distintos laudos en contra de la Argentina en el CIADI, puede verse que la Deuda que nos siguen cobrando va a seguir aumentando con los resultados ya conocidos: Más pagamos, más debemos, menos tenemos.

Por eso, como pueblo argentino tenemos el derecho y la necesidad de saber, como dijo Alejandro Olmos hace 25 años cuando inició una de las primeras acciones jurídicas en contra de la Deuda acumulada por la Dictadura:

¿Cuánto se debe?
¿A quién se debe?
¿Por qué se debe?

Preguntamos a toda la ciudadanía, no sólo a las y los candidatos sino además a quiénes los vamos a votar, y a todos quienes queremos un país sin hambre y con justicia social, ¿Cómo es posible que el país siga invirtiendo en un saco sin fondo? ¿En una deuda cuya legitimidad y legalidad están profundamente cuestionadas, cuya contratación no nos fue consultada ni corrió en beneficio nuestro, que en la educación y la salud y cuantos rubros más del Presupuesto Nacional?

Frente a este escándalo, y un manejo deliberado de las informaciones que contribuye a invisibilizar la mera existencia del problema, como pueblo también tenemos derecho a saber:

¿Qué políticas van a implementar el próximo gobierno, las y los próximos legisladores, frente a esta deuda?

* ¿Van a iniciar un proceso de Auditoria integral y participativa del crédito público que se exige a la Argentina, como lo está haciendo Ecuador desde hace tres meses y como lo ha conminado la Justicia Federal al Congreso, en su resolución en la Causa Olmos?

* ¿Van a empezar esa Auditoría, transparentando para toda la ciudadanía, cual es la Deuda que se dice estar negociando ahora para pagar al Club de París? ¿Quiénes se beneficiaron con esos 7.000.000.000.000 de dólares de créditos? ¿Por qué lo tendría que pagar el pueblo argentino? ¿Porqué seguir reconociendo un “Club” tan anacrónico, tan anti democrático, cómo ámbito de negociaciones y decisiones -con o sin el acuerdo previo del FMI?

* ¿Piensan impulsar en el Congreso argentino, el proyecto de ley que un conjunto de ciudadanos y ciudadanas presentamos en marzo de 2006, para que en base a las resoluciones jurídicas ya existentes se declare nula de nulidad absoluta la Deuda que el FMI, los bancos más importantes del mundo y la dictadura cívico-militar acumularon entre 1976 y 1983, financiando acaso la desaparición de 30.000 personas primero, para luego avanzar adrede con la industria, la ciencia, la educación, la salud, el empleo, los salarios, y se investigue sus consecuencias hasta el día de hoy como delito de acción continuada?

* ¿Propondrán que Argentina se retire del CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Disputas de Inversión, órgano del BM), como lo ha hecho Bolivia, o seguirá aceptando la entrega lisa y llanamente de la soberanía nacional y el cúmulo de fallos, y nuevas deudas, en contra?

* ¿Apoyarán la iniciativa global de realizar una Auditoria externa al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y a los Bancos regionales como el BID? Un paso fundamental en la lucha contra la Impunidad, por la verdad, la sanción y la reparación de los crímenes de lesa humanidad cometidos a través del sistema de endeudamiento y los procesos de ajuste y condicionamiento orquestados por esas instituciones. ¿Cómo es posible que la Argentina se haya convertido en los últimos años en el pagador más fiel de las mismas IFIs cuyas políticas desastrosas no pierde oportunidad para denostar -con total razón. Argentina podría jugar un rol de suma importancia en la articulación de una fuerza integradora a nivel de los muchos países en el Sur que sufren también las consecuencias de las mismas políticas. ¿Qué propuestas al respecto piensan llevar al seno del Mercosur, a la Unasur, al ALBA, a otros espacios de integración Sur-Sur?

* ¿Qué medidas tomarán para asegurar el control y la gestión parlamentaria del Crédito Público junto con una activa e informada participación social en un tema de tan vital importancia para el país. ¿Quiénes discuten los nuevos créditos que comprometen a nuestros hijos/as y nietos/as a pagar sumas siderales? ¿Cómo responderán a quienes vienen luchando, en cada rincón de nuestra patria, para que no se sigan tomando nuevos préstamos para que las empresas e intereses ajenos al bien público nos lleven la tierra, el agua, los recursos naturales, el territorio y las culturas de los pueblos indígenas, los bosques nativos, los hidrocarburos -en fin, nuestra vida y futuro-.

* ¿Impulsarán la creación de un verdadero Banco Solidario de los Pueblos del Sur, con participación igualitaria y social, rompiendo con el predominio de los grandes intereses y poniendo al servicio de nuestros derechos humanos, la riqueza que como pueblos es nuestra?

* ¿Promoverán la anulación de la llamada Ley Antiterrorista, recientemente aprobada, que contó entre sus principales promotores al Fondo Monetario Internacional, cuya intervención en la política interna de nuestro país es rechazada por todos?

Todo esto queremos saber, para poder entre todo y todas, hacer realidad la soberanía y la justicia

¡Suspender el pago de la deuda ilegítima!
¡Auditoría ya!
¡Somos los pueblos los acreedores!

Firmas iniciales:

Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, Fundación Servicio Paz y Justicia; Nora Cortiñas, Mirtha Baravalle y Elida Meidan, integrantes Madres de Plaza de Mayo-L.F.; Diálogo 2000; MOCASE; Museo Che Guevara; Convocatoria No al CIADI; ATTAC; Espacio Ecuménico; MoPaSSol; Federación Judicial Argentina; Programan de Incidencia Sobre Deuda ilegítima de la Federación Luterana Mundial; Espacio No Deuda; Cátedra de Cultura de la Paz y los DDHH, Facultad de Cs. Soc.-UBA; Cátedra Cultura Indígena.

fuente:http://www.argenpress.info/

Wednesday, October 24, 2007

Argentina. El reino del revés




Acerca del discurso del presidente Kirchner ante la ONU y el atentado de la AMIA

Con perdón de la palabra, ¿a los argentinos nos han tomado por “boludos”?

21-10-2007

Mario Cafiero y Javier Llorens

El genial humorista Fontanarrosa, cuya pérdida todos lamentamos, en un célebre Congreso de la Lengua pidió una amnistía para las malas palabras, diciendo que no es lo mismo decir tonto o sonso que “boludo”, cuyo apócope es “bolú”, quizás la palabra más empleada por nuestra juventud. Pocas palabras de nuestro idioma tienen una fuerza y significado tan diverso como esta. Polisémicamente se la usa como insulto y expresión de indignación, pero también puede tener un toque amistoso, e incluso compasivo, como corresponde con aquel que está extraviado, existiendo un sinfín de declinaciones de ella que circulan por Internet. Así un tipo que es “piola” o que zafó, “se hizo el bolú”, o es un “bolú teatral”; pero si alguien es un estúpido, se trata de un bolú esférico, inédito, o directamente un “rebolú”, o “reverendo bolú”, o “bolú total”. O si alguien se deja usar por otro es un bolú latex, o un bolú consciente, etc.

Parece que el origen de la palabra es militar y criollo. Los ejércitos patrios y los que combatieron en nuestras guerras civiles estaban organizados con una primera línea que iba al frente con boleadoras. Las boleadoras se utilizaban para inmovilizar las patas de los caballos del enemigo; y si bien era un arma eficaz, los primeros en sufrir las consecuencias del fuego enemigo eran los que manejaban las boleadoras -llamados boludos-, por estar en la vanguardia. De ahí quedó la frase "no seas boludo", que quiere decir "no seas carne de cañón", en donde la palabra en cuestión no opera como adjetivo, sino como sustantivo.

En esta serie de notas se analizan las implicancias del discurso del presidente Kirchner en la Asamblea de las Naciones Unidas, donde cargó contra Irán por su supuesta falta de colaboración en el esclarecimiento del atentado en la AMIA, e hizo una supuesta defensa de la causa de Malvinas. El empleo de esa polémica y polisémica palabra se ve justificado, como se verá, por sus vastos alcances que lamentablemente van del adjetivo al sustantivo.

El gobierno se hace el bolú al pedir que Irán se someta a la desprestigiada Justicia argentina

La corrupción de la Justicia argentina podríamos decir que es legendaria y proverbial. No solo ha quedado demostrado en la causa AMIA, por la que hoy están procesados penalmente su ex juez Galeano y ex fiscales, que fueron los que plantaron la pista iraní; sino por sus resultados, que están a la vista de todos; y por el pronunciado desprestigio que ella tiene en la comunidad.

Recién hoy -treinta años después- se están juzgando dificultosamente los terribles crímenes que se perpetraron en la década del ’70 como política de Estado. En ese momento la vida humana pasó a no valer nada, porque –entre otras causales- la Justicia argentina rechazó metódicamente todos los pedidos de habeas corpus que se le presentaron. Si hubo alguien más cómplice que el Cuarto Poder –el Poder Mediático- con el sangriento Proceso Militar, ese sin duda fue el Poder Judicial.

Tampoco el Poder Judicial avanzó en el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad anteriores a 1976, como el bombardeo a Plaza de Mayo de 1955. Un ataque de guerra impune contra una población civil, en el que murieron cerca de 400 personas, entre ellas muchas mujeres y niños. La justicia argentina nunca dijo una palabra al respecto.

La Justicia tampoco avanzó en el juzgamiento de los grandes delitos o megadelitos económicos. A pesar que desde 1976 hasta la fecha, como si se hubiera implementado una criminal política de Estado al respecto, nuestro país fue saqueado económicamente, de ida y de vuelta, como tierra arrasada, con sucesivas catástrofes financieras como las del ‘80, ‘89, ‘95 y 2001. Estas crisis provocaron tremendos efectos socioeconómicos que puede mensurarse a partir de considerar que se fugaron al exterior capitales por una cifra equivalente a la deuda externa argentina; o que nuestro producto bruto interno per cápita de hoy es casi el mismo que teníamos en 1976. Sin embargo no hay actualmente ningún preso por delitos económicos, ni un solo detenido VIP de cuello blanco en las cárceles del Estado, en las que solo están detenidos por delitos económicos estafadores de poca monta.

En el ínterin desde 1976 a la fecha la población carcelaria se sextuplicó. Paso de 10 mil a 60 mil presos, todos “cabecitas negras”. Pese ello una sociedad aterrorizada por la inseguridad, clama para que las cárceles se agranden aun más. Al mismo tiempo el crecimiento económico del país se derrumbó, al punto de tener actualmente, según cifras del Banco Mundial, solo el 50% del ingreso per cápita que hubiésemos logrado de continuar el crecimiento registrado hasta el fatídico año 1976.

Sin embargo según esa misma fuente, la participación del ingreso del decil superior de la población creció un 50%, en donde ahora también figuran los grandes ladrones de guantes blancos saqueadores del estado y de los bancos, que de la nada pasaron a ser las grandes fortunas del país. Y al mismo tiempo la del decil inferior, cayó un 62%. En consecuencia el nivel de pobreza pasó de un 10% de la población en el año 1976, a más de un 50% en el año 2001, alcanzando actualmente a un tercio de los habitantes del país, y al 60% de sus niños.

En este proceso de descalabro humano y social, signado por crímenes de lesa humanidad y por enormes ilícitos y catástrofes financieras, durante el cual prácticamente se perpetró la rifa de un país, la distribución del ingreso pasó de una relación de siete veces entre el último y el primer decil de la población, a una relación de treinta veces, habiendo perdido terreno todos los deciles de la población, clase media incluida, salvo los dos últimos.

Por ello se puede afirmar que lo único que creció exponencialmente en Argentina en los últimos treinta años, fueron la pobreza, la población carcelaria, la injusticia social, y la administración de la injusticia, o mejor dicho la desadministración de Justicia. Ella fue la gran cómplice indispensable y complaciente, a lo largo de todo este proceso de exterminio, saqueo, expoliación, y degradación humana y social que soportó Argentina, que en la práctica significó la destrucción de un proyecto de Estado Nación.

Como fiel reflejo de esta complicidad, recientemente el juez de la causa AMIA, Canicoba Corral, ante quien absurdamente el presidente Kirchner le requiere al Estado de Irán que se someta, dictó el enésimo sobreseimiento de la Justicia argentina a favor del banquero Raul Moneta, un ex testaferro del superpoderoso banco norteamericano Citibank.

II) La Justicia argentina se hizo de entrada la bolú en la investigación del atentado de la AMIA

Por múltiples testimonios consta en la Justicia en la causa AMIA, que en la madrugada previa al atentado un helicóptero sobrevoló durante largos minutos la AMIA, como “señalando” el blanco. No solo en sentido figurado, sino alumbrándolo mediante un poderoso reflector, cosa que llamó sumamente la atención de los vecinos de la zona. Consta también que quienes dejaron en el estacionamiento cercano a la AMIA la Traffic que supuestamente se usó en el atentado, declararon un número de documento y una filiación, que corresponden uno y otra, a dos personas amigas íntimas entre sí, vinculadas con la Policía Federal. Esto pone en evidencia que quienes dejaron la Traffic, tenían un profundo conocimiento, al menos de los legajos internos de la Policía Federal.

Consta también que el reducidor de automóviles Telleldin, era hijo del comisario Telleldin, jefe de inteligencia de la Policía de Córdoba en los aciagos años del Proceso, autor de gravísimas violaciones a los derechos humanos, e integrante en esa época de lo que se conocía como “la banda de los comisarios y escribanos”. Ella se dedicaba a poner petardos en las casas de los familiares de detenidos por razones políticas, para luego efectuar ofertas de compras de ellas. Y si estos no se avenían a venderla a un precio ruin y con enormes facilidades de pago, a continuación las volaban integralmente, mediante implosiones parecidas a la de la AMIA.

La justicia argentina se “olvidó” de investigar esa primera pista de la conexión local, que señalaba directamente a integrantes de nuestra Policía Federal, salvo que se presuma que el helicóptero en cuestión vino volando desde el Líbano o Irán, y haya atravesado impunemente nuestras fronteras, y que los legajos de nuestra Policía Federal están en Teherán. Posteriormente la Justicia argentina también se encargó de sobreseer a Telleldin, la segunda pista de la conexión local. No porque este haya probado cabalmente su inocencia, sino por el trato espurio e ilegal al que arribó con el ex juez Galeano y los ex fiscales de la causa, entre los que estaba el actual fiscal Nisman, por el cual, previo pago de 400 mil dólares, Telleldín pasó de imputado a falso testigo de cargo.

Con este principio, no extraña el estruendoso final que tuvo la causa AMIA, con los procesamientos del juez Galeano, los fiscales intervinientes, y también los del ex presidente Menem, el ex ministro del interior Corach, el ex secretario de la SIDE Anzorreguy, e incluso del representante de la comunidad judía, el banquero Beraja, que en el ínterin hizo pingües negocios financieros a costa del extravío de la causa.

Luego de trece años de investigación y cientos de miles de fojas, hoy el único juzgado y condenado a cuatro años de prisión por la causa AMIA, es el ex jefe del disuelto Departamento de Protección del Orden Constitucional (POC) de la Policía Federal, comisario Carlos Castañeda, por la pérdida de: 66 casetes claves con las escuchas telefónicas que había hecho la SIDE sobre el teléfono de Telleldín; la prueba reunida en el allanamiento de la casa de este; y otras que relacionaban el atentado con la Policía Federal.

Como una burla a los deudos de las víctimas y a los argentinos, en un pingüe negocio para la administración de la injusticia, se cambiaron así cuatro años de prisión para un encubridor, por la cadena perpetua que correspondería a los autores del atentado. Sobre este campo fértil, cuyas pruebas se habían “limpiado”, los servicios secretos norteamericanos e israelíes sembraron en su beneficio la hipótesis de la autoría iraní. Para construir una mentira, es indispensable primero hacer desaparecer la verdad.

A este enorme papelón local hay que sumarle los papelones internacionales que significaron la negativa del Reino Unido de conceder la extradición del ex embajador iraní en Argentina, Soleymanpour, por falta de pruebas, a quien tuvo que indemnizar por su detención por pedido de Argentina. Y la caída de las órdenes de captura solicitadas por el ex juez Galeano a INTERPOL, como consecuencia del procesamiento de este y de los fiscales que las habían propiciado.

Ante este escándalo interno e internacional, cualquier institución con un mínimo de pudor y sentido común, se hubiese mandado a guardar prudente silencio sobre el tema, para reflotarlo solo con la obtención de pruebas más que contundentes. Sin embargo, como ignorando estos antecedentes y este panorama desolador de una Justicia argentina corrupta, inepta, e indigna, ciega para investigar con la mínima diligencia, pero muy atenta para recibir los interesados aportes de EEUU e Israel, nuestros magistrados y gobernantes se hacen los bolú, y le exigen al Estado de Irán que se someta de manera irrestricta e incondicional a ella ¡en base a las mismas supuestas pruebas esgrimidas por el ex juez Galeano!. O de contrario -invirtiendo ilegalmente la carga de la prueba- exigen que Irán pruebe que es inocente. Algo tan arbitrario como si ante la hipótesis de hechos violentos entre fracciones dentro del estado de Israel (autoatentado), un gobierno antisemita le exigiera a Israel que probara su inocencia.

El calificativo de infundado es lo más benigno que puede decirse del dictamen del fiscal Nisman y de la resolución del juez Canicoba Corral en la causa AMIA. Como si el dislate no tuviera límites en Argentina, máxime si se incita desde el extranjero, con las mismas “no pruebas” que decía tener el ex juez Galeano; Nisman y Canicoba Corral fueron mucho mas allá que el propio Galeano, que solo había solicitado la captura de algunos funcionarios iraníes. Dándole una vuelta de tuerca mas al disparate de Galeano, Nisman y Canicoba sindican directamente al Estado de Irán como “Estado terrorista”, responsable institucionalmente de propiciar y organizar el atentado contra la AMIA.

En tal sentido, es notable como ambos magistrados se hacen los reverendo bolú respecto de los vastos alcances e implicancias de lo que dicen, que escapa la más de las veces lo estrictamente judicial, pero que le viene como anillo al dedo a EEUU e Israel ante la complicada situación que enfrentan en Medio Oriente. Como si tuvieran en mente esta inconfesable intención, en cada página de sus escritos estos dos magistrados se encargan obsesivamente de calificar a la Republica Islámica de Irán de “Estado terrorista”. Que no tuvo otra ocupación desde su nacimiento en 1979, que dedicarse a cometer innumerables crímenes de lesa humanidad. Adjudicándole Nisman y Canicoba Corral arbitrariamente, de manera liviana y temeraria, cuanto atentado sucedió en el mundo desde esa fecha en adelante.

Nisman y Canicoba se basan para fundar sus cargos en supuestos “testimonios” de personas en cuyos antecedentes obran órdenes de captura de INTERPOL, por auténticos actos de terrorismo cometidos en Irán. Estas personas no explican, como corresponde a derecho, como llegaron al conocimiento de lo que dicen. Con ese mismo criterio, si cinco palestinos de Hamas afirmaran que ha llegado a conocimiento de ellos que el atentado contra la AMIA fue decidido -en el marco del secular conflicto intrajudío entre fundamentalistas y moderados que costó la vida de Rabín- por los más altos estamentos del gobierno israelí; Nisman y Canicoba también deberían librar orden de captura a INTERPOL contra la cúpula israelí.

III) El gobierno se hace el bolú al encuadrar un supuesto acto de agresión como una cuestión judicial

La cosa no acaba allí, ya que todo lo que empieza en forma desorbitada tiene necesariamente que terminar en el despropósito total. Si el Estado de Irán es el responsable de los ataques a la AMIA, y también posiblemente a la Embajada de Israel, como afirman Nisman y Canicoba Corral, estos son gravísimos actos de agresión por parte de un Estado extranjero, que deberían tener una condigna y proporcional respuesta. Comenzando con la ruptura total de relaciones diplomáticas con Irán, como reclaman los representantes del gobierno israelí; prosiguiendo con la denuncia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, y continuando con la ejecución de proporcionales represalias, ya sea sobre el territorio o los bienes del Estado iraní.

Lo menos que haría un presidente serio o un país en serio, en el caso de que un juez y un fiscal hayan llegado a un grado de convencimiento, como para sindicar a un país extranjero como responsable de un ataque contra su país, sería el convocar a una junta de expertos en defensa y las cúpulas de las fuerzas armadas, a los efectos de que objetivamente analicen los fundamentos de esa denuncia, y que de ser cierta recomienden las medidas a tomar, dado que indudablemente la cuestión escapa largamente a la competencia de la Justicia penal.

Al respecto cabe citar el antecedente de la voladura del acorazado norteamericano Maine en un puerto cubano, a principios del siglo XX. Esta sirvió de excusa a EEUU para declararle la guerra a España y expulsarla de Cuba y del continente americano, para adueñarse de la isla y establecer allí la base naval de Guantanamo, en cumplimiento de sus planes de expansión marítima e imperial. Este es uno de los tantos ejemplos donde un “oportuno” atentado justificó el inicio de una gran guerra, como poco después sucedió también con el atentado de Sarajevo, que detonó la Primera Guerra Mundial; y el posterior en mucha mayor escala de Pearl Harbor, que justificó el ingreso de EEUU en la Segunda Guerra Mundial.

En nuestro caso, violando flagrantemente sus deberes como responsable de la defensa del país, y comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, el presidente Kirchner haciéndose el rebolú, nada hizo al respecto. Por contrario, haciendo de doble bolú o de bolú teatral, en respuesta a las presiones del lobby judío y norteamericano, fue a la Asamblea de la ONU; no a cumplir con sus deberes como responsable de la defensa del país, y denunciar la agresión, sino a requerir casi hilarantemente que el Estado de Irán se someta a la jurisdicción de nuestros desprestigiados juez y fiscal, y entregue a sus máximas autoridades para que estos los juzguen, cuando –como ya mencionamos- ni siquiera se animaron contra un banquero defraudador. Si no fuera por la enorme trascendencia que podría tener todo esto, Kirchner, Taiana, Nisman y Canicoba Corral serían dignos integrantes de la “Armada Brancaleone”.

Claro que se trata evidentemente de pedir lo imposible, para que ello no ocurra, pese lo ridículo del pedido, dejando conforme a tirios y troyanos, pero sin cumplir con los propios deberes de su función; y sin velar en manera alguna por los genuinos intereses del país. Con esta actitud, sin ser consciente de ello, el presidente Kirchner descalificó enteramente el pedido de la Justicia argentina, porque de ser cierto lo que ella afirma respecto la responsabilidad de Irán en el atentado, debería haber tomado -funcionalmente y ante la ONU- una actitud enteramente distinta.

Sin saberlo, dado su poco apego a los aportes intelectuales, el presidente Kirchner con su actitud incurrió en una de las clásicas paradojas o “problemas de Gödel”, el famoso lógico de la historia moderna que planteó situaciones en que una afirmación encierra su propia negativa. Como la clásica paradoja del mentiroso, “esta afirmación es falsa”, que de ser cierta no puede ser falsa y viceversa, etc.

Y ese es el caso del presidente Kirchner, quién ante la asamblea de la ONU se comportó como un mentiroso godeliano, dado que de ser cierto que Irán atacó a Argentina como afirma la Justicia Argentina, su actitud como mandatario debería haber sido absolutamente distinta. Y de no ser cierto ese ataque, no debería haber ni mencionado el tema ante la ONU.

Sin embargo el presidente Kirchner presionado por los lobby israelí y norteamericano, como buen político “argentino”, se hizo el rebolú y agarró por el callejón del medio de Poncio Pilatos. Reclamó a los iraníes que vayan a arreglar sus cuitas ante el tribunal de Nisman y Canicoba, dado que a él como presidente de Argentina, no le incumbe y nada tiene que ver con el (supuesto) ataque de Irán contra Argentina.

De esta torpe manera creyó zafar en una situación comprometida, ignorando que una de las principales premisas de la diplomacia y la política, tanto judía como norteamericana, es el “gradualismo”. Ella consiste simplemente en llevar al otro paso a paso, mediante sucesivos empellones, como si fuera un bolú, a la situación o al lugar donde el otro no quiere o no le conviene ir.

En consecuencia ahora vendrán las presiones para que Argentina encabece una cruzada mundial, para que la INTERPOL libre definitivamente los pedidos de captura solicitados por Nisman y Canicoba, como si este fuera el eje de su política internacional. Y luego vendrán las presiones para que Argentina encabece la cruzada mundial contra Irán, para que entregue a sus funcionarios, cosa que seguramente Irán no hará, etc, etc. Así el presidente Kirchner haciéndose el bolú, ha puesto el pie en el primer peldaño de una escalada, que nadie en el mundo sabe como acabará.

De esta manera el presidente Kirchner, de la peor manera posible, “judaizó” y extranjerizó la causa de la AMIA, que no fue un atentado contra la comunidad judía, sino un atentado contra nuestro país y contra todos los argentinos. Y no lo hizo para buscar la verdad y la justicia, sino para satisfacer los momentáneos intereses geopolíticos de EEUU e Israel, a los que -como es una constante en todos los países en conflicto- poco les interesa la verdad y la Justicia, sino más bien la explotación de la ausencia de ambas en su beneficio.

Pero no solo se hicieron los rebolú los máximos responsables del Poder Ejecutivo: el presidente, el canciller, y la ministra de Defensa. También se hicieron los rebolú los máximos responsables de los otros dos poderes del Estado argentino. La Corte Suprema que tiene a su cargo la causa del atentado contra la Embajada, hace tiempo que debería haber requerido la acumulación de la causa de la AMIA a la de la Embajada, para hacerse cargo de ambas. No solo por la conexión evidente entre ellas, al sindicarse en ambas a Hezbollah como autor del atentado, sino también por ser el único estamento judicial competente para entender en cuestiones que atañen a un Estado extranjero.

Sin embargo sus integrantes ponen cara de gente independiente y se hacen los bolú, mirando para otro lado, dejando que el fiscal Nisman y el juez Canicoba Corral emprendan su insensata aventura al servicio de los intereses israelíes y norteamericanos, con la chapa de la Justicia Argentina, de requerir que el Estado iraní se someta a la jurisdicción de sus minúsculas jerarquías judiciales, y de sus interesados dictámenes. En consonancia con el presidente Kirchner y su canciller Taiana, sus integrantes también se hicieron los bolú respecto de la propuesta avenitiva iraní, para que las Cortes Supremas de ambos países estudiaran la cuestión, a los efectos de encontrar una salida honorable para ambos países, dentro del marco del derecho internacional.

Por su parte en el Congreso Nacional, que debe velar por la seguridad de las fronteras, declarar la guerra, y ordenar represalias, no se alzó una sola voz al respecto; como si esa gravísima cuestión no existiera, ni transcurriera dentro de las fronteras argentinas. Lo mismo cabe respecto de la mayoría de dirigentes y dirigentas de la derecha e izquierda “políticamente correcta”. Se llenan la boca de reclamos de institucionalidad, pero para no malquistarse o para empatizar con el lobby norteamericano e israelí, se hacen los reverendo bolú respecto de la absoluta desinstitucionalización de esta álgida cuestión, como si solo se tratara de una liviana comedia de enredos, cuando la realidad indica que se trata de algo tan vital, como la seguridad de las fronteras, la seguridad de los argentinos, y nuestra inserción en el mundo.

A esta dirigencia argentina políticamente correcta, ni siquiera le cabe la excusa de haberse puesto del lado de EEUU e Israel por razones morales, dado que estos dos Estados occidentales, extraviados enteramente respecto la sabiduría judeo-cristiana, son los únicos que han legalizado la tortura; los campos de concentración de prisioneros, clandestinos y fuera de la ley; las guerras preventivas; y los actos de guerra contra civiles indefensos. Son además los dos únicos Estados en el mundo, que violando la carta de la ONU, amenazan permanentemente a otros países con el uso de la fuerza, y mantienen ocupados territorios que no les pertenecen. Nuestra dirigencia “políticamente correcta” parece no advertir que se ha puesto del lado del bando inmoral, “impolítico”, e “incorrecto”, que en plena era postmoderna, parece creer que todos los problemas se solucionan con el uso brutal de la fuerza.

Rebelión 21-10

Thursday, October 18, 2007

Educación para la ciudadanía



Carlos Fernández Liria, coautor del libro "Educación para la ciudadanía"

"Me da miedo pensar en qué será de nosotros si el PP gana las próximas elecciones"

18-10-200

Uno de los autores del libro titulado "Educación para la Ciudadanía" Carlos Fernández Liria, realiza para SB-Noticias un análisis detallado de las implicaciones que para la Izquierda ideológica española podría llegar a tener un hipotético triunfo electoral del PP en las próximas elecciones generales. Repasa también alguna de las líneas maestras que vertebran la asignatura que tanta inquietud ha despertado entre la clase conservadora y la propia Iglesia católica.

"Vivimos tiempos muy anormales. En las últimas elecciones el PP ganó con un discurso de centro, actualmente, de llegar a ganar, lo haría con un discurso de extrema derecha declarada. Sin ir más lejos, en la COPE reivindican claramente a la dictadura franquista. No se ocultan para decir que Franco salvó a España del golpe que en el año 34 dio la izquierda. La Derecha padece una situación de auténtico delirio. La iglesia católica y el PP acusan a la asignatura de la "Educación para la Ciudadanía" de pretender adoctrinar a los alumnos. Resulta paradójico. La Iglesia, una institución que durante cuarenta años ha tenido el monopolio del adoctrinamiento y que hoy sigue adoctrinando - a través de la asignatura de Religión- con dinero de todos los ciudadanos, se rasga las vestiduras porque ve peligrar sus privilegios. Es una postura grotesca tanto la de la Iglesia como la de la Derecha política. Éllos, que precisamente han estado adoctrinando, durante cuarenta años, de forma rayana en la inconstitucionalidad. De forma machista, racista, clasista, homófona: fascista en una palabra son los que hoy quieren darnos lecciones de neutralidad ideológica. La verdad es que en ocasiones me pregunto qué podría suceder si el PP, con semejante discurso de extrema derecha, llegase a ganar las próximas elecciones generales: me da miedo pensar que será de nosotros."

Educación para la Ciudadanía

"Respecto de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, aclarar que nosotros tenemos nuestras reservas acerca de tal y como ésta ha sido planteada pero, estamos dispuestos a hacer de la necesidad virtud y la aceptaremos. Ahora bien, si la asignatura se implanta definitivamente, habría que impedir que se llegase a convertir en un simple compendio de valores empalagosos y políticamente correctos. Habría que decir en ella la verdad: no podemos hablar de Estado de Derecho sin aludir a los condicionantes capitalistas en los que la democracia se desenvuelve. Los problemas de la ciudadanía tienen mucho que ver, en su origen y desarrollo, con el sistema económico que domina en la sociedad: los trabajos basura, la flexibilidad laboral, etc. Todo tiene que ver con el Capitalismo como sistema económico preponderante y no tanto con el hecho de si el régimen es de una Monarquía más o menos Constitucional, lo cual también es un problema, claro está, pero en menor grado.

La Izquierda ideológica sigue existiendo. Otra cosa es que no disponga ésta, por ejemplo, de medios masivos de comunicación. Hoy vivimos en un auténtico espejismo mediático: muchos creen que sólo existe lo que sale en los medios de comunicación, unos medios que curiosamente están en manos del enemigo, en manos de la derecha ideológica. A la Izquierda tan sólo nos queda Internet y aún así creo que debemos persistir en el empeño y en la lucha. Hay mucha gente que se entrega de forma plena a la causa de la izquierda y reconozco que, dadas las circunstancias actuales tan adversas, ya es bastante logro para los ciudadanos comprometidos."

http://www.sanborondon.info/

Wednesday, October 17, 2007

Un debate cara a cara entre Naomí Klein y Alan Greenspan




Alan Greenspan y Naomi Klein discuten en directo sobre la guerra de Irak, los recortes fiscales de Bush, el populismo económico y el capitalismo de amiguetes, entre otras cosas.


En un debate radiofónico organizado por Democracy Now! y moderado por Amy Goodman, el antiguo Presidente de la Reserva Federal de EEUU Alan Greenspan y la periodista antiglobalización Naomi Klein le dan vueltas a las principales cuestiones sobre la guerra de Irak, el petróleo, los recortes fiscales del presidente Bush, la seguridad social, el populismo económico en América latina, la corrupción y el capitalismo de amiguetes. Greenspan estuvo al frente del banco central en los EEUU durante casi dos décadas. Acaba de escribir unas nuevas memorias de 500 páginas tituladas: The Age of Turbulence: Adventures in a New World. En cierto momento del debate, Klein le pregunta a Greenspan: "Las políticas que usted llevó a cabo - desregularización, privatización, libre comercio - han contribuido a esta extraordinaria desigualdad en el reparto de la riqueza que es el auténtico combustible del populismo económico que usted ahora denuncia. ¿No es usted pues quién ha causado esta crisis de la fe en el capitalismo?"

A medida que la crisis crediticia sigue creciendo y el dólar norteamericano alcanza un nuevo mínimo, hoy nos dirigimos al anterior presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan. Fue designado para este cargo por primera vez en 1987 por el presidente Ronald Reagan, y se retiró en enero del 2006 después de haber decidido la suerte de los tipos de interés norteamericanos durante el mandato de cuatro presidentes distintos. Apodado el maestro, fue generalmente visto como uno de los responsables de la política económica más influyentes del mundo.

Hablamos con Alan Greenspan por teléfono, y en el estudio nos acompaña Naomi Klein, galardonada como periodista de investigación, codirectora de la película documental The Take, autora del best seller No-Logo y cuyo último libro se titula The Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism.

Transcripción literal del debate radiofónico

Amy Goodman: bienvenidos ambos a Democracy Now! Bienvenido Alan.

Alan Greenspan: muchas gracias. Estoy encantado.

Amy Goodman: es magnífico tenerle con nosotros. Usted trabajó con seis presidentes, con el presidente Reagan, con ambos presidentes Bush. Usted trabajó con el presidente Ford y con Bill Clinton, al que ha calificado de presidente republicano. ¿Porqué?

Alan Greenspan: eso pretendía ser una especie de chiste.

Amy Goodman: háblenos de ello.

Alan Greenspan: ¿sobre Clinton?

Amy Goodman: sí.

Alan Greenspan: bien, yo he declarado que soy un republicano libertario, lo que significa que creo en una serie de cosas como un estado mínimo, restricciones en el déficit presupuestario, el libre mercado, la globalización y toda una serie de otras cosas, incluyendo la reforma del estado del bienestar. Y como posiblemente recordarás, Bill Clinton estaba bastante en la misma línea - llevó a cabo una agenda política muy parecida. Por ello le consideraba como alguien... como él mismo lo describía, éramos una extraña pareja, porqué él es un demócrata de centro. Pero eso no está tan lejos del republicanismo libertario.

Amy Goodman: ¿aproximadamente en qué medida diría usted que estaban de acuerdo?

Alan Greenspan: en cuestiones de economía yo diría que en un 80%.

Amy Goodman: ¿y respecto al presidente Bush?

Alan Greenspan: El presidente Bush tenía la maravillosa aptitud de saber que no le convenía ni a él ni a nosotros el que interfiriese en la actividad de la Reserva Federal. Y debo reconocer que durante todo su mandato nunca cuestionó lo que hacía la Fed (abreviatura usada para referirse a la Reserva Federal, N. del T.). Y eso fue algo muy importante para nosotros, algo que siempre le hemos agradecido.

Pero como explico en mi libro, no tomó las riendas de lo que era un Congreso controlado caprichosamente por los republicanos (algo que yo creía necesario), el cual a mi parecer perdió el rumbo y empezó a gastar y a crear todo tipo de desequilibrios fiscales. Y esencialmente lo que sostengo es que allí dónde la administración pudo haberlo hecho bastante mejor hubiese sido usando el poder de veto. Y como recordarás, no usó el veto en absoluto. Y ello creo que hubiese generado un proceso mucho más equilibrado en el Congreso. Así pues estaría en un término medio respecto a esta cuestión.

Amy Goodman: Alan Greenspan, hablemos de la guerra en Irak. Usted dijo algo que para muchos de los que le rodean es lo indecible, que la guerra fue por el petróleo. ¿Podría explicarlo?

Alan Greenspan: En efecto. Mi argumento consiste en que si no hubiese petróleo bajo la arena de Irak, Saddam Hussein nunca hubiese estado en condiciones de acumular los recursos que le permitieron amenazar a sus vecinos, Irán, Kuwait, Arabia Saudí. Y después de observarle durante 30 años, yo realmente temía que si alguna vez lograba un arma nuclear - y bien podía haber sido capaz de comprarla - básicamente se habría lanzado a intentar controlar (y tal vez lo hubiese logrado) el estrecho de Hormuz, que es la ruta por la que pasan diariamente 18 o 19 millones de barriles de petróleo de los 85 millones de crudo diarios de producción mundial. Si por ejemplo hubiese decidido bloquear digamos que 7 millones diarios, habría podido paralizar una parte significativa de la actividad económica mundial.

El grado de la amenaza que suponía, a medida que veía que crecía, me pareció aterradora. Y por ello echarlo del cargo o quitarle la posición y el control que ejercía me pareció algo imprescindible. Y el que eso se llevase a cabo de una forma u otra no era tan importante, pero lo que sí me parece claro es que de no haber habido los recursos petrolíferos en Irak el panorama y la evolución de las cosas en esa parte de Oriente Medio habrían sido distintos.

Amy Goodman: aquí en el estudio también nos acompaña Naomi Klein, autora del libro The Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism. ¿Qué responderías a ese último comentario, Naomi?

Naomi Klein: bien, me pregunto si le preocupa en absoluto al señor Greenspan el que las guerras por recursos en otros países son de hecho ilegales. El señor Greenspan en su libro alaba el imperio de la ley, la importancia del respeto a la ley. Pero cuando expone las razones de porqué esta cuestión no ha sido debatida públicamente, dice que no es políticamente relevante en estos momentos. Pero no se trata sólo de que no sea políticamente relevante, señor Greenspan. ¿Es usted consciente de que, según la Convención de Ginebra y los Acuerdos de La Haya, es ilegal que un país invada a otro debido a sus recursos naturales?

Alan Greenspan: no. Lo que yo digo es que, como usted bien sabe, la cuestión por la que estaba preocupada la mayoría de la gente que defendía la guerra fueron las armas de destrucción masiva. Yo personalmente creía que Saddam se estaba comportando de una forma que posiblemente tuviese, casi seguramente tuviese, armas de destrucción masiva. Quedé sorprendido, como muchos, de que no fuera así. Pero lo que yo decía es que mis razones para estar contento de ver a Saddam depuesto no tenían nada que ver con las armas de destrucción masiva. Tenían que ver con la amenaza potencial que podía suponer para el resto del mundo.

Naomi Klein: sí, entiendo lo que dice, pero Saddam no fue sencillamente depuesto. Los EEUU invadieron Irak, lo ocuparon y asumieron el control de sus recursos. Y bajo las leyes internacionales, es ilegal empezar guerras para tener acceso a los recursos de otros países, países soberanos.

Alan Greenspan: sí, soy plenamente consciente de que eso es una cuestión muy, terriblemente importante. Y como dije en otras ocasiones, siempre he pensado que lo que en definitiva consiste en lo que se suele llamar acción preventiva por parte de algunos países para garantizarse acceso a los recursos o algo parecido, es algo que nos lleva de vuelta a la Guerra Fría, cuando teníamos el difícil dilema de qué hacer cuando crees que hay un misil enemigo en camino y no estás seguro de si se trata o no de un accidente. Y creo que ese es un profundo problema moral de las sociedades civilizadas. Y no creo que sea algo que vayamos a resolver fácilmente. Y como usted señala, sí, soy un defensor del imperio de la ley y creo que se trata de algo fundamental, no sólo para las economías nacionales sino también para la economía mundial en su conjunto.

Amy Goodman: ¿Naomi?

Naomi Klein: usted también ha defendido la terapia de choque económica y apoyado programas del FMI (Fondo Monetario Internacional) que han transformado economías muy, muy rápido. Y después dice que está a favor del imperio de la ley. Y yo me pregunto cómo, en un país como Rusia, podía haber un imperio de la ley si estaba siendo empujado a transformarse y avanzar de esa forma.

Alan Greenspan: bien, recuerde que uno no obtiene una economía de mercado meramente por eliminar la planificación central. Y recuerde que cuando cayó el muro de Berlín y se desintegró la Unión Soviética no había una economía de mercado. Básicamente lo que había era una economía de mercado negro. Y además intentaron desarrollar las instituciones de una sociedad democrática, algo que no habían tenido durante generaciones. Y como puede usted ver, ahora hay un autoritarismo creciente. Es muy... es una sociedad que tiene evoluciones muy diferentes a diferentes niveles de la sociedad. Y yo no sé exactamente como va a terminar, pero no me gusta la dirección que ha tomado en los últimos años.

Amy Goodman: me gustaría volver a Irak y preguntarle sobre, bien, un artículo de Jim Steele y Don Barlett que apareció en Vanity Fair, dónde hablan de los miles de millones perdidos en Irak. Y empiezan su artículo diciendo: "Entre abril del 2003 y junio del 2004, doce mil millones de dólares en moneda norteamericana - mucha de ella perteneciente a la población de Irak - se enviaron desde la Reserva Federal hacia Bagdad, donde pasaron a manos de la Autoridad Provisional de la Coalición. Una parte del efectivo sirvió para pagar algunos proyectos y mantener a flote los ministerios, pero increíblemente al menos nueve mil millones se perdieron, de forma incomprensible, en un frenesí de malversación y avaricia".

Alan Greenspan, cuando usted era presidente de la Reserva Federal, ¿qué grado de conocimiento tuvo de esto? ¿Lo investigó? ¿Estuvo al corriente de esto en esos momentos?

Alan Greenspan: bien, perítame decir que aquello en lo que estuvimos implicados fue esencialmente en llevar a cabo todo el esfuerzo necesario para la creación de una moneda viable para el banco central de Irak. Y lo que hicimos - creo que muy exitosamente - fue crear lo que es un sistema financiero viable, incluso bajo las actuales circunstancias. Hubo, en la medida en que puedo apreciarlo, una enorme pérdida de recursos hacia áreas que nadie ha podido entender o rastrear hasta el momento. Nada tuvo que ver con el banco central. En nuestra relación con ellos, actuamos solamente como un intermediario para ayudarles a crear un sistema financiero, del cuál ahora disponen y que funciona razonablemente bien a pesar de todos los problemas que allí ocurren. El episodio al que usted se refiere nada tiene que ver con la Reserva Federal o nuestras relaciones con el banco central.

Amy Goodman: bien, estamos hablando de que un solo día, por ejemplo, en el centro de operaciones East Rutherford del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, 100 Orchard Street en East Rutherford, llega un camión trailer y carga una cantidad que aunque estuviesen acostumbrados a recibir y expedir grandes cantidades en efectivo, en la cámara acorazada nunca antes habían procesado una sola orden de tal magnitud: dos mil cuatrocientos millones de dólares en billetes de cien. Pero finalmente, nueve mil millones de los doce mil se perdieron en Irak.

Alan Greenspan: no estoy al corriente de esos hechos, y ciertamente en ningún momento se me llamó la atención sobre ello. Francamente creo que es bastante difícil que esos órdenes de magnitud tuviesen relación con las cantidades que nosotros manejamos. Hay que decir además que ha habido mucha confusión respecto al volumen de pérdidas, y la gente ha tendido a ver el dinar, la unidad monetaria básica en Irak, como si se tratase de dólares. Y claro eso te da una visión muy distorsionada. Ha habido, y yo he visto, varios informes recientes dónde se cometía este tipo de error. Pero lo que puedo decirle es que ninguna operación de ese orden de magnitud del que usted habla fue notificada a la Reserva Federal.

Amy Goodman: esto se basa en dicho artículo premiado de Vanity Fair, o en el equipo que ganó...

Alan Greenspan: déjeme decirlo de este modo, un premio no necesariamente...

Amy Goodman: claro, no, no. Me refiero a Jim Steele y Don Barlett, periodistas ganadores del premio Pulitzer. Estoy segura que usted conoce su trabajo. Pero, ¿Naomi Klein?

Naomi Klein: bien, yo solo añadiría que es sorprendente que el señor Greenspan no esté al tanto de este escándalo sobre los millones perdidos en Irak, porqué Paul Bremer tuvo que testificar ante el Congreso y se le pregunto concretamente sobre esos millones perdidos. Ha sido objeto de investigaciones del más alto nivel. Hay un enorme montón de documentación sobre ello. Así que es difícil que sea un secreto, y es difícil considerarlo una cuestión sólo relativa a Vanity Fair. Se trata... [frase incompleta].

Alan Greenspan: oh, no digo que las pérdidas no sean reales. Yo creo que existen, porque obviamente no podemos responder de todos los ingresos del petróleo. Solo digo que por lo que sé no se trata de algo directamente relacionado con las actividades en las que el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, del que estamos hablando, estuviese relacionado.

Amy Goodman: Alan Greenspan, tenemos que hacer una pausa de sesenta segundos, pero en seguida estamos con usted otra vez. Alan Greenspan, el anterior presidente de la Reserva Federal desde 1987 hasta 2006. Acaban de salir sus memorias, tituladas The Age of Turbulence: Adventures in a New World. Estamos con él otra vez en un minuto. Quédense con nosotros.

[pausa]

Amy Goodman: nuestros invitados son Naomi Klein, autora de The Shock Doctrine, y Alan Greenspan, anterior presidente de la Reserva Federal y autor de The Age of Turbulence: Adventures in a New World. De hecho, ¿usted era un músico de clásica y jazz antes de dedicarse a la economía, no?

Alan Greenspan: bien, yo estudié en Julliard, lo que significa que tocas música clásica. Y de hecho ese todavía es mi principal interés musical. Pero siendo adolescente me uní a una banda de música de baile y pasé un año y medio viajando por el país como músico de jazz.

Amy Goodman: me gustaría seguir con su trabajo al frente de la Fed, y preguntarle sobre el artículo de Paul Krugman titulado "Sad Alan's Lament" ("La triste jeremíada de Alan Greenspan", también en Sin Permiso), que trata sobre la cuestión de su apoyo a los recortes fiscales del presidente Bush. En su artículo, Paul Krugman dice "el señor Greenspan acaba de publicar un libro en el que censura a la administración Bush por su irresponsabilidad fiscal".

"Bien, lo siento", dice Paul Krugman, "pero esa crítica llega seis años tarde y se queda un billón de dólares corta".

Dice que "el señor Greenspan ahora dice que él no pretendía dar luz verde a todos los recortes fiscales de Bush, [y] que se sorprendió de la reacción política ante sus observaciones".

Continúa diciendo que su primera gran oportunidad para aclarar su posición llegó unas pocas semanas después de su testimonio inicial de 2001, cuando estuvo frente al Senate Committee on Banking, Housing and Urban Affairs (Comité del Senado para asuntos Bancarios, de Vivienda y Urbanos).

Insiste en que, una y otra vez, se le ofreció la oportunidad de decir algo que ayudase a retomar las riendas de los recortes fiscales ya fuera de control; cada vez esquivando la cuestión, a menudo contestando releyendo de su propia declaración anterior.

Y dice: "Si alguien seguía albergando la menor duda sobre la determinación del señor Greenspan de no incordiar a la administración Bush, toda duda quedó despejada dos años después, cuando la administración propuso otra ronda de recortes fiscales, aun a pesar de que ahora el presupuesto era ya profundamente deficitario. ¿Lo adivinan? El antiguo gran sacerdote de la responsabilidad fiscal no puso reparos".

Y sigue a partir de ahí. Afirma que en 2004 usted "se manifestó de acuerdo en hacer permanentes los recortes fiscales de Bush -recuerden que se trata de los recortes fiscales que ahora dice no haber apoyado nunca-, y arguyó que, a trueque, el presupuesto debería equilibrarse con recortes del gasto social, incluyendo los beneficios de la Seguridad Social. Claro está que, antes, en 2001, había asegurado muy concretamente al Congreso que los recortes fiscales no amenazaban la Seguridad Social".

¿Su respuesta, señor Greenspan?

Alan Greenspan: bien, lo encuentro muy desacertado. Paul es un buen economista. Le conozco desde hace años. Pero se equivoca de lleno en muchos de los hechos - en realidad sobre posiblemente todos los que usted ha citado.

En primer lugar, yo estuve a favor de los recortes de impuestos de cualquier tipo cuando parecía que, de acuerdo con todos los expertos y técnicos, se espera un potencial gran aumento del superávit. Si dejábamos que ese superávit creciera mientras la deuda de los EEUU era básicamente cero, nos hubiésemos encontrado con que el gobierno federal acumularía una gran cantidad de activos del sector empresarial privado. No había alternativa disponible. Y si uno mira las otras posibilidades viendo lo que Lyndon Johnson o Richard Nixon hubiesen hecho en esas circunstancias, el panorama resulta aterrador. Fue solo cuando estuvo claro que las predicciones eran erróneas, que de hecho no íbamos a seguir... que no era probable que siguiésemos con ese superávit corriente, sino que en realidad desaparecieron.

En ese momento, volví a mi anterior postura: a saber, que estoy a favor de los recortes de impuestos, siempre que se acompañen de un recorte similar en el gasto. Y consecuentemente volví a dicha posición en mis testimonios ante el Congreso en 2002 y 2003, hasta el punto de que recuerdo a algunos congresistas preguntarme, "¿Le he entendido correctamente? ¿Está usted diciendo que está a favor de los recortes de impuestos, pero sólo si se recorta el gasto. Si el gasto no se recorta, ¿debemos considerar que usted no apoya los recortes fiscales?" Y dije, "Eso es correcto". Así que el argumento de Paul Krugman de que de alguna u otra forma no cambié de opinión hasta que dejé el cargo es de facto falso. Y es que en realidad sí cambié de opinión. Cambié de opinión en el 2002 y 2003 básicamente porqué lo que me había hecho partidario de un recorte de impuestos sin reducción de gastos fue una situación muy específica que probablemente no había ocurrido nunca antes en los EEUU durante los últimos 150 años - a saber, que el total de la deuda federal cayese hasta cero.

Amy Goodman: ¿Naomi Klein?

Naomi Klein: otra pieza del rompecabezas que, a este respecto, creo importante recordar es que, Alan Greenspan, en su libro usted deja claro que ideológicamente está muy a favor del principio de privatizar la Seguridad Social y que, de hecho, le disgustó mucho el que la administración Bush no lo llevase a cabo después de las elecciones del 2000. Incluso aunque no hubiesen hecho campaña a favor de la privatización de la Seguridad Social, usted creía que deberían haber insistido en este tema. Así pues, ¿el crear un déficit debido a los recortes de impuestos no sirve para reafirmar la defensa de la privatización de la Seguridad Social que usted mismo ha escrito que apoya ideológicamente?

Alan Greenspan: bien, en primer lugar yo no me ciño a la ideología. Yo trato de saber cuáles son los hechos, y formo mi opinión basándome en los hechos y no en una cierta preconcepción, que me temo que es lo que ideología significa.

Antes de nada, sencillamente déjeme sugerirle lo siguiente. La Seguridad Social, tal y como está hoy concebida y financiada, en los próximos años se convertirá en una parte muy pequeña de los ingresos recibidos al retirarse. No hay de hecho, no hay alternativa, tal como están las cosas, a que una parte muy sustancial de lo que llamamos la sustitución de renta de la que hablamos cuando uno se retira vaya a tener que salir del sector privado. Y así, no importa lo que hagamos con la Seguridad Social a nivel federal, el ciudadano medio tendrá que depender más y más intensamente de fuentes privadas de renta, sean ahorro privado o del trabajo o lo que sea. Pero su usted mira al futuro de la Seguridad Social y a los movimientos demográficos a los que nos enfrentamos, el grado en que sirve para compensar los ingresos perdidos cuando nos retiramos se está reduciendo.

Amy Goodman: Alan Greenspan, el tema de si hay suficiente dinero en este país, ¿cree usted que eso también pone en entredicho la guerra de Irak, cómo pueden los EEUU seguir financiando esta guerra?

Alan Greenspan: bien, se trata básicamente de la cuestión de los compromisos de la Seguridad Social - y Medicare, debo añadir- respecto al coste de la guerra. No hay duda de que una considerable cantidad de dinero se derrocha en la guerra. Eso es lo que ocurre en una guerra. Y claramente estamos hablando de cientos de miles de millones. Pero la cuestión aquí es que...

Amy Goodman: creo que las cifras rondan más bien los billones...

Alan Greenspan: incluso si los gastos de la guerra no estuviesen ahí, tendríamos esos mismos problemas. Así pues es cierto que hay una cantidad importante de derroche, pero los problemas a los que yo me refiero existían antes de la guerra y seguirán existiendo después de ella.

Amy Goodman: la crisis de las hipotecas sub-prime que estamos viendo estos días, con mucho gente afirmando que usted realmente contribuyó a que ocurriese, se gestó a través de la política de mantener los tipos de interés bajos.

Alan Greenspan: bien, efectivamente la crisis ocurrió como resultado de los bajos tipos de interés. Sin embargo esos bajos tipos de interés, si uno echa un vistazo al contexto de alza de los precios de la vivienda en todo el mundo, son claramente una cuestión global. Es el resultado de cambios fundamentales que ocurrieron como consecuencia del final de la Guerra Fría, y esas burbujas en el sector de la vivienda aparecen en más de dos docenas de países de todo el mundo, lo que clama por una explicación global, no individual. Así que nosotros aquí en los EEUU...

Amy Goodman: sé que va a tener que dejarnos usted pronto...

Alan Greenspan: ¿puedo terminar?

Amy Goodman: sí, siga.

Alan Greenspan: aquí en los EEUU nosotros tratamos de hacer subir los tipos de las hipotecas y así frenar la burbuja. Y recuerde, ha sido la burbuja la que ha creado la mayor parte del problema que hemos tenido en el mercado de hipotecas sub-prime. Y no lo logramos. Eso nos indica que, en esencia, son fuerzas de alcance global las que están operando en este caso.

Pero si volvemos atrás, me parece que sería un terrible error si miramos el mercado sub-prime y decidimos que debería ser eliminado, porque creo que ha sido un mercado muy útil para dar a mucha gente de este país la oportunidad de tener un casa, que no habría sido capaz de conseguir en caso contrario. El mercado sub-prime tiene un montón de problemas técnicos que lo entorpecen, y hay también varias cuestiones que tiene que ver con la seguridad financiera que han generado dificultades. Espero que en el proceso no eliminemos el mercado sub-prime.

Amy Goodman: Alan Greenspan, usted escribe al final de su libro, "Un Sistema de la Reserva Federal que deberá enfrentarse con el reto de la presión inflacionista y políticas populistas que han estado relativamente acalladas los últimos años", algo que es muy significativo. Usted incluso menciona el año - los EEUU en el 2030 es probable que estén caracterizados por políticas populistas que han estado latentes los últimos años. ¿En qué medida son importantes las políticas populistas, y cómo imagina usted que serán?

Alan Greenspan: recuerde lo que las políticas populistas son. Es un estilo muy especial de centrarse en el corto plazo, que invariablemente crea problemas muy difíciles en el largo plazo. Una gran parte del libro, como sabe, trata sobre cómo el populismo se ha asentado para su desgracia en digamos que muchos de los países latinoamericanos. Y el término "políticas populistas" es otra forma de decir corto plazo versus largo plazo. Y la gente que prioriza los beneficios del corto plazo sobre los costes a largo plazo acaba muy lejos de la senda del crecimiento económico y la prosperidad.

Amy Goodman: ¿Naomi Klein?

Naomi Klein: señor Greenspan, me pregunto si siente que comparte responsabilidad alguna por este auge en el populismo económico porque, evidentemente, usted estuvo al frente de la Reserva Federal durante la administración Reagan, y cuando Reagan asumió el cargo los CEO (acrónimo para Chief Executive Officer, el puesto de mayor responsabilidad en la dirección de grandes compañías y empresas, N. del T.) cobraban 43 veces más que sus trabajadores, mientras que cuando usted dejó la Reserva Federal ganaban 400 veces más que sus trabajadores. Así que las políticas que usted llevó a cabo - desregularización, privatización, libre comercio - han contribuido a esta extraordinaria desigualdad en el reparto de la riqueza que es el auténtico combustible del populismo económico que usted ahora denuncia. ¿No es usted pues quién ha causado esta crisis de la fe en el capitalismo? ¿O al menos no comparte usted algo de dicha responsabilidad?

Alan Greenspan: bien mire, lo que realmente ha pasado en este país respecto al incremento de las desigualdades económicas es una cuestión a la que me refiero y aborrezco en el libro, y señalo que lo que lo ha causado en gran medida es el hecho de que hay una extraordinaria demanda de trabajo cualificado a medida que se desarrolla la tecnología, y en este país hemos tenido un sistema educativo disfuncional tanto en primaria como en secundaria, que se manifiesta en todo tipo de estudios, y que muestra cómo mientras nuestros niños de cuarto grado lo hacen bastante bien en comparación con los de otros países, al finalizar el instituto se encuentran en cambio en terrible desventaja. Y como consecuencia de ello, no ponemos la necesaria cantidad de gente en el ciclo educativo para proporcionarles una alta calificación lo cual genera, o generaría, mucha menos desigualdad económica.

Y también sostengo en el libro que debemos abrir nuestras fronteras a todo tipo de trabajadores cualificados - de cualquier parte del mundo, porque si hacemos eso aumentaremos la oferta de trabajadores cualificados, que nuestras escuelas han sido incapaces de crear, y como consecuencia reduciríamos el salario medio de empleos cualificados y también el nivel desigualdad económica en el país. Es una cuestión muy importante, y es una cuestión muy importante que abordo en mi libro. Y debemos afrontar esta cuestión desde ambas perspectivas, la de la educación y la de la inmigración.

Y nada tiene que ver con lo que yo propongo. Y recuerde que el tipo de economía globalizada que yo apoyo ha sacado de la pobreza a centenares de millones de personas. Ha generado un cierto nivel de vida a lo largo de todo el mundo que no tiene precedentes en la historia. Y asumir que eso es algo por lo que deberíamos disculparnos creo que es absolutamente inadecuado.

Amy Goodman: ¿Naomi Klein?

Naomi Klein: bien, usted ha mencionado América Latina donde, por supuesto, hay un auge de los partidos de izquierda y los movimientos sociales. Pero esto ocurre después de décadas de adhesión a las políticas de ajuste estructural del FMI, y es precisamente porqué dichas políticas fracasaron en sacar a la gente de la pobreza en países como Bolivia que uno observa este auge en lo que usted llama populismo económico. Es debido a que la economía "del derrame" se ha visto como un fracaso. Pero usted también menciona en su libro el populismo económico en América Latina, y le acusa de episodios inflacionistas, de causar el colapso de regímenes políticos y derribar gobiernos, y uno de sus ejemplos es Chile en los años setenta. ¿Fue Chile, fue el gobierno de Salvador Allende derribado por la inflación, o tuvo algo que ver con ello la CIA?

Alan Greenspan: bien mire, yo uso América Latina como un ejemplo. La cuestión clave no es sin embargo América Latina. Volvamos a los EEUU. Volvamos al mundo en su totalidad y veamos la cuestión del populismo desde esa perspectiva. Recuerde, el tema del populismo en América Latina se remonta a la colonización española y portuguesa.

Naomi Klein: estoy al tanto de eso, señor Greenspan, pero hay varias políticas de desarrollo que fueron utilizadas para corregir esas disparidades producto del colonialismo. Se llamaron sustitución de importaciones. Y esos líderes fueron sistemáticamente eliminados en una serie de golpes de estado.

Alan Greenspan: déjeme hacerle una pregunta, cuál... usted... usted simplemente toma el sistema capitalista, por decirlo claramente, y dice que falla por ésto, que falla por aquéllo, que falla en éste u otro lugar. El sistema capitalista ha creado más crecimiento económico durante los últimos siete u ocho años a lo largo del mundo. Y como dije antes, ha tenido enormes repercusiones en los países en desarrollo. Cientos de millones de personas han salido de la pobreza. Y a causa de ello, no debido a las políticas populistas, sino debido a políticas que se basan en los mercados, me choca que... sabe usted, puede nombrar todos los problemas que existen en las economías de mercado... y en mi libro, usted descubrirá que estoy muy al tanto de todos ellos y los conozco en detalle.

La pregunta que debe hacerse, sin embargo, es: ¿qué sistema funciona mejor? Y yo creo que la evidencia que vemos si nos remontamos a la Ilustración de principios del siglo XVIII y todo lo que ocurrió respecto a lo que ha pasado en el mundo desde entonces ha demostrado que este sistema es el único que parece funcionar bien. Me refiero a que todos los tipos de estructuras socialistas, sobre las cuales parece estar usted implícitamente a favor, han fracasado. Así que la pregunta es...

Amy Goodman: ¿Naomi Klein?

Naomi Klein: en realidad en este caso me refiero a economías mixtas. No...

Alan Greenspan: ¿de qué [inaudible] se trata entonces?

Naomi Klein: en realidad en este caso me refiero a economías mixtas. No estoy hablando de socialismo de estado.

Alan Greenspan: bien, la pregunta es, cuando usted empieza hablar en términos de cambiar lo que implícitamente sugiere - y he oído esta historia otras veces - uno debe decir a favor de qué desearía cambiar. Y hemos tenido lamentables problemas a lo largo de todo el mundo cada vez que nos hemos movido en la dirección que usted sugiere. El nivel de pobreza ha aumentado, no caído.

Naomi Klein: bien señor Greenspan, déjeme recordarle que la palabra "populista" significa sencillamente popular. Así que obviamente hay mucha gente que disiente de su juicio sobre los beneficios de...

Alan Greenspan: mucha gente no está de acuerdo con mi punto de vista, mucha otra no el está con el suyo.

Naomi Klein: y están interesados en otro modelo económico.

Alan Greenspan: eso es lo que hace funcionar la democracia.

Naomi Klein: hay algo en su libro que despertó realmente mi interés, que fue su descripción de la corrupción y el capitalismo de amiguetes. Usted dice: "cuando los líderes de un gobierno o sus altos cargos buscan rutinariamente el consejo de personas del sector privado o empresarios y, a cambio de apoyo político, les acaban debiendo favores, se dice que la sociedad está bajo las garras de un capitalismo de amiguetes". Y sigue, "Los favores suelen tomar la forma de un acceso como monopolista a determinados mercados, acceso preferente a las ventas de activos del gobierno, y una accesibilidad especial a los que están en el poder". No puedo dejar de pensar en Halliburton, Blackwater, Lockheed y Boeing. Usted se estaba refiriendo a Indonesia pero yo me pregunto, según su definición, sino estamos viendo emerger, en palabras del New York Times, un cuarto brazo del gobierno en la forma de los contratos privados - algo que vemos claramente. La portada del New York Times habla de seis mil millones de dólares que están siendo investigados por actividades criminales en su asignación para contratos en Irak. Me pregunto si usted cree que los EEUU son una economía capitalista de amiguetes, según su definición.

Alan Greenspan: toda economía existente, independientemente del grado de democracia, tiene elementos de capitalismo de amiguetes. Dada la naturaleza humana y las estructuras democráticas, con las que asumo que todos estamos de acuerdo, ello es una consecuencia inevitable. La cuestión importante es: ¿se trata de una fuerza dominante en la economía? Fue la fuerza dominante bajo Suharto, no lo es en este país.

Naomi Klein: bien, que le parece esto: en 2003 y bajo su presidencia de la Reserva Federal, el gobierno de los EEUU distribuyó 3.500 contratos a diversas compañías para realizar funciones de seguridad. En el 2006, el año en que dejó la Reserva Federal, se asignaron 115.000 de esos contratos. Me da la impresión que se está convirtiendo en un fuerza dominante.

Alan Greenspan: ¿se refiere a los contratos que ofreció la Reserva Federal?

Naomi Klein: estoy hablando del sistema capitalista de amiguetes de un gobierno republicano que reparte una cantidad extraordinaria de contratos para compañías privadas, que luego apoyan a esos políticos con los consiguientes favores políticos que usted describe en su libro, en su definición del capitalismo de amiguetes.

Alan Greenspan: ¿[inaudible] Reserva Federal está haciendo esto o el gobierno?

Naomi Klein: usted ha dado el visto bueno a una explosión de la economía de los contratistas.

Amy Goodman: ultimas palabras, Alan Greenspan.

Alan Greenspan: lo siento, creo que no la entiendo. ¿Dice usted que la Reserva Federal está haciendo eso, o que el gobierno lo hace?

Naomi Klein: digo que es el gobierno de los EEUU quien lo hace.

Alan Greenspan: bien, el gobierno de los EEUU debe comprar equipo al sector privado. No lo producen ellos mismos. Y usted puede describirlo de muchas formas distintas. Y obviamente yo no voy a negar que hay todo tipo de corrupción, que se da en cualquier país. Esencialmente, el problema para una sociedad democrática es mantener las libertades civiles y acabar con ello. La corrupción, el desfalco, el fraude, son todas características que existen en cualquier parte. Es lamentable cómo funciona la naturaleza humana, nos guste o no. Lo que hacen las economías prósperas es mantenerlo en lo mínimo. Nadie ha conseguido nunca eliminar totalmente esas cosas.

Amy Goodman: bien, vamos a tener que dar por finalizada nuestra discusión, porque se que usted, Alan Greenspan, debe irse. Pero espero que esta sea sólo la primera parte de nuestro debate. El nuevo libro de Alan Greenspan se llama The Age of Turbulence: Adventures in a New World. Naomi Klein, premiada como periodista de investigación, es autora de The Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism. Les doy las gracias a ambos por haber estado hoy con nosotros.

Alan Greenspan: de nada.

Amy Goodman: gracias.

Naomi Klein es la autora de No Logo: Taking Aim at the Brand Bullies (Picador) y, más recientemente, Fences and Windows: Dispatches From the Front Lines of the Globalization Debate (Picador). Su ultimo libro es The Shock Doctrine: The Rise of Disaster Capitalism. Amy Goodman edita Democracy Now!, un noticiario diario radiotelevisivo que se emite desde 500 estaciones en Norteamérica.