Wednesday, December 10, 2008

Mundo

“HAY MUCHA MITOLOGÍA QUE TENEMOS QUE DESMONTAR”  Simone Bruno*
 
Entrevista a Noam Chomsky
De cara al debate que hoy se da sobre la crisis actual, quisimos conocer la lectura que de ella hace una de las voces estadounidenses más relevantes en el análisis y la crítica de su país y del mundo, Noam Chomsky. Esto fue lo que nos dijo.
 
- Quisiera que hablemos sobre la crisis actual. ¿Cómo explicar que mucha gente la vio llegar, pero quienes están a cargo de los gobiernos y de las economías no estaban preparados?

Las bases para la crisis son predecibles. Un factor constitutivo de la liberalización financiera es que habrá crisis frecuentes y profundas. De hecho, desde que la liberalización financiera fue instituida hace cerca de treinta y cinco años, se ha establecido una tendencia a incrementar la regularidad de las crisis, y crisis cada vez más profundas. Las razones son intrínsecas y entendidas: tienen que ver fundamentalmente con las bien conocidas ineficiencias de los mercados. Así, por ejemplo, si usted y yo hacemos una transacción, digamos que me vende un coche, podemos hacer un buen negocio para nosotros mismos, pero no consideramos el efecto sobre otros. Si le compro un coche, aumenta el uso de la gasolina, aumenta la contaminación, aumenta la congestión, etcétera. Pero no contamos esos efectos. Esto es lo que los economistas llaman externalidades, y no se cuentan en los cálculos del mercado. Estas externalidades pueden ser enormes. En el caso de las instituciones financieras, son particularmente grandes. La tarea de una institución financiera es tomar riesgos. Si es una institución financiera bien manejada, digamos Goldman Sachs, considerará los riesgos para sí misma, pero la frase crucial aquí es para sí misma. No considera los riesgos sistémicos, los riesgos para el conjunto del sistema, si Goldman Sachs tiene una pérdida substancial. Y lo que eso significa es que esos riesgos son subvalorados. Se toman más riesgos de los que deberían tomarse en un sistema eficiente que toma en cuenta todas las implicaciones. Es más, esta fijación errónea de precios se integra simplemente como parte del sistema del mercado y de la liberalización de las finanzas.
 
Como consecuencia de la subvaloración de los riesgos, éstos llegan a ser más frecuentes, y cuando hay fracasos, los costos son más altos que lo considerado. Las crisis llegan a ser más frecuentes, al tiempo que suben en escala a medida que el alcance y la gama de transacciones financieras aumentan. Por supuesto, todo esto se amplifica aún más por el fanatismo de los fundamentalistas del mercado que desmontaron el aparato regulador y permitieron la creación de instrumentos financieros exóticos y opacos.
 
Es una clase de fundamentalismo irracional porque queda claro que el debilitamiento de mecanismos regulatorios en un sistema de mercado incorpora un riesgo de crisis desastrosa. Se trata de actos sin sentido, salvo para el interés a corto plazo de los amos de la economía y de la sociedad. Las corporaciones financieras pueden, y lo han logrado, cosechar enormes ganancias a corto plazo al emprender acciones extremadamente aventuradas, incluyendo especialmente la desregulación, que hacen daño a la economía general, mas no a ellas, por lo menos en el corto plazo que es lo que orienta la planificación. No se podía predecir el momento exacto de una crisis severa, ni se podía predecir el alcance exacto de la crisis, pero que una vendría era obvio.
 
De hecho, se han registrado crisis serias y repetidas durante este período de desregulación creciente. Solo que hasta ahora no habían golpeado tan duramente en el centro de la riqueza y del poder, sino que han golpeado sobre todo en el tercer mundo. Veamos el caso de los Estados Unidos. Es un país rico, pero para una mayoría substancial de la población, los últimos treinta años probablemente figuren entre los peores de la historia económica norteamericana. No ha habido crisis masivas, guerras grandes, depresiones, etc. Sin embargo, los salarios reales han estado prácticamente estancados para la mayoría durante treinta años. Para la economía internacional, el efecto de la liberalización financiera ha sido bastante dañino. Se podía leer en la prensa que los treinta años pasados, los del neoliberalismo, han mostrado el mayor descenso de la pobreza en la historia del mundo, un enorme crecimiento, etc., y tiene algo de cierto, pero lo que falta decir es que el descenso de la pobreza y el crecimiento han ocurrido en países que hicieron caso omiso de las reglas neoliberales. Los países que observaron las reglas neoliberales han sufrido gravemente. Es así que hubo un gran crecimiento en Asia del Este, pero no hicieron caso de las reglas. En América Latina, donde observaron las reglas rigurosamente, fue un desastre.
 
- José Stiglitz escribió recientemente en un artículo que esta última crisis marca el fin del neoliberalismo; y Chávez en una rueda de prensa dijo que la crisis podría ser el final del capitalismo. ¿Cuál cree que es más cercano a la verdad?

Primero, debemos tener claro que el capitalismo no puede terminar, porque nunca comenzó. El sistema en el que vivimos debe llamarse capitalismo de Estado, no simplemente capitalismo. En el caso de Estados Unidos, la economía se apoya muy fuertemente en el sector estatal. Por el momento, hay mucha angustia sobre la socialización de la economía, pero eso es solo una broma pesada. La economía avanzada, la alta tecnología y similares siempre han dependido ampliamente del sector dinámico de la economía estatal. Es el caso de la informática, la Internet, los aviones, la biotecnología, casi todo lo que está a la vista. El MIT (Massachusetts Institute of Technology)  de donde le estoy hablando, es una especie de embudo, en la cual el público vierte el dinero y de allí sale la tecnología del futuro, que será entregada al poder privado para que saque las ganancias. Entonces tenemos un sistema de socialización de los costos y riesgos y privatización del beneficio. Y eso no solo en el sistema financiero, sino en toda la economía avanzada.
 
De modo que, para el sistema financiero, probablemente el resultado será más o menos como lo describe Stiglitz. Es el final de una cierta era de la liberalización financiera conducida por el fundamentalismo de mercado. El Wall Street Journal lamenta que Wall Street como la hemos conocido ha desaparecido con el derrumbe de la banca de inversión. Y se darán algunos pasos hacia la regulación. Eso es cierto. No obstante, las propuestas que se están formulando, por extensas y severas que sean, no cambian la estructura de las instituciones básicas subyacentes. No hay ninguna amenaza al capitalismo de Estado. Sus instituciones fundamentales seguirán siendo las mismas, quizás incluso sin remezones. Pueden reacomodarse de varias maneras, algunos conglomerados podrían absorber otros, algunos incluso podrían ser seminacionalizados tibiamente, sin que ello afecte mayormente la monopolización privada de la toma de decisiones. No obstante, como van las cosas, las relaciones de propiedad y la distribución de poder y riqueza no cambiarán significativamente; si bien la era del neoliberalismo, vigente desde hace unos treinta y cinco años, seguramente será modificada de manera significativa. Sea dicho de paso, nadie sabe qué tan grave se volverá esta crisis. Cada día trae nuevas sorpresas. Algunos economistas están prediciendo una verdadera catástrofe. Otros piensan que puede ser remendada con un trastorno modesto y una recesión, que probablemente será peor en Europa que en EE.UU. Pero nadie sabe.
 
- ¿Ud. piensa que veremos algo parecido a la depresión, con la gente sin trabajo haciendo largas filas para conseguir alimentos, en EE.UU. y Europa? ¿Y de ser así, veremos una gran guerra para reponer a las economías en pie, o una terapia de shock, o si no qué?

No creo que la situación sea comparable con el período de la gran depresión, aunque hay algunas semejanzas con esa época. Los años ‘20 eran también un período de especulación salvaje y de una enorme expansión del crédito y de los préstamos, con la creación de una enorme concentración de riqueza en un sector muy pequeño de la población, y la destrucción del movimiento sindical. En esto hay semejanzas con el periodo actual. Pero también hay muchas diferencias. Existe un aparato mucho más estable de control y regulación que resultó del New Deal y aunque se ha erosionado, buena parte de él permanece intacto. Además, ya hay la comprensión de que los tipos de políticas que se veían como extremadamente radicales en el período del New Deal ahora son más o menos normales. Así, por ejemplo, en el reciente debate presidencial, John McCain, el candidato de la derecha, propuso medidas tomadas del New Deal para enfrentar la crisis de vivienda. Entonces hay la comprensión de que el gobierno debe asumir un papel importante en la gestión de la economía y de hecho tienen cincuenta años de experiencia en ella para los sectores avanzados de la economía.
 
Mucho de lo que se lee sobre esto es pura mitología. Por ejemplo, leemos que la creencia apasionada de Reagan en el milagro de los mercados ahora está siendo atacada, siendo que a Reagan se le ha asignado el papel del Gran Sacerdote de la fe en los mercados. De hecho, Reagan fue el presidente más proteccionista de la historia económica estadounidense de la posguerra. Él aumentó las barreras proteccionistas más que todos sus precursores juntos. Convocó al Pentágono a desarrollar proyectos para entrenar a administradores norteamericanos rezagados en métodos avanzados de producción japoneses. Operó uno de los salvamentos bancarios más grandes de la historia norteamericana, y conformó un conglomerado basado en el Estado para tratar de revitalizar la industria de semiconductores. De hecho, él creía en un gobierno poderoso, de intervención radical en la economía. Cuando digo “Reagan”, me refiero a su administración; lo qué él creyó sobre todo esto, si creyó algo, realmente no lo sabemos, y no es muy importante.
 
Hay mucha mitología que tenemos que desmontar, incluyendo lo que se dice del gran crecimiento y la reducción de la pobreza. En los propios EEUU., en la medida en que sí se aplicaron las reglas neoliberales, fueron bastante dañinas para la mayoría de la población. Viendo más allá de la mitología, podemos percibir que una economía capitalista de Estado que, particularmente desde la segunda guerra mundial, ha dependido muy fuertemente del sector estatal, ahora está volviendo a depender del Estado para el manejo del sistema financiero que se derrumba. Por ahora, no hay señales de que se producirá nada parecido al desplome de 1929.
 
- Entonces, ¿no considera que nos encaminamos hacia un cambio en el orden mundial?

Bueno, hay cambios muy significativos en el orden mundial y esta crisis quizás contribuirá a ellos. Pero han estado en camino desde hace algún tiempo. Uno de los cambios más grandes en el orden mundial, lo estamos viendo ahora en América Latina. Se dice que es el patio trasero de EEUU. y que desde hace tiempos EEUU. la maneja. Pero esto está cambiando. Apenas hace algunas semanas, a mediados de septiembre, se dio una ilustración muy dramática de ello. El 15 de septiembre hubo una reunión de UNASUR, la Unión de Naciones Suramericanas, donde acudieron todos los gobiernos suramericanos, incluyendo Colombia, el favorito de EEUU. Tuvo lugar en Santiago, Chile, otro favorito de EEUU. La reunión salió con una declaración muy contundente en apoyo a Evo Morales de Bolivia, y en rechazo a los elementos cuasi-secesionistas en ese país, que cuentan con el apoyo de Estados Unidos. Hay una lucha muy significativa en Bolivia. Las élites se están movilizando por la autonomía y quizás la secesión, llegando a niveles fuertes de violencia, con la evidente venia de EEUU. Pero las repúblicas suramericanas asumieron una postura firme, en apoyo al gobierno democrático. La declaración fue leída por la presidenta Bachelet de Chile, una favorita de Occidente. Evo Morales respondió agradeciendo a los presidentes por su respaldo, a la vez que señaló, correctamente, que ésta era la primera vez en 500 años que América Latina había tomado su destino en sus propias manos, sin la interferencia de Europa ni, sobre todo, de EEUU. Ése es un símbolo de un cambio muy significativo que está en curso, a veces llamado la marea rosada. Fue tan importante que la prensa estadounidense no lo reportó. Hay una oración aquí y allí en la prensa que anota que algo sucedió, pero suprimen totalmente el contenido y la importancia de lo que sucedió.
 
Esto es parte de un proceso a largo plazo, en el cual Suramérica está comenzando a superar sus enormes problemas internos y también su subordinación a Occidente, principalmente a los Estados Unidos. Suramérica también está diversificando sus relaciones con el mundo. Brasil tiene relaciones cada vez mayores con Sudáfrica e India, y particularmente China, que está cada vez más involucrada con inversiones e intercambios con los países latinoamericanos. Son procesos extremadamente importantes, que ahora están comenzando a llegar también a América Central. Honduras, por ejemplo, es la clásica república bananera. Fue el campamento base para las guerras del terror de Reagan perpetradas en la región y se ha subordinado totalmente a EEUU. Pero Honduras se sumó recientemente al ALBA, la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América, basada en Venezuela. Es un pequeño paso, pero no deja de ser muy significativo.
 
- ¿Ud. piensa que estas tendencias en Suramérica, como ALBA, UNASUR y los grandes acontecimientos en Venezuela y Bolivia y otros países, pudieran ser afectados por una crisis económica de la dimensión que ahora estamos enfrentando?

Bueno, serán afectados por la crisis, pero por el momento, no tanto como Europa y EEUU. Si se mira la bolsa en Brasil, se derrumbó muy rápidamente, pero los bancos brasileños no están en quiebra. Asimismo, en Asia, las bolsas están declinando agudamente, pero los gobiernos no están tomando el control de los bancos, como sucede en Inglaterra y EEUU. y buena parte de Europa. Estas regiones, Suramérica y Asia, de alguna manera se han aislado de las calamidades de los mercados financieros. Lo que desató la crisis actual fueron los préstamos subprime para activos construidos sobre arena, y éstos, claro, están en manos de estadounidenses, aunque al parecer, la mitad está en bancos europeos. El hecho de poseer activos tóxicos basados en hipotecas les ha involucrado muy rápidamente en estos acontecimientos -y además tienen sus propias crisis de la vivienda, particularmente Gran Bretaña y España-. Asia y América Latina han sido mucho menos expuestas, por haber mantenido estrategias de crédito mucho más cautelosas, particularmente desde el descalabro neoliberal de 1997-8. De hecho, un gran banco japonés, Mitsubishi UFG, acaba de comprar una parte substancial de Morgan Stanley, en EE.UU. Entonces no parece, hasta ahora, que ni Asia ni América Latina estarán afectadas tan gravemente como EEUU. y Europa.
 
- ¿Piensa que habrá una gran diferencia entre Obama y McCain como presidente para asuntos como el Tratado de Libre Comercio y el Plan Colombia? Porque en Colombia, donde vivo, se puede sentir que el presidente y el establecimiento están algo asustados frente a una elección de Obama. Sé que usted tiene la sensación que Obama es como una hoja en blanco; ¿pero piensa que habrá una diferencia?

En efecto, Obama se ha presentado más o menos como una hoja en blanco. Pero no hay motivo para que el establecimiento colombiano se asuste de su elección. El Plan Colombia es política de Clinton y hay muchas razones de suponer que Obama será otro Clinton. Él es bastante impreciso, a propósito. Pero cuando explicita políticas, se parecen mucho a políticas centristas, como Clinton, que modeló el plan Colombia y militarizó el conflicto, etc.
 
- Tengo a veces la sensación que los dos periodos de Bush se dieron en un contexto de cambio del orden mundial, tratando de mantener el poder con el uso de la fuerza, y que en cambio Obama podría representar la cara buena para renegociar el orden mundial. ¿Qué opina?

Recuerde que el espectro político en EEUU. es bastante estrecho. Es una sociedad manejada por las empresas, básicamente, es un Estado de partido único, con dos facciones, demócratas y republicanos. Las facciones tienen algunas diferencias, y éstas a veces son significativas. Pero el espectro es bastante estrecho. La administración Bush, sin embargo, se situaba bastante más allá del final del espectro, con nacionalistas radicales extremos, creyentes extremos en el poder del Estado, en la violencia en el exterior, en un alto gasto gubernamental. De hecho estaban tan fuera del espectro que han sido criticados ásperamente incluso por parte del mainstream, desde los primeros tiempos.
 
Quienquiera que asuma el mandato, es probable que vaya a desplazar el tablero más hacia el centro del espectro, Obama quizás en mayor medida. Entonces contaría que en el caso de Obama, habrá algo así como un renacimiento de los años de Clinton, adaptado por supuesto a las circunstancias cambiantes. En el caso de McCain, sin embargo, es bastante difícil de predecir. Él es temerario. Nadie sabe lo que haría...
 
- Ahora que estamos llegando al fin de la globalización neoliberal, ¿existe la posibilidad de algo realmente nuevo, una globalización buena?

Pienso que las perspectivas están mucho mejor de lo que han estado antes. El poder está todavía extraordinariamente concentrado, pero hay cambios, a medida que la economía internacional se hace más diversa y compleja. El Sur se vuelve más independiente. Pero si se mira a EEUU, aún con todo el daño que Bush ha hecho, sigue siendo la economía homogénea más grande, con el mercado interno más grande, la fuerza militar más fuerte y tecnológicamente más avanzada, con gastos anuales comparables a los del resto del mundo combinados, y con un archipiélago de bases militares a través del mundo. Éstas son fuentes de continuidad, aun cuando el orden neoliberal se está erosionando tanto dentro de EEUU, como en Europa e internacionalmente, a medida que crece la oposición a dicho orden. Entonces, hay oportunidades para un cambio real, pero hasta donde llegarán depende de la gente, de lo que estemos dispuestos a emprender.
 
*Periodista italiano, radicado en Colombia. (ALAI),  Copyright © 2008 SODEPAZ.



Latinoamérica

ORGANIZACIONES SOCIALES DE AMÉRICA CONFRONTAN AL G20 Y DESARROLLAN PLAN DE ACCIÓN FRENTE A LA CRISIS FINANCIERA


Dirigentes sociales de México, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Argentina, Bolivia y Chile, pertenecientes a la Alianza Social Continental, se dieron cita en Quito -al mismo tiempo que se reunían los líderes del G20 en Washington- para discutir las implicaciones de la actual crisis financiera global y las acciones que deberán emprender los pueblos del continente. Al evento fue invitado el Ministro de Coordinación de la Política Económica de Ecuador, Pedro Páez; el Senador del Polo Democrático Alternativo de Colombia, Jorge Enrique Robledo; y el Embajador de Bolivia en Ecuador, Juan Javier Zárate, quienes expusieron sus apreciaciones ante el tema que los convocaba.
 
Los asistentes plantearon que el espacio para buscar soluciones a la crisis no es el G20 sino todos los países del mundo, en consulta con sus pueblos. Debatieron ampliamente sobre la gravedad que implica para el mundo esta crisis, las causas que la provocaron, sus responsables y la necesidad de darle una salida diferente al que las potencias están trazando, en la cual los `platos rotos´ terminarán pagándolos los países empobrecidos del Sur.
 
En opinión de los dirigentes sociales y políticos, los líos que atraviesa el sistema financiero son resultado de una crisis del modelo económico global. Al evidente fracaso ideológico del neoliberalismo, le debe corresponder una lucha política en aquellos países en donde sus gobernantes insisten en su aplicación, a pesar de los indiscutibles resultados negativos que han tenido para sus habitantes, concluyeron. En el mismo sentido, se acogió la importancia que cobra en estos momentos los procesos de auditoria a la deuda externa, y el derecho que tienen los países a no pagar aquella que sea ilegítima.
 
Avanzando en propuestas, se trabajo un plan que será discutido con las organizaciones de la ASC en toda América, con el objetivo de presentarlo inicialmente a los Jefes de Estado de América Latina que se reunirán en Salvador de Bahía – Brasil en diciembre. Así mismo, avanzar en acciones y movilizaciones frente a los causantes de la crisis y para ilustrar a los movimientos sociales sobre las implicaciones concretas que tendrá para ellos.
 
Alianza Social Continental - secretaria@asc-hsa.net
 
DEMOCRACIA-MERCADO-NACION
                                                                                                             Jorge Rachid
 
Un dato llamativo de la crisis internacional de los mercados financieros globales, que están afectando, sin dudas los pronósticos económicos del próximo lustro, es que todos los analistas la describen a ésta situación, desde la “ajenidad”, como testigos antes que como actores que son, de una de las mayores defraudaciones efectuadas por el sector financiero, en el mundo entero.
 
Aquí mismo, en nuestro país, los analistas, siempre aliados incondicionales al capital especulativo, en donde nutren sus “fatrilqueras” por medio de seudo- sesudos estudios prospectivos, que fueron capaces de describir como la Argentina podía entrar en un nuevo defauld en el próximo año, pero incapaces de vislumbrar la catástrofe que se avecinaba con las hipotecas subprime, verdadera punta del iceberg del derrumbe del sistema financiero internacional, al menos como está concebido hasta ahora.
 
Los mismos analistas que no coincidieron, en que la decisión acertada, aprovechando ese contexto internacional, de terminar con el flagelo de las AFJP, retomando la cordura de los sistemas previsionales de la mayoría de los países serios del mundo, abandonando la presión que a través del Banco Mundial y el FMI,  son esos mismos gurúes económicos que impusieron a nuestro país, en la década neoliberal de sumisión y coloniaje a que fuimos sometidos, desde el 76, en el mejor de los casos en la búsqueda obsesiva de créditos, que redituaban a los gestores ganancias económicas, y al país cierre de fuentes de trabajo, desocupación, miseria y dolor social inmenso.
 
Hoy mismo esos analistas sitúan el centro del conflicto, en la supuesta impericia nacional de aprovechamiento de las circunstancias favorables del crecimiento, cuando por primera vez una crisis de esta magnitud encuentra al país con superávit fiscal, balanza comercial favorable y recursos genuinos en reservas. Sin dudas la crisis puede arrastrar todo el esfuerzo acumulado, pero apostar a que suceda es algo mas perverso que ser oposición, es asomar a nuestros compatriotas a nuevas crisis sociales de magnitudes insondables.
 
Sin dudas tiene la Argentina una deuda social pendiente, una hipoteca que deberá saldar mas temprano que tarde, de millones de argentinos, víctimas seculares de años de lógica codiciosa y financiera, destrucción de los sistemas solidarios, diáspora y fragmentación social, que asolaron al pueblo argentino, para vergüenza de todos. Pero también es cierto que debemos hoy juntar esfuerzos frente a la crisis internacional y sería deseable que la oposición asuma un rol protagónico de aportes, antes que buscar atajos de posicionamiento, en el marco del terremoto internacional, que no favorecen la situación de los argentinos.
 
Quienes venimos bregando desde el llano, de manera quijotesca, sobre el la necesaria derrota del modelo y la estructura neoliberal, encontramos hoy en le discurso y en la práctica de los países centrales, los mismos argumentos con los cuales fuimos estigmatizados social y políticamente, en función del discurso único, amparado en el eje globalizador hacia la modernidad.
 
 Hasta autores  supuestamente progresistas como quienes escribieron el libro Imperio, los sociólogos eurocentristas, Negri y Hardt deberían admitir hoy que sus teorías de la multitud y la globalización como sujetos únicos de análisis, ha quedado enterrada.
 
Ni hablar de aquellos cultores del Mercado como ordenador social, que durante décadas martillaron sobre la conciencia colectiva del pueblo, permitiendo instalar una cultura dominante, egoísta, insolidaria y del “sálvese quien pueda”, que desestructuró el modelo social solidario argentino de construcción social, de décadas de consolidación.
 
La Naciones en el mundo, comienzan a recuperar el rol de los Estados. El mismo EEUU debe admitir su presencia protagónica en el salvataje tanto financiero como económico, contrario a todos sus postulados. Los mismos que se limpiaban la boca con la crisis supuestamente terminal Argentina del 2001, sufren en carne propia una lógica que quisieron imponer a sangre y fuego, con extorsiones propias de sistemas mafiosos antes que de organismos internacionales con respeto a las Soberanías Nacionales.
 
Invadieron el planeta, lavaron dinero, constituyeron fondos buitres, expoliaron a los jubilados del mundo, endeudaron a los pobres y trabajadores sabiendo que no podrían responder, acumularon capital especulativo y cuando la burbuja explotó, tomaron el discurso “políticamente correcto”, justificativo y pretensioso, en un intento de seguir liderando los nuevos tiempos.
 
Lo oculto de la crisis financiera, es aquello referido a los gastos de guerra contra el “eje del mal” que llevó al pueblo de EEUU y a  otros países, no sólo a sacrificar miles de vidas de sus compatriotas jóvenes soldados, en defensa del petróleo estratégico, sino que endeudó a límites nunca vistos una economía, que si bien puso en marcha su industria bélica, movilizó recursos por varios billones de dólares, que contribuyeron al quiebre del sistema.
 
En nuestro país la crisis llegará, con mayor o menor intensidad se hará presente en un mundo de contracción de compras y en recesión como ya están los países europeos y Japón.
No estaremos ajenos, el tema es si lo afrontamos juntos con espíritu nacional que limite el impacto social de la misma, o tratamos de tironear desde la defensa corporativa de sectores, canibalizando los recursos y destrozando los pocos puentes de pié, o lo hacemos en un marco de tolerancia y complementación con el Gobierno Nacional. Todos nos podemos poner a mirar, apostando al fracaso, marcando errores y estigmatizando conductas, tratando de ser el recambio después de la tormenta. Los costos sociales de dicha actitud serían enormes y dolorosos para el conjunto del pueblo argentino.
 
El Gobierno Nacional, los factores de poder, los medios de comunicación, la oposición política, todos saben que no se sobrevive en la confrontación cuando la crisis atraviesa la mesa de los argentinos. Las jornadas de diciembre del 2001 son lo suficientemente elocuentes como para no observemos con absoluta claridad el comportamiento de cada sector.
 
Si a los esfuerzos de mejorar la perfomance económica del próximo ejercicio, le llamamos saqueo y si a las medidas de protección al trabajo, las denigramos por obreristas, si a los subsidios sociales de tarifas las catalogamos como negociados y los planes a madres y niños son electorales, estaremos dinamitando el país y rifando el futuro.
 
Cuando en los países centrales se estudian medidas similares que van desde financiar al sector financiero hasta la protección de la industria automotriz, desde reformular el FMI y el BM, hasta ampliar las bases de la protección social estatal, desde aquí son aplaudidos como estadistas.
 
Sin embargo el grado de canibalismo que existe en la política nacional, impide brazos articulados de complementación, siendo responsables todos los sectores de poder, incluído el Gobierno Nacional, que debe dar muestras claras de su determinación para enfrentar la crisis, con el concurso de quienes quieran acompañar.
 
 “Quien quiera oir que oiga” fueron palabras de Evita ante el clamor. Hoy siguen vigentes en un desafío que en los próximos dos años, no se resolverá en las elecciones, sino en las conductas de los actores políticos ante las demandas de la hora.
 
jorgerachid2003 yahoo.com.ar

 
 
CRISIS: OPORTUNIDAD PARA PROFUNDIZAR EL CAMBIO
                                                                                            Guillermo Navarro Jiménez
 
Es en los momentos de crisis donde las Naciones y sus líderes demuestran su dimensión. Lo hacen, cuando no se limitan a lloriquear ante los efectos negativos, cuando son capaces de encontrar nuevas rutas. El Ecuador se encuentra en esa encrucijada, con una gran ventaja: dispone de un nuevo cuerpo constitucional que establece el como. Basta la decisión de construir la nueva estructura económica y social que impone. Basta alejarse de las medidas ortodoxas de política económica y social que sólo apuntan a consolidar el pasado que todos pretendemos ajeno. El liderazgo del Presidente Rafael Correa, nos guste o nos disguste, será definitorio del avance histórico o del retroceso. Del cambio o el asirse al pasado.
 
Pero el liderazgo no basta por sí solo. Será indispensable la concurrencia de todas las fuerzas sociales por el cambio, apuntando desviaciones, criticando errores, pero y fundamentalmente, desbrozando rutas, aportando ideas de cómo construir el gran edificio del cambio. Sólo la presencia proactiva del movimiento social por el cambio enrumbará el liderazgo. El liderazgo huérfano de base social puede ser neutralizado, esterilizado, como nos cuentan innumerables procesos históricos.
 
La indispensable conjunción entre el líder y los movimientos sociales por el cambio, implica, en la actual etapa histórica, abrir el entendimiento, escuchar humildemente a los otros, debatir con argumentos, reconocer el valor de los diferentes, abandonar calificativos innecesarios e incómodos, olvidar todos los omnis, pero también, abandonar la crítica como único instrumento identitario, el resabio de lo propio como el todo único o la nada, el creer que el pasado sólo podrá abandonarse cuando el Yo asuma el liderazgo. Solo esos renunciamientos, nos alejaran del pasado. El mantenerlos, sólo alegrará a quienes defienden el pasado. Los robustecerá como ya se avizora.
 
Es que el enemigo del cambio no toma respiro. Opera con todas las artimañas imaginables. Desde afuera y desde adentro. Presionan, ellos sí bañados en lágrimas, por la crisis y sus efectos magnificados, en procura de la intervención estatal que antes despreciaban. Presionan con sofismas como el de los banqueros que confunden intencionadamente montos de utilidades con utilidades cero, en procura que se los libere de obligaciones. Presionan para que el Estado no administre los fondos que garantizan los depósitos y el futuro de los ecuatorianos.
 
Desde adentro del movimiento por el cambio, la derecha disfrazada de izquierda, como certeramente lo definió Lenín al juzgar posiciones similares, desarrollan esfuerzos por llevarnos a la confrontación, a lo irreconciliable, a la división del movimiento por el cambio, que sólo beneficia al pasado, y a sus vanidades, obsesiones y traumas. Vanidades, obsesiones y traumas que se convierten en eficaces armas de la cooptación en procesos electorales como los que se avecinan,  por parte de quienes utilizan esas irracionalidades para dominar a los débiles,  para convertirlos en instrumentos de sus fuerzas para atentar luego contra el cambio.
 
En este emprendimiento por disolver el futuro, los grandes medios de información, también participan del doble juego de los enemigos del cambio. Hasta ayer, antes de la reunión del Presidente Correa con los empresarios, se constituyeron en furibundas barricadas, hoy, por el arte de magia de los ofrecimientos y dádivas sociales, casi pasan a la exaltación del enemigo de ayer. Pero esto es sólo apariencia que no debe confundirnos, ni empalagar al Presidente. El aceptar como válido esos caramelos que siempre acostumbra a lanzar el poder,  conduce siempre a la derrota.
 
Si somos capaces de reconocernos en la diversidad, de respetarnos, de contribuir positivamente en la construcción del futuro sobre la base del nuevo texto constitucional por el cual nos pronunciamos el 64 por ciento de los ecuatorianos, seguro que seremos capaces de unificar fuerzas, de descubrir los juegos del poder de siempre, de enfrentarlo y de vencerlo.
 
Sólo así habremos convertido a la crisis en una oportunidad para el cambio.
 
ARGENTINA: FORO DE PENSAMIENTO Y CONSTRUCCIÓN SOCIAL        

Constituidos como colectivo de pensamiento, propuesta y construcción, a partir de la convocatoria del premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, se dio a conocer un documento que tiene como eje fundamental la defensa de los intereses de la Nación para la construcción de un auténtico estado de justicia social.
 
En defensa de la vida amenazada de nuestra gente y la vigencia de los derechos humanos integralmente concebidos. En oposición al modelo neoliberal, que privilegia la economía convirtiendo al ser humano, y en especial a los más débiles, en variable de ajuste. Reclamando por la vigencia de una verdadera democracia, que no será del todo posible sin la eliminación de la miseria y la pobreza a partir de políticas públicas democráticas, distributivas, consistentes y eficaces. Democracia que debe ser nutrida de ciudadanos libres, con posibilidades de participación plena, en un marco de equidad, transparencia y libertad, alejada de las formas clientelares, los eufemismos o la participación simbólica.


El documento producto de la aplicación más efectiva que fue posible de una metodología participativa, no representa un punto de arribo sino simplemente la indispensable puesta en común para la ampliación y profundización del debate y la participación. Se sintetiza así, simplemente, los trazos gruesos de un proyecto popular en construcción. Una forma de imaginar un aporte concreto y desarrollar el protagonismo. Puede leerse íntegramente en:
http://www.elgritoargentino.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=95:foro-de-pensamiento-y-construccion-social-&catid=2:actualidad&Itemid=4
y adherir en: foropensamientoyconstruccion@gmail.com  

OPERACIÓN MILAGRO: LA SOLIDARIDAD CENSURADA

                                                                                                                                                      José Manzaneda*.

 La llamada “Operación Milagro” es la mayor iniciativa de solidaridad médica de la Historia. A través de este programa, personas de bajos recursos de países del Tercer Mundo son operadas de manera gratuita de enfermedades de la visión, como cataratas, glaucoma, estrabismo y otras Entre 2004 y octubre de 2008 han sido operadas 1.314.000 personas de 33 países de América Latina, África y Asia, y para 2014 el objetivo del programa es llegar a la cifra de 6 millones de personas operadas.

Razones para el silencio informativo

De esta gigantesca iniciativa solidaria, sin embargo, no ha informado casi ningún gran medio de prensa, radio o televisión internacional. ¿Por qué? La explicación es sencilla: la Operación Milagro no está financiada por ningún país del Primer Mundo, no está respaldada por fondos del Banco Mundial, ni cuenta con el auspicio de ninguna empresa o fundación privada. Quienes la llevan adelante son dos gobiernos de países del Sur, que aportan a las personas beneficiarias, sin cobro alguno, toda su infraestructura de salud pública, miles de médicos, todos los medicamentos necesarios e incluso el traslado en avión a los hospitales de ambos países.

 
El nombre de las dos naciones que organizan y financian la Operación Milagro explica, al momento, por qué los grandes medios han decidido silenciarla: son Cuba y Venezuela

 
Marketing solidario

Lo paradójico es que, mientras hacen desaparecer de la agenda informativa el mayor proyecto de solidaridad médica jamás conocido, los medios reservan espacios cada día mayores, a proyectos humanitarios de mínimo impacto que son financiados por clínicas oftalmológicas o distribuidores de productos ópticos.  Estas iniciativas, que apenas benefician a unos centenares de personas en países del Sur, están integradas en la llamada “responsabilidad social corporativa” de dichas empresas, que es desarrollada desde sus departamentos de marketing. Muchas de estas compañías, claro está, son destacados clientes publicitarios de los medios de comunicación.


Informe de Oxfam también censurado

Un estudio de la organización internacional Oxfam denunciaba que las patentes de la empresas farmacéuticas impiden el acceso a coste adsequible a los medicamentos para el tratamiento de enfermedades de la vista, siendo ésta la causa de la ceguera de más de 30 millones de personas en el mundo. Este informe, que aboga por los medicamentos genéricos y por tanto atenta contra los intereses de las compañías farmacéuticas, potenciales clientes publicitarios de los medios, tampoco tuvo el eco informativo acorde a su importancia.

 
Escasas deserciones de médicos cubanos

Algunos medios, no obstante, sí han informado sobre la Operación Milagro. Pero no para narrar la experiencia de alguna de las miles de personas, marginadas y olvidadas durante años, que han recuperado su visión gracias a la solidaridad de Cuba y Venezuela. Lo único que han recogido como hecho noticiable es el abandono del programa de unos pocos médicos cubanos, que han decidido multiplicar su salario ejerciendo en clínicas privadas de América Latina o Estados Unidos. Hay que recordar que existe todo un sistema de captación de médicos cubanos dirigido desde organizaciones de Miami y desde los consulados y embajadas de EEUU. Un sistema que ha resultado ser un completo fracaso si atendemos a las exigüas cifras de médicos captados. Cuba tiene cerca de 42.000 cooperantes en 110 países del mundo, de los cuales el 75% son personal de salud. La página web “Barrio afuera”, creada en Miami para la captación con dinero de médicos cooperantes cubanos, habla de un escaso “centenar de profesionales cubanos (que) han llegado a los Estados Unidos procedente de terceros paises”. A pesar de ello, diarios de gran tirada dedican reportajes completos a los poquísimos casos particulares de médicos que han desertado.

 
Protestas de la élite médica

Los medios también convierten en noticia las protestas de los colegios y asociaciones médicas de los países beneficiados por la Operación Milagro. Esta élite profesional y empresarial presiona a sus gobiernos contra estos programas solidarios, ya que la gratuidad del servicio oftalmológico cubano hace peligrar sus intereses económicos.


Proyecto subversivo

La Operación Milagro es un gran desafío para las élites latinoamericanas y para los grandes medios de comunicación del mundo. Es la demostración de que la ideología de la solidaridad puede vencer a la ideología del individualismo y del dinero. Y que la solidaridad no es compatible con los intereses empresariales ni las grandes fortunas. Es un proyecto profundamente subversivo. Por ello, las grandes empresas que controlan el flujo de información en el mundo han decidido censurar una de las más importantes y esperanzadoras noticias de este comienzo de siglo XXI: la Operación Milagro.

* Coordinador de www.cubainformacion.tv

CARTA A LOS LECTORES
Estimados amigos:
                               Con el objeto de intercambiar ideas, mejorar la edición del informativo y establecer vínculos entre los lectores he creado un grupo en Facebook llamado precisamente El Grano de Arena. Aunque no soy muy proclive a incorporarme a este tipo de propuestas, siempre he pensado en lo interesante que sería estar más interconectados y por mi parte recibir sugerencias, críticas (pero no muchas ¿eh?) y porqué no elogios (un poco más) de quienes nos encontramos semanalmente en el Info. De allí que decidiera poner en marcha esta iniciativa. Para quienes se hallen interesados en esta propuesta creo que el mejor camino es enviar un mail a informativo@attac.org o al mío personal suemerino@gmail.com para que a mi vez yo pueda invitarlos a formar parte del grupo.
Afectuosamente
Susana Merino

Friday, December 05, 2008

Vota primero, pregunta después

05-12-2008


Promesas electorales, tortura, terrorismo y estereotipos

William Blum
Znet

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Bueno, dejemos de lado lo obvio. Fue histórico. Me atoré varias veces, me salieron las lágrimas, a pesar de que no voté por él. Voté por Ralph Nader, por cuarta vez consecutiva.

Durante los últimos ocho años, al escuchar a diario programas de noticias en la radio, siempre me aseguré de quedarme a un par de metros de la radio para poder cambiar rápidamente la emisora cuando comenzaba a hablar ese tipo descabellado o uno de sus discípulos. No soy masoquista, aguanto mal a los estúpidos, y me aburro rápidamente. Siento decirlo, ya apago a veces la radio cuando comienza a hablar Obama. No dice nada, o no lo suficiente, o no suficientemente a menudo. Perogrulladas, clichés, promesas sin sustancia, “esperanza y cambio”, casi todo sin suficiente sustancia, “cambio y esperanza,” sin nada específico, destinadas a no ofender. ¿Cuáles son exactamente los principios del individuo? Nunca cuestiona las premisas del imperio. Nunca cuestiona las premisas de la “Guerra contra el Terror.” Estoy contento de que haya ganado por sólo dos motivos: John McCain y Sarah Palin, y resiento profundamente que el sistema estadounidense me obligue a extraer una gota de placer de algo tan alejado de mis ideales. Los votos de Obama vinieron por lo menos tanto de gente desesperada por conseguir alivio de la sofocación neoconservadora como de gente que genuinamente creía en él. Es una forma de extorsión – Vota por Obama o te quedarás con más de lo mismo. No te ofrecen otra alternativa.

¿Hay algún motivo para estar feliz porque el inaguantablemente religioso George W. pasará pronto a ser historia? “Creo que Cristo murió por mis pecados y que él me redime. Es una fuente diaria de fuerza y apoyo.” Lo dijo alguien llamado Barack Obama. [1] EE.UU. produce fanáticos religiosos como los japoneses producen coches. Oremos para que eso se acabe.

Como mencioné antes, si eres uno de los que quisieran creer que Obama tuvo que presentar puntos de vista de política exterior de centroderecha para ser elegido, pero que una vez que esté en la Casa Blanca podremos olvidar que nos engañó una y otra vez y que emergerá como un verdadero hombre progresista de paz y derecho internacional y derechos humanos – recuerda que como candidato al Senado de EE.UU. en 2004 amenazó con ataques de misiles contra Irán [2], y que ganar la elección no lo llevó a ponerse de acuerdo con su pacifista interior. Desde entonces ha estado amenazando a Irán.

El mundo está en un estado terrible. No pienso que tenga que entrar en detalles al respecto. Qué bonito, qué maravillosamente bonito sería tener un presidente estadounidense imbuido de valores progresistas y coraje político. Imaginad lo que se podría hacer. Como ser una salida rápida y total de Iraq. Podéis imaginar el cuadro igual que yo. Con su popularidad, Obama podría hacer casi cualquier cosa, pero probablemente seguirá yendo a lo seguro. O lo que podría ser más preciso, seguirá siendo lo que es; que, al parecer, es un centrista comprometido. No está realmente contra la guerra. No como tú y yo. Durante los primeros cuatro años de Obama en la Casa Blanca, EE.UU. no se irá de Iraq. Dudo que permita una retirada completa, incluso en un segundo período. ¿Ha calificado inequívocamente la guerra de ilegal e inmoral? ¿Un crimen contra la humanidad? ¿Por qué está tan cerca de Colin Powell? ¿No conoce el papel indigno de Powell en la guerra? ¿Y mantener al Secretario de Defensa de George W. Bush, Robert Gates, un hombre contra quien no sería difícil presentar acusaciones de crímenes de guerra? ¿Encontrará también un sitio para Rumsfeld? ¿Y la gobernadora de Arizona, Janet Napolitano, partidaria de la guerra, para que dirija el departamento de Seguridad Interior? ¿Y el general James Jones, ex comandante de la OTAN (sic), que quiere “vencer” en Iraq y Afganistán, y que apoyó a John McCain, como Consejero Nacional de Seguridad? Jones está en el Consejo de Directores de Boeing Corporation y de Chevron Oil. ¿De qué rincón oscuro del alma de Obama proviene todo esto?

Tampoco está realmente contra la tortura. No como tú y yo. Nadie será castigado por utilizar u ordenar la tortura. Nadie será recusado por la tortura. Michael Ratner, presidente del Centro por Derechos Constitucionales, dice que procesar a funcionarios de Bush es necesario para establecer una política futura contra la tortura. “La única manera de impedir que esto vuelva a suceder es asegurarse de que los que fueron responsables por el programa de tortura paguen el precio debido. No veo cómo podemos recuperar nuestra estatura moral si permitimos que los que estuvieron íntimamente involucrados en los programas de tortura simplemente bajen de la escena y vivan sin ser responsabilizados.” [3]

Como presidente, Obama no puede permanecer en silencio y no hacer nada; de otra manera heredará los crímenes de guerra de Bush y Cheney y se convertirá él mismo en criminal de guerra. El cierre del infierno de Guantánamo no significa nada si los prisioneros son simplemente transferidos a otras mazmorras de tortura. Si Obama se opone verdaderamente a la tortura, ¿por qué no declara que después de cerrar Guantánamo los reclusos serán juzgados por tribunales civiles en EE.UU. o enviados a países donde evidentemente no enfrenten el riesgo de ser torturados? Y afirma simplemente que su gobierno acatará fielmente la Convención contra la tortura y otro tratamiento cruel, inhumano o degradante de 1984, de la cual EE.UU. es signatario, y que declara: “El término ‘tortura’ significa todo acto mediante el cual se inflige intencionalmente dolor severo o sufrimiento, físico o mental, a una persona con propósitos como obtener información o una confesión… infligido por o por instigación de, o con el consentimiento o aquiescencia de un responsable público o cualquier otra persona que actúe en una capacidad oficial.”

La convención afirma que: “Ninguna circunstancia excepcional, en absoluto, sea un estado de guerra o una amenaza de guerra, estabilidad política interior o cualquier otra emergencia pública, podrá ser invocada como justificación de la tortura.”

Pero, en su lugar, Obama ha nombrado al ex funcionario de la CIA, John O. Brennan, como asesor en asuntos de inteligencia y co-jefe de su equipo de inteligencia de transición. Brennan también ha calificado las “entregas extraordinarias” – el programa de secuestros y torturas realizado bajo los gobiernos de Clinton y Bush – de “instrumento vital,” y elogiado las técnicas de interrogatorio de la CIA porque suministran inteligencia “que salva vidas”. [4]

Obama podría ser una desilusión tan grande como Nelson Mandela, quien hizo tristemente poco por mejorar la suerte de las masas de Sudáfrica, mientras entregaba el país a las fuerzas internacionales de la globalización. Hago esta comparación no porque los dos hombres sean negros, sino porque ambos produjeron tan inmensas expectativas en sus países y en todo el mundo. Mandela fue liberado de la prisión porque los dirigentes del Apartheid supusieron que llegaría a ser presidente y apaciguaría a la inquieta población negra mientras gobernaba como un centrista no-radical, de libre mercado, sin amenazas indebidas para el privilegio blanco. Es tal vez significativo que en su autobiografía renuncie a culpar a la CIA por su captura en 1962, a pesar de que la evidencia que lo demuestra es convincente. [5] Parece que Barack Obama causó una impresión semejante a la elite del poder estadounidense que lo analizó en numerosas reuniones de recaudación de fondos y otras y allanó el camino para su ascenso tan improbable de oscuro senador estatal a la presidencia en cuatro años. El apoyo financiero del mundo corporativo para vender la “Marca Obama” fue extraordinario.

Otra comparación podría ser con Tony Blair. Los conservadores jamás podrían haber introducidos tasas universitarias o guerras brutales interminables, pero el Nuevo Laborismo lo hizo. A los republicanos les hubiera sido difícil volver a introducir el servicio militar obligatorio, pero puedo imaginar a Obama restableciéndolo, acompañado por un eslogan adecuado, alguna variación de “¡Sí, podemos!”

Espero que me equivoque, sobre su pasado y sobre cómo gobernará como presidente. Espero que esté muy equivocado.

Mucha gente llama a los progresistas a presionar intensamente al gobierno de Obama, a ejercer presión para sacar a la luz el “buen Obama”, obligarlo a comprometerse, responsabilizarlo. Las atrevidas reformas del Nuevo Trato de Roosevelt fueron incitadas por huelgas generalizadas y otras acciones militantes poco después del fin de la luna de miel. Por el momento, no se me ocurre nada mejor. Dios nos ayude.

El futuro como solíamos conocerlo ha dejado de existir. Y otros pensamientos joviales.

El horror terrorista en Bombay

La lectura de los informes sobre el horror terrorista en Bombay me dejó tan pesimista como un dinosaurio imaginando el futuro de sus nietos. ¿Cómo pudieron hacer eso?... destruir todas esas vidas, gente que ni siquiera conocían, gente que lo pasaban bien de vacaciones… ¿cuál puede haber sido su motivación? Bueno, en cierto modo conocían a algunas de sus víctimas; sabían que eran indios, o estadounidenses, o británicos, o sionistas, o algún otro tipo de infiel; así que no fue completamente irreflexivo, no totalmente al azar. ¿Ayuda a comprender? ¿Puede alivianar el dolor por las penas del mundo? Incluso puedes utilizarlo. La próxima vez que encuentres a un defensor de la política exterior estadounidense, alguien que insista en que algo como Bombay justifica los ataques retóricos y militares contra el Islam, puedes señalar que EE.UU. hace regularmente lo mismo. Durante siete años en Afganistán, casi seis en Iraq, para mencionar sólo los dos ejemplos más obvios… rompen puertas y ametrallan a extraños, infieles, traumatizan a niños de por vida, disparan misiles a casas ocupadas, hacen estallar bombas por doquier, se detienen para torturar… lanzan cada unos pocos días bombas en Pakistán o Afganistán, y todavía Iraq, afirmando que han matado a miembros de al-Qaeda, tan malos como los sionistas, bombardean fiestas de matrimonio, una después de la otra, hermanos o sus sobrinos o sus amigos, sobre todo mujeres y niños muertos; los militares de EE.UU. pagan a gente para que les digan dónde va a estar tal o cual mal sujeto número uno; y los militares de EE.UU. creen lo que les cuentan, así que ¡Ahí van las bombas!... ¿Te deprime tanto eso como Bombay? A veces prefieren bombardear Siria, o matar gente en Irán o Somalia, todos sujetos malos… “Tropas de EE.UU. transportadas por helicóptero han realizado una incursión dentro de Siria a lo largo de la frontera iraquí, matando a ocho personas incluyendo a una mujer, dicen las autoridades sirias,” informa la BBC. [6]… “Los militares de EE.UU. han utilizado desde 2004, una amplia, secreta, autoridad para realizar cerca de una docena de ataques no revelados anteriormente contra al-Qaeda y otros militantes en Siria, Pakistán y otros sitios, según altos responsables estadounidenses… La orden secreta dio a los militares nueva autoridad para atacar la red terrorista de al-Qaeda en cualquier sitio del mundo, y un mandato más global para realizar operaciones en países que no están en guerra con EE.UU.,” nos dice el New York Times. [7] Así que todo es lindo y legal, no es un ataque contra la civilización por un puñado de enfermos mentales escapados. Tal vez los terroristas de Bombay también tengan un pedazo de papel, de alguna autoridad, que diga que está bien lo que hicieron… Ya me siento mejor.

La mitología de la guerra contra el terrorismo

El 8 de noviembre, tres hombres fueron ejecutados por el gobierno de Indonesia por ataques terroristas contra dos clubes nocturnos en Bali en 2002 que costaron la vida a 202 personas, más de la mitad de ellas eran australianos, británicos y estadounidenses. Associated Press informó que “los tres hombres nunca expresaron remordimiento, y dijeron que los atentados suicidas debían castigar a EE.UU. y a sus aliados occidentales por supuestas atrocidades en Afganistán y otros sitios.”

Durante la reciente campaña electoral en EE.UU., John McCain y sus seguidores repitieron un sentimiento que se ha convertido en un lugar común – que la Guerra contra el Terrorismo ha sido un éxito porque no ha habido un ataque terrorista contra EE.UU. desde el 11 de septiembre de 2001; como si el que terroristas maten a estadounidenses fuera aceptable si es hecho en el extranjero. Desde el primer ataque estadounidense contra Afganistán en octubre de 2001, ha habido literalmente montones de ataques terroristas contra instituciones estadounidenses en Oriente Próximo, el sur de Asia y el Pacífico, más de una docena sólo en Pakistán: militares, civiles, cristianos, y otros objetivos asociados con EE.UU. El año después de los atentados de Bali ocurrió el gran atentado contra al Hotel Marriott en Jakarta, Indonesia, sede de recepciones diplomáticas y celebraciones del 4 de julio realizadas por la embajada estadounidense. El Hotel Marriott en Pakistán fue escena de un gran atentado terrorista hace sólo dos meses. Todos estos ataques han sido adicionales a los miles en Iraq y Afganistán contra la ocupación de EE.UU., que Washington identifica oficialmente como parte integral de la Guerra contra el Terrorismo. Sin embargo, los amantes estadounidenses de la fuerza militar insisten en que la Guerra contra el Terrorismo, ha mantenido seguro a EE.UU.

Incluso es cuestionable la afirmación de que la Guerra contra el Terrorismo haya mantenido seguros a los estadounidenses en su país. No hubo ataques terroristas en EE.UU. durante los 6 años y medio antes del de septiembre de 2001; tampoco desde el atentado de abril de 1995 contra el edificio federal en Oklahoma City. Por lo tanto parecería ser que la ausencia de ataques terroristas en EE.UU. es la norma.

E incluso un mito más insidioso de la Guerra contra el Terrorismo, ha sido la noción de que actos terroristas contra EE.UU., pueden ser explicados, en gran parte, si no enteramente, por un odio irracional o envidia de los valores sociales, económicos o religiosos de EE.UU., y no por lo que este país hace al mundo; es decir: la política exterior de EE.UU. Muchos estadounidenses son bastante recalcitrantes a abandonar esa idea. Sin ella, se derrumba todo el paradigma - de que somos buenos muchachos inocentes y que son ellos los hijueputas locos, fanáticos, sedientes de sangre con los que no se puede hablar sino sólo bombardearlos, torturarlos y matarlos. Declaraciones como la mencionada de los atacantes de Bali, culpando las políticas de EE.UU. por sus acciones, son numerosas y provienen rutinariamente de Osama bin Laden y de sus seguidores. [9]

El terrorismo es un acto de propaganda política, una forma sangrienta de hacer que el mundo escuche la propia indignación contra el opresor percibido, pintadas en la pared en alguna callejuela sombría, desolada. La consecuencia es que si los perpetradores de un acto terrorista declaran cuál fue su motivación, su declaración debería transmitir credibilidad, no importa qué se piense sobre su causa o el método utilizado para lograrla.

Renunciad a ese estereotipo y nadie sufre daño alguno

Sarah Palin y sus partidarios estadounidenses resienten lo que ven como la elite de la Costa Este, los intelectuales, los snobs culturales, los políticamente correctos, los pacifistas y los “peaceniks”, los agnósticos y ateos, los ecologistas, los fanáticos protectores de los animales, la policía alimentaria, la Gestapo de la salud, los socialistas, y otros tipos izquierdistas y liberales semejantes que se consideran superiores a Joe el cervecero, a Joe el fontanero, a devotos de la Asociación Nacional del Rifle, a trabajadores rurales sin educación, y a todos los partidarios de Bush que han saboreado la idea de tener un presidente que no es más inteligente que ellos. Es la propagación salvaje de estereotipos. De modo que en el interés de introducir un cierto equilibrio y perspectiva histórica en el tema, quisiera recordaros algunas falacias olvidadas, o jamás conocidas, que confunden los estereotipos.

José Stalin estudió para ser sacerdote.

Adolfo Hitler esperó llegar un día a ser cura o monje católico; era vegetariano y no-fumador.

Hermann Goering, mientras su Luftwaffe [Fuerza Aérea] hacía llover la muerte sobre Europa, mantuvo un letrero en su oficina que decía: “El que tortura animales hiere los sentimientos del pueblo alemán.”

Adolf Eichmann era culto, leía mucho, tocaba el violín.

Benito Mussolini también tocaba el violín.

Algunos comandantes de campos de concentración nazis escuchaban a Mozart para acallar los gritos de los reclusos.

Charles Manson fue un inquebrantable anti-viviseccionista.

Radovan Karadzic, el líder serbio bosnio, acusado de crímenes de guerra, genocidio, y crímenes contra la humanidad por el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia, había sido psiquiatra especializado en depresión; autor de un libro de poesía publicado así como de libros para niños, a menudo con temas de la naturaleza; y practicante de medicina alternativa.

No estoy realmente seguro de qué uso podéis dar a esta información para progresar hacia nuestro apreciado objetivo nacional de convertirnos en una sociedad civilizada, pero siento la necesidad de difundirla. Si conocéis otros ejemplos del mismo tipo, os agradecería me los enviarais.

Los ejemplos mencionados son todos de “tipos malos” haciendo cosas “buenas.” Hay, claro está muchos otros casos de “tipos buenos” haciendo cosas “malas.”

Notas

[1] Washington Post, 17 de agosto de 2008

[2] Chicago Tribune, 25 de septiembre de 2004

[3] Associated Press, 17 de noviembre de 2008

[4] New York Times, 3 de octubre de 2008

[5] Nelson Mandela, Long Walk to Freedom (1994) p.278; William Blum, Rogue State, chapter 23, "How the CIA sent Nelson Mandela to prison for 28 years"

[6] BBC, 26 de octubre de 2008

[7] New York Times, 9 de noviembre de 2008

[8] Associated Press, 9 de noviembre de 2008

[9] Vea mi artículo en: http://www.killinghope.org/superogue/terintro.htm


William Blum es autor de:

Killing Hope: US Military and CIA Interventions Since World War 2

Rogue State: A Guide to the World's Only Superpower

West-Bloc Dissident: A Cold War Memoir

Freeing the World to Death: Essays on the American Empire

Partes de estos libros [en inglés] pueden ser leídas, y copias firmadas compradas, en:

www.killinghope.org

http://www.zmag.org/zspace/commentaries/3700

Friday, November 14, 2008

La investigadora Eva Golinger denuncia que Estados Unidos tiene cinco bases de operaciones en Venezuela


14-11-2008

Desde ellas se conspira, se elabora propaganda política y se financian organizaciones de la oposición


ABN

La abogada denunció este miércoles la existencia en el país de cinco consulados de EE.UU. no autorizados por el Ministerio de Relaciones Exteriores, desde donde se conspira, se elabora propaganda política y se financian organizaciones de la oposición para realizar acciones contra el Estado venezolano.


La abogada y escritora estadounidense Eva Golinger, denunció este miércoles la existencia en el país de cinco consulados de los Estados Unidos no autorizados por el Ministerio de Relaciones Exteriores, desde donde se conspira, se elabora propaganda política y se financian organizaciones de la oposición para realizar acciones contra el Estado venezolano.

La denuncia la formuló ante la Comisión Especial de la Asamblea Nacional que investiga los planes de golpe de Estado y Magnicidio contra el presidente de la República, Hugo Chávez. Allí atendió la invitación para que brindara su aporte en torno a los mecanismos de financiamiento utilizados por actores y organizaciones para desarrollar campañas de desestabilización en el país. Estos consulados o "rincones americanos" como los llaman también, estarían ubicados en los estados Lara, Nueva Esparta, Monagas, Bolívar y Anzoátegui.

Calificó la situación de preocupante ya que estos consulados, conocidos también como "rincones americanos o satélites”, tienen cerca de tres años funcionando en el país, sin estar permisados por el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores. Por otra parte, la escritora denunció que partidos de la oposición y organizaciones no gubernamentales que hacen vida en el país, continúan recibiendo financiamiento de instituciones norteamericanas como la NED ( National Endowment for Democracy) .

En este orden de ideas, Golinger denunció que alcanzan hasta 300 estas organizaciones y entre las nuevas, denunció a Podemos y Un Nuevo Tiempo (UNT). Igualmente, consignó ante la Comisión Especial una serie de documentos y pruebas con las cuales fundamenta su denuncia.

Por su parte, el presidente de la comisión, Mario Isea, explicó que toda esa documentación será incorporada a la investigación y de esa manera sustanciar aún más el informe final, el cual será entregado después de las elecciones regionales del 23 de noviembre. Asimismo, denunció amenazas de muerte contra él y su familia, de las cuales responsabilizó personalmente al gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales, a Alberto Federico Ravell y a Miguel Enrique Otero.

Recordó que Ravell amenazó de muerte a José Vicente Rangel y el anterior Jefe de la Policía del Zulia le mando saludos a él por los medios de comunicación social cuando iba a ser detenido, “ese saludo tiene una interpretación”, dijo Isea. Reiteró que de cualquier cosa que le pase a su familia por cumplir con su deber de denunciar la corrupción en el país y los planes de desestabilización y magnicidio, “lo hago responsable”.

Tuesday, November 11, 2008

Las elecciones en EE.UU. Mesianismo o movilización popular

Vicenç Navarro
Sistema
11-11-2008


Las limitaciones de gran número de reportajes sobre EE.UU.

Los reportajes e informes sobre las elecciones de EE.UU. se han centrado mucho en la personalidad del candidato vencedor Obama, y muy poco en el contexto que ha determinado su victoria. Este énfasis en la personalidad, que algunos autores críticos han definido como “mesianismo”, despolitiza un hecho que es profundamente político. En realidad, la victoria de Obama no se puede explicar sin entender el enorme enfado de las clases populares de EE.UU. hacia las instituciones políticas de aquel país, un enfado que antecede la campaña de Obama y que ha alcanzado su cenit con la crisis financiera y la ayuda del gobierno federal a la banca (Wall Street). Mientras mucho se ha hablado de la crisis financiera y económica, poco se ha hablado de la enorme crisis política de EE.UU. que es la causa de la crisis financiera (como explicaré en el texto), y sin la cual, Obama hubiera sido una mera nota de pie de página en estas elecciones. Lo que tales medios parecen no apercibirse es de que no es Obama el que creó la movilización popular, sino que ésta, (resultado de una enorme frustración por parte de las clases populares hacia la clase política) fue la que hizo posible la candidatura de Obama. El énfasis sobre Obama, ignorando el contexto político que lo hizo posible es asumir (como constantemente y erróneamente se hace) que la historia la escriben “grandes personajes”. Lo que está ocurriendo en EE.UU. muestra el error de este supuesto. Y lamento que gran parte de los medios en España (y en EE.UU.) han incurrido en este error. Me explicaré. Pero antes me siento en la necesidad de añadir una nota biográfica. He vivido treinta y cinco años en EE.UU. participando activamente en la vida académica (como profesor de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la The Johns Hopkins University) y vida política (como asesor al candidato a la Presidencia de EE.UU. durante las primarias del Partido Demócrata de 1984 y 1988, y como miembro del grupo de trabajo, dirigido por la Sra. Hillary Clinton, en la Casa Blanca, encargado de realizar la reforma sanitaria. Serví en tal grupo de trabajo a petición del Rainbow Coalition, que representa la izquierda del Partido Demócrata y que está compuesto por los sindicatos, el movimiento de los derechos civiles, el movimiento feminista y el movimiento ecológico). En España, fui la persona encargada de elaborar el programa social del candidato Josep Borrell durante las primarias del PSOE en el año 2000, y soy asesor al gobierno d’Entesa de Cataluña. Creo pues conocer bien ambos países. Paso ahora a contar la situación de EE.UU.

La democracia muy incompleta de EE.UU.

La gran mayoría de reportajes sobre EE.UU. han idealizado su sistema político. Ni que decir tiene que tal sistema político tiene elementos muy positivos. Uno de estos es el sistema de primarias, un sistema en el que todos los candidatos para cualquier cargo electivo tienen que competir dentro de cada partido por el voto de los miembros del partido (y en ocasiones de sus simpatizantes). Este es el aspecto que ha centrado más reportajes realizados por analistas españoles que comentan tales primarias con cierta envidia, pues las primarias en los partidos de España, en caso de existir, no tienen en general (aunque han habido claras excepciones) la vitalidad y diversidad que existe en EE.UU.

Otro aspecto que es muy positivo del sistema democrático estadounidense son los referéndums a nivel local y estatal (a nivel de cada uno de los cincuenta estados) que son vinculantes. Así, en el documento donde se votó el martes constaban no sólo los nombres de los candidatos, sino también los referéndums sobre los que se tiene que votar a nivel de los estados. No existen, sin embargo, referéndums a nivel de todo el país. Esta dimensión positiva de la democracia no existe en la democracia española, donde no existe la posibilidad de consultar a la ciudadanía, mediante referéndums a nivel local y autonómico (a no ser que exista la aprobación previa del Estado). Esta ausencia parecería responder al temor que existe en las estructuras de poder de España (todavía muy centralizadas) hacia la opinión popular.

Estos dos componentes muy positivos de la democracia estadounidense –las primarias y los referéndums- están enormemente limitados, sin embargo, por la privatización en la financiación del sistema electoral. En el sistema electoral de EE.UU. los candidatos pueden recibir tanto dinero como sean capaces de conseguir. La mayoría de este dinero se gasta en comprar tiempo de exposición en las televisiones, todas privadas, que se venden al mejor postor sin ningún tipo de regulación o control. Cada candidato, Obama y McCain se ha gastado más de 2.400 millones de dólares en la campaña electoral. Aquellos que quieran pueden conseguir financiación pública, pero la mayoría de candidatos no lo hacen pues es una cantidad reducida y les limita en cuanto a la cantidad de dinero que puedan utilizar.

Y la mayoría de estos fondos no vienen, como frecuentemente se dice, de pequeñas aportaciones de 20 o 30 dólares enviados al candidato por la persona normal y corriente, sino que son grandes cantidades procedentes de grupos empresariales, financieros, profesionales, y grupos de interés y presión, así como del 30% de renta superior del país que contribuyen hasta un máximo de 2.300 dólares en las primarias y un tanto semejante para las elecciones presidenciales. Este dinero le llega directamente al candidato o a asociaciones que promueven al candidato y que no están sujetas a los límites de contribuciones individuales a los que están sujetas cuando el dinero va al candidato directamente. Obama, por ejemplo, recibió 414.863 dólares de las compañías de aseguramiento sanitario privado, y McCain, 274.729 dólares de las mismas fuentes. Una parte también procede de las agencias promotoras de intereses empresariales basadas en Washington, que se conocen como lobbies. Obama dijo rechazar dinero de los lobbies basados en Washington, pero recibió dinero (y mucho) de los intereses financieros (basados en Wall Street) y empresariales. No es cierto que la mayoría de sus fondos procedían de aportaciones de menos de 200 dólares. Sólo un 20% de las aportaciones individuales vinieron de tal tipo de contribuciones.

El origen del dinero varía según el momento de la campaña. Así, al principio, cuando el candidato no es todavía conocido, el dinero procede de grupos financieros y empresariales que intentan influenciar al candidato. Así Obama había recogido 100 millones de dólares antes de que empezaran las primarias. Estos fondos incluían fondos de grupos inmobiliarios y capital financiero. Es más tarde, cuando los candidatos son conocidos, cuando las aportaciones individuales juegan un papel mayor, siendo su porcentaje mayor a medida que prosiga la campaña. Parte del éxito de la campaña de Obama fue el movilizar tres millones de donantes para garantizar un flujo constante de 200 euros o cantidades semejantes. La mayoría de contribuciones, sin embargo, son mayores que tales cantidades y proceden del 30 por ciento de renta superior de la población. (ver capítulo II “Como entender la Situación Política de EE.UU” en Navarro, V. La situación política en EE.UU, Anagrama, 2008).

Tal sistema de financiación discrimina a los candidatos de izquierda, como Kucinick o Edwards, que no consiguen aportaciones de los grupos empresariales o de los sectores más pudientes de la población. Los 100 millones que Obama tenía al principio de la campaña, contrastaban con los 3 millones que tenía Edwards o los 650.000 dólares que tenía Kucinick. Es cierto que hay grupos importantes progresistas, como los sindicatos, que también contribuyen a las campañas electorales, pero son cantidades en absoluto comparables a las que proveen grupos financieros y empresariales. El dinero que dan las nueve empresas más importantes de EE.UU. a las campañas electorales es cincuenta veces mayor que las aportaciones que dan todos los sindicatos. Este maridaje entre la clase empresarial (conocida en EE.UU. como Corporate Class) y la clase política es lo que se llama Washington y provoca un gran rechazo por parte de las clases populares. En realidad, a mayores contribuciones por parte de la clase empresarial al proceso político, mayor abstención de la clase trabajadora, que es plenamente consciente de que la clase política no representa sus intereses. En realidad, el 80% de la ciudadanía no cree que el Congreso de EE.UU. refleje sus intereses.

Es sorprendente que tal sistema político sea alabado en España, presentándolo como modélico. Su aplicación en España significaría que las campañas electorales estarían financiadas por la banca, las cajas, Telefónica, Repsol, MAPFRE, y un largo etcétera, así como por aportaciones procedentes del 30% de renta superior del país. Es más, no habría ninguna regulación de los medios radiofónicos y televisivos, de manera que los que pudieran conseguir más dinero podrían tener mayor tiempo de exposición sin ningún tipo de limitación. Es preocupante que tal sistema político haya conseguido las alabanzas que ha estado recibiendo de muchos articulistas y tertulianos españoles.

Las consecuencias de tal privatización del sistema electoral son enormes. No sólo excluyen a las izquierdas, sino que reproducen una clase política enormemente estable. Según el Instituto de análisis electorales, Common Cause, el 92% de los candidatos que reciben más dinero en las campañas ganan las elecciones. Hay pues una relación clara entre dinero y capacidad de ser elegido. Por otra parte, la mayoría del dinero va a políticos que ya han estado elegidos en elecciones previas (y en grado menor a los que se presentaron para desbancarlos del cargo político). De ahí que del 85% el 94% de representantes elegidos que se presenten de nuevo, salen reelegidos, reproduciéndose así la clase política más estable de todas las clases políticas de las democracias occidentales.

No es pues de extrañar que la mayoría de la ciudadanía no se encuentre representada por el Congreso de EE.UU. (o por otras cámaras representativas) participando poco en el proceso electoral, una escasa participación que paradójicamente es favorecida por la clase política. Me di cuenta de ello cuando en el año 1988, la delegación del candidato Jackson (del cual yo era parte) se reunió con la delegación del candidato ganador de las primarias del partido Demócrata, el Sr. Dukakis para pactar las condiciones de apoyo del primero al segundo. Una de tales condiciones era que el Partido Demócrata diera fondos para facilitar el registro de votantes (en EE.UU. una persona debe registrarse antes de poder votar). Pronto vi que muchos representantes no estaban muy a favor de ello. La causa era sencilla. Si el gobernador demócrata del Estado de Maryland gana las elecciones del Estado de Maryland en la que sólo vota el 30% de la población, necesita sólo un 16% para ganar, un porcentaje relativamente fácil de conseguir a partir de políticas clientelares. Si aumenta el porcentaje de votantes, tendría que aumentar el apoyo necesario para ganar, con lo cual favorece que no haya un aumento del voto.

Se me dirá, ¿y por qué la gente no se rebela, votando a otros partidos? La respuesta presenta la segunda gran deficiencia del sistema estadounidense: el sistema bipartidista mayoritario, no proporcional. El ciudadano en la práctica puede votar sólo al Partido Republicado o al Demócrata. Y el que tiene la mayoría de votos consigue todos los delegados de la circunscripción. En estas condiciones es muy difícil para un tercer partido el ganar las elecciones, pues, a no ser que gane más del 51% del voto, se queda sin ningún delegado, independientemente de que haya conseguido el 49% o el 1% de los votos. De ahí que la misión histórica de un tercer partido es perjudicar (restando votos) al partido más próximo. Así, Perot facilitó la victoria de Clinton, perjudicando a Bush padre. Y Nader perjudicó a Gore que perdió a Bush hijo. Este bipartidismo es otra de las causas de que la ciudadanía se encuentre frustrada. En realidad, si EE.UU. tuviera un sistema electoral proporcional, las distintas sensibilidades que aparecen durante las primarias de los dos partidos mayoritarios serían partidos políticos. En un sistema bipartidista mayoritario, sin embargo, es un error crear partidos, pues pierden su capacidad de influencia, que es lo que pasó con el Partido Verde (Nader) que posibilitó la victoria de Bush hijo. Existe pues una enorme alienación de la población hacia la clase política percibida como cautiva de los intereses económicos del mundo empresarial (conocida como la Corporate Class en EE.UU.). De ahí que todos los candidatos se hayan tenido que presentar como “anti-Washington”.

Este patrocinio empresarial de los candidatos explica que las diferencias entre tales candidatos (que existen y que son muy importantes) son mucho menores que las diferencias existentes entre las izquierdas y derechas en España. En realidad el candidato Obama es un candidato de centro y en terminología española y en algunas áreas y propuestas (como su propuesta sanitaria) está a la derecha del PP. No pide por ejemplo la existencia del derecho a acceso a los servicios sanitarios aceptada por la derecha española. No es cierto, de hecho, que Obama haya pedido la universalización del derecho de acceso a los servicios sanitarios. En realidad, Obama cuando habla de universalizar los servicios sanitarios para los niños (no existe la propuesta de garantizar cobertura universal a la población adulta), quiere decir que obliga a todos los padres a que compren pólizas de aseguramiento sanitario privado para sus hijos. De la misma manera que para conducir un coche se requiere un aseguramiento del coche, la propuesta de Obama es que cada padre tiene que asegurarse de que su(s) hijo(s) tiene(n) un aseguramiento sanitario privado. Es cierto que facilita desgravaciones y subsidios, pero no garantiza que el Estado sea el que universalice tales derechos. Exige, en su lugar, que los ciudadanos compren su propio aseguramiento. Ni que decir tiene que el programa de Obama es mucho mejor que el de McCain, pero esto no quiere decir mucho en términos europeos. La propuesta de que sea el Estado el que garantice tal derecho (lo que en EE.UU. se llama single payer, siguiendo el modelo canadiense) no ha sido aceptado por Obama, pues considera que, aún cuando tal sistema sería el más aconsejable, implicaría un enfrentamiento con las compañías de seguro (que han financiado en parte su campaña) que considera inviable en la situación política de EE.UU. Esta propuesta es la deseada por la mayoría de la ciudadanía (2/3 de la población) (ver mi artículo Navarro,V. “Yes we can! Can we? The next failure of Health Care Reform”. A CounterPunch special report, en mi blog www.vnavarro.org, sección EE.UU.

Otra aclaración. El gran énfasis en las personalidades debilita enormemente la democracia. Es sorprendente que medios de información que son, con razón, muy críticos hacia sistemas mesiánicos fijados en la figura de un redentor, hayan seguido prácticas mesiánicas hacia Obama, reproduciendo una característica del sistema estadounidense, que al centrarse en personalidades, despolitiza la política estadounidense. Es un síntoma de inmadurez política el enfatizar las personalidades, promocionándolas como se promueve cualquier otro producto comercial. Ello se realiza a pesar de que la mayoría de la población expresa su descontento con tal énfasis mediático, prefiriendo que se discutan las propuestas, en lugar de las personalidades. En realidad, ha habido muy pocos programas que analicen en detalle las propuestas hechas por los candidatos excepto en la reproducción de eslóganes propagandistas como la llamada al cambio sin que se explicite a qué cambio se está refiriendo.

La alienación de la población y el fenómeno Obama

El enorme descontento de la población estadounidense ha sido lo que ha posibilitado a Obama presentarse como una alternativa a Washington, al ser muy nuevo en Washington, y al haberse opuesto a la guerra de Irak, dos credenciales de gran poder hoy en EE.UU. A ello se añade su condición de ser afro americano, que en sí constituye un elemento de cambio y corrección de una gran injusticia social, añadiéndose a ello la enorme crisis financiera y económica que ha movilizado a grandes sectores populares para echar a Bush. El éxito de Obama fue aprovechar el gran descontento de la ciudadanía hacia el establishment político para promover y liderar su candidatura. Y la dirección del Partido Demócrata se veía claramente como parte del establishment. Mucho se ha hablado de la enorme impopularidad de Bush. Pero lo que no se ha dicho es que el Congreso Estadounidense, controlado por el Partido Demócrata era incluso más impopular. En el 2004 el Congreso pasó a ser controlado por el Partido Demócrata con el claro mandato de retirarse de Irak, sin que ello ocurriera durante su mandato. El Congreso continuó apoyando la ocupación de Irak. Una situación semejante ocurrió con otras demandas tales como la universalización de los servicios sanitarios que la población desea pero que el Congreso no realiza (debido en parte a los dineros que congresistas en comités clave han recibido en sus campañas electorales de compañías de seguros que financian y gestionan la sanidad estadounidense).

Este descontento se ha ido incrementando con la crisis financiera motivada, por cierto, por la crisis política. Tal crisis se inició a partir de los años del Presidente Reagan cuyas políticas públicas han polarizado la distribución de las rentas en EE.UU., con un descenso de la capacidad adquisitiva de las clases populares (un obrero de 30 años recibe un salario que es un 17% más bajo que el existente en 1980), y un incremento de las rentas superiores, que alcanzan unos niveles de gran exuberancia. En realidad, la renta del 1% de la población de renta superior es mayor que la suma de la renta de 40% de la población de EE.UU. Mientras que en 1980 (el inicio de la revolución liberal), un ejecutivo de una gran empresa cobraba cuarenta veces lo que ganaba un trabajador promedio, en el año 2000, el primero ganaba cuatrocientas veces más que el segundo. Ganaba en un día lo que el trabajador ganaba en todo un año. Nunca antes (desde la Gran Depresión) se habían alcanzado unos niveles de desigualdad semejantes. Mientras que los salarios han descendido desde 1996 al 2001, las rentas de la decila superior han incrementado durante el mismo periodo un 58%. Y tal polarización ha significado también una disminución de la movilidad vertical de la ciudadanía, de manera que paradójicamente, en el mismo periodo en que un Afro americano es elegido Presidente, dando una imagen de movilidad racial, las posibilidades para que una persona que vive en la última decila de renta del país deje tal nivel son las más bajas de los países de la OECD de nivel comparable al de EE.UU. (ver George Irwin. Super Rich. The Rise of Inequalities in Great Britain and in the U.S. Polity Press.- 2007.

Nos encontramos pues, en una situación en que la mayoría de la ciudadanía está superendeudada, mientras que las grandes rentas están invirtiendo en actividades especulativas que originan las burbujas especulativas y las crisis financieras. (ver Navarro, V. De lo que no se habla en la crisis financiera. Sistema Digital, Octubre 2008). Esta polarización de las rentas es también responsable de la gran influencia del capital financiero en la vida política que alcanza su máxima expresión cuando Wall Street controla la agencia federal que debe regular la banca establecido por el gobierno Bush. De ahí que la crisis financiera moviliza todavía más a las clases populares votando por lo que perciben puede ser un cambio.

¿Habrá cambio con Obama?

Está claro que el voto por Obama y por el Partido Demócrata es un voto por cambio. Votó el 64% del electorado, con un 36% de abstención. Los tres grupos que votaron más masivamente por Obama fueron los afro americanos (el 93% de los votantes negros), los hispanos (66% de los votantes hispanos) y jóvenes (el 66% de los votantes jóvenes). Y dentro de la raza blanca, a menor renta, mayor apoyo a Obama, alcanzando un 44% entre los trabajadores blancos. Las mujeres han votado a Obama más que a McCain (aunque las blancas votaron más a McCain que a Obama).

Estos grupos, la clase trabajadora y sectores amplios de las clases medias han sido las fuerzas que han presionado más por el cambio. Y para desarrollarlo, Obama tendrá que ir más allá que su programa. En realidad su programa es muy moderado lo cual explica el apoyo de The Financial Times y The Economist que están preocupados por el desprestigio del gobierno federal de EE.UU. y de las elites gobernantes de aquel país. Ni que decir tiene que la elección de Obama, el primer afro americano elegido presidente, es de un enorme simbolismo que explica la gran celebración de su elección entre las personas progresistas del mundo. Es la culminación de la lucha de derechos civiles en aquel país. Como lo puso muy claramente Jay-Z, el famoso cantante negro, “Rose Park se sentó en un autobús a fin de que Martin Luther King pudiera andar. Martin Luther King anduvo y anduvo para que, un día, un Obama pudiera correr, y ahora Obama correrá para que podamos votar”. Es un gran día para EE.UU. y para toda la humanidad.

Pero desde el punto de vista de la reforma profunda que el país (y el mundo) necesita, las limitaciones de su programa son grandes, tipificadas por el conflicto entre las grandes influencias empresariales y financieras que le apoyaron y sus bases electorales más movilizadas que exigen un cambio. Y que esto ocurra depende de la movilización de estas bases. Después de todo, Franklin Roosevelt también fue un candidato moderado que presionado por las movilizaciones populares estableció el New Deal (que ni siquiera estaba en su programa cuando salió elegido por primera vez). Lo mismo podría ocurrir con Obama. Y hay indicios que podrían ser así. Un ejemplo ocurrió sólo hace unas semanas cuando Obama apoyó la propuesta Bush de ayudar a la banca comprándole las hipotecas basura, propuesta hecha por el Secretario del Tesoro que había sido dirigente del Banco Goldman Sacks. Tal proyecto definido por el Senador Sanders del Estado de Vermont (el único Senador perteneciente a la Internacional Socialista) como la “Instrumentalización más abusiva del estado federal por parte de la banca que ha ocurrido en EE.UU.” fue modificado por el Partido Demócrata pero de una manera muy insuficiente. La protesta de las bases del Partido Demócrata hizo que se fueran incorporando cambios. Pero el cambio más significante fue la protesta popular (liderada por los Sindicatos) que forzó que Obama y el Partido Demócrata añadieran otra propuesta, la de que el Gobierno Federal invirtiera 150.000 millones de dólares en infraestructuras y servicios públicos como manera de crear empleo, propuesta que no estaba en su propuesta inicial. Es más, los sindicatos exigieron que se incorporaran economistas keynesianos a los liberales que predominaban en su equipo económico, a lo cual Obama accedió. De no continuar tal presión popular, podría ocurrir lo que le ocurrió a Clinton en 1992, cuando tras ganar las elecciones con un programa socialdemócrata de tipo keynesiano (más progresista que el de Obama y que incluía el establecimiento de un programa universal de salud), dejó de desarrollarlo debido a la presión de Wall Street a través de su secretario del Tesoro, Robert Rubin (que hoy asesora a Obama). Una consecuencia fue que en 1994, en las elecciones al Congreso, el votante demócrata, enfadado con Clinton, dejó de votar, aumentando la abstención de las bases electorales del Partido Demócrata, con lo que el Partido Republicano, con el mismo número de votos que en las elecciones anteriores, en 1990, ganó y se inició la revolución de Gingrich, una de las épocas más reaccionarias en la historia de EE.UU. De ahí la enorme importancia de que para que la espléndida victoria de Obama inicie el cambio deseado por la mayoría de las clases populares, se requiera un cambio mayor que el propuesto por el candidato y ahora Presidente Obama. Y esto no ocurrirá a no ser que la movilización popular que hizo posible que Obama fuera Presidente ahora haga posible tal cambio. La historia la escribe no los grandes personajes, sino las clases populares cuando se movilizan.

Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra y Profesor de Ciencias Políticas de la The Johns Hopkins University

Thursday, November 06, 2008

Las elecciones y la responsabilidad del intelectual a decir la verdad al poder: Doce razones para rechazar a Obama y apoyar a Nader/McKinney

James Petras
Rebelión
03-11-2008

Las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, una vez más, proporcionan una prueba de fuego de la integridad y conducta consecuente de los intelectuales de los Estados Unidos. Si es el deber y responsabilidad del intelectual público a decir la verdad al poder, las declaraciones recientes de la mayoría de nuestros eruditos públicos más conocidos y de mayor prestigio han fracasado estrepitosamente. En lugar de poner de relieve, desenmascarar y denunciar las políticas domésticas e internacionales reaccionarias del candidato por el Partido Demócrata, Senador Barack Obama, han preferido apoyarlo, "de una manera crítica, ofreciendo como excusas que hasta 'diferencias limitadas' pueden tornarse positivas, y que 'Obama es el mal menor' y 'crea la oportunidad de la posibilidad de un cambio'".
Lo que hace estos argumentos insostenibles es el hecho de que las declaraciones públicas de Obama, sus principales asesores en política, y los que probablemente configuren sus políticas desde el gobierno han trazado abiertamente una política internacional altamente belicosa y una política económica doméstica profundamente reaccionaria, totalmente en línea con Paulson-Bush-Wall Street. En cuanto a los temas principales de guerra, paz, crisis económica y el salvajismo ejercido sobre la clase asalariada de Estados Unidos, Obama promete ampliar e intensificar las políticas que la mayoría de los estadounidenses rechaza y repudia.
Doce razones para rechazar a Obama
1.Obama promete repetida y públicamente intensificar la intervención militar estadounidense en Afganistán, aumentando el número de soldados estadounidenses, extendiendo sus operaciones y participando en ataques transfronterizos sistemáticos. Dicho de otro modo, Obama es un belicista mayor que Bush.
2.Obama ha declarado públicamente que su régimen ampliará la "guerra contra el terrorismo" mediante ataques por tierra y aire a gran escala sobre Pakistán, intensificando así la guerra de forma que incluya los pueblos y las ciudades considerados favorables a la resistencia afgana.
3.Obama se opone a la retirada de los soldados estadounidenses de Iraq; prefiere su recolocación desde las zonas de combate a ubicaciones de entrenamiento y logística, dependientes de la capacidad militar del ejército iraquí para derrotar a la resistencia. Obama se opone a dar una fecha para la retirada de los soldados estadounidenses de Iraq porque éstos son esenciales para perseguir sus políticas generales en el Oriente Medio, que incluyen confrontaciones militares con Irán y Siria, y en el sur del Líbano.
4.Obama ha declarado su apoyo incondicional al Lobby pro-Israel y las políticas belicosas, expansionistas y coloniales del estado judío. Ha prometido respaldar los ataques militares israelíes, sea cual sea el coste para los Estados Unidos. Su servilismo despreciable a Israel se hizo evidente durante su discurso en la conferencia anual del AIPAC (Comité de Actividad Política entre Estados Unidos e Israel) celebrada en Washington en 2008. Han sido sus principales asesores, de vínculos notorios y antiguos con las más altas jerarquías de las principales fábricas de propaganda sionista y con los presidentes de las principales organizaciones judío-estadounidenses, quienes escribieron el discurso y formulan su política para el Oriente Medio.
5.Obama ha prometido atacar a Irán si éste continúa procesando uranio para sus programas nucleares. En dos ocasiones, apenas unas semanas antes de las elecciones, el candidato a vicepresidente de Obama, Joseph Biden, indicó con absoluta claridad unos "puntos de conflicto" (Irán, Afganistán, Pakistán, Rusia y Corea del Norte), recalcando que Obama "respondería con fuerza". Los asesores de más alto rango para el Oriente Medio de Obama incluyen a conocidos sionistas como Dennis Ross, muy vinculado al "Centro de Política Bipartidaria", que publicó un informe que sirve de programa detallado de acción para la guerra contra Irán. La propuesta de Obama de negociar con Irán es poco más que un pretexto para dar a Irán un ultimátum: la entrega de su soberanía o una monumental agresión militar.
6.Obama apoya incondicionalmente la expulsión por parte de Israel de los palestinos y la extensión de los asentamientos en Cisjordania, la causa principal de hostilidad en el Oriente Medio, de guerra y del descrédito de la política estadounidense en la región. Con tres docenas de personas que ponen a Israel como prioridad entre sus principales organizadores de campaña, asesores políticos, escritores de discursos y probablemente los candidatos a puestos de gobierno, no hay prácticamente ninguna esperanza de "influir desde dentro" o de "aplicar presión popular" con el fin de cambiar la sumisión servil de Obama al poder sionista. Al apoyar a Obama, los "intelectuales progresistas" son, de hecho, aliados de sus mentores sionistas.
7.En cuanto a la política nacional, los asesores económicos claves de Obama tienen credenciales impecables de Wall Street. Aprobó sin cuestionar e inmediatamente el rescate, con dinero de los contribuyentes, propuesto por el Secretario del Tesoro Paulson, de $700 billones a los bancos de inversión más ricos de los Estados Unidos. Obama no ha cuestionado ni a Paluson ni a los bancos el uso de fondos federales destinados a rescatar y adquirir bancos en vez de ceder préstamos y créditos a productores y familias que tienen que pagar su casa. El respaldo de Obama a Paulson y el rescate de Wall Street se equipara con sus propuestas mezquinas de suspender los juicios hipotecarios durante tres meses, pendientes de la renegociación de intereses. Obama propone intensificar las transferencias de fondos gubernamentales hacia instituciones financieras mal gestionadas y corporaciones capitalistas en bancarrota con el fin de salvar un capitalismo fracasado en lugar de instaurar nuevos programas públicos de inversión a largo plazo y de gran envergadura que generen empleo bien pagado para los trabajadores.
8.El equipo económico de Obama ha abrazado abiertamente la ideología y práctica del "mercado libre" y su oposición a cualquier inyección importante de fondos gubernamentales en la actividad productiva de propiedad pública y servicios sociales, y así hacer frente al fracaso del sector privado, la corrupción y el colapso generalizados.
9.Obama abraza los planes de la sanidad privada fracasada, gestionada y controlada por las corporaciones aseguradoras, las asociaciones conservadoras médicas y hospitalarias, y las grandes compañías farmacéuticas. Rechaza públicamente un programa de sanidad nacional y universal basado en el programa federal de éxito, Medicare, para favorecer planes privados, orientados al máximo beneficio y subvencionados por el Estado, ineficaces, costosos y fuera del alcance de más de un tercio de familias estadounidenses.
10.Obama es y continúa siendo defensor de las grandes compañías agrícolas y su programa de fabricación de etanol, altamente subvencionado y rentable. Este programa ha incrementado los precios alimentarios para millones de estadounidenses y cientos de millones de personas en el resto del mundo.
11.Obama defiende la continuación del embargo criminal a Cuba, la confrontación hostil con el populista Presidente Chavez de Venezuela, y con otros reformadores en América Latina, la política engañosa de promocionar el proteccionismo para Estados Unidos y el acceso del mercado libre en América Latina. Sus asesores más importantes sobre América Latina proponen cambios cosméticos de estilo y diplomacia, pero apoyo implacable de la hegemonía estadounidense.
12.Obama no ha propuesto ni prevén sus asesores de mercado libre y sus partidarios financieros billonarios ningún plan comprensivo o estrategia para sacarnos de una recesión que se profundiza cada vez más. Al contrario, la serie de medidas fragmentarias presentada por Obama es inconsistente en el plano interno: La austeridad fiscal es incompatible con la creación de puestos de trabajo; el rescate de Wall Street desvía fondos necesarios para la inversión productiva; y la persecución de nuevas guerras socava la recuperación doméstica.
CONCLUSIÓN
Los intelectuales, quienes, en nombre del "realismo", apoyan a un político que abraza abierta y públicamente nuevas guerras, rescates billonarios con fines lucrativos, programas de sanidad gestionados por el sector privado, contradicen sus propias exigencias como "críticos responsables". Son lo que C. Wright Mills llamó "realistas chiflados" abdicando su responsabilidad como intelectuales críticos. Al aparentar que apoyan "el mal menor", promocionan el "mal mayor": La continuación, durante cuatro años más, de gran recesión, guerras coloniales y la alienación popular. Es más, son aliados de los grandes medios de comunicación, de los partidos poderosos y del sistema legal que ha dejado al margen cuando no excluido abiertamente a los candidatos alternativos, Ralph Nader y Cynthia McKinney, quienes sí hablan claro y se oponen a la guerra, a los rescates de Wall Street y proponen la inversión pública real y a gran escala en la economía doméstica, un programa de sanidad universal y financiado por un solo fondo, políticas económicas sostenibles y que protegen el medio ambiente, y políticas redistributivas de los ingresos a largo plazo y de gran envergadura.
Lo que es torpe e inaceptable es el argumento de estos intelectuales (que representan un grano insignificante en el trasero del asno Demócrata) que su "apoyo crítico" de la máquina política de Obama abrirá espacio donde quepan ideas radicales. Los sionistas y los militaristas civiles controlan por completo la política de guerra de Obama en el Oriente Medio. No habrá espacio para la paz en Irán, Palestina, Pakistán, Afganistán o Iraq. Wall Street controla la política financiera de Obama: No habrá espacio para que algún progresista de Cambridge introduzca a hurtadillas una limosna para las familias que pierden su casa.
Si las tesorerías sindicales multimillonarias que han gastado cien millones de dólares en cada campaña presidencial no han conseguido ninguna legislación progresista en los últimos 50 años, ¿no es una ilusión que nuestros "intelectuales públicos" progresistas imaginen que ellos, en su espléndido aislamiento institucional, pueden "presionar" al Presidente Obama a renunciar a sus asesores, partidarios y la defensa pública de la intensificación militar en favor de la paz con Irán y la promoción de la justicia social para nuestros trabajadores y desempleados?

Monday, October 20, 2008

Mar de fondo en el frente agrario

La Confederación Rural vuelve a reivindicar a la Dictadura

Ezequiel Meler
Noticias del Sur

21-10-2008

La chispa la encendió, nuevamente, Néstor Roulet, vicepresidente de CRA (Confederación Rural Argentina), en la apertura de la “Expo Venado” que organizó la Sociedad Rural de Venado Tuerto. En declaraciones recogidas por La Capital, sostuvo:
“Mi maestra de Historia decía que tres instituciones hicieron grande la Argentina: la Iglesia, el Ejército y el campo. Ojalá que de nuevo activemos esto, porque con estas tres instituciones y el resto de la sociedad la Argentina tiene que ser realmente un país grande, como se merece, no un país chico como lo es ahora.” [1]
Además, Roulet apuntó a los legisladores:
“Les digo a todos los legisladores, que aquel que levante la mano para apoyar el presupuesto nacional tiene que ser considerado traidor a la patria” [2]
Por supuesto, declaraciones de semejante magnitud despertaron el inmediato repudio, no sólo de diferentes sectores sociales y políticos, sino de sus propios colegas en la Mesa de Enlace: los miembros de la “progresista” Federación Agraria Argentina.
En ese sentido, dirigentes venadienses como el peronista Julio Eggimann, el socialista Fabián Vernetti, así como el dirigente de FAA, Pedro Peretti, salieron a expresar su repudio a las declaraciones de Roulet, que calificaron de “disparatadas”, y que denunciaron como una “apología de la Dictadura”. [3]
También el actor Raúl Rizzo, actualmente trabajando en una producción teatral rosarina sobre la vida del caudillo Manuel Dorrego, se manifestó duramente:
“Si estas basuras están invocando a un Ejército que torturó embarazadas, hizo desaparecer personas y cometieron cualquier tipo de atropellos, a mí me van a encontrar del lado de su enemigo, y cuando digo eso lo digo en todas las instancias”, señaló Rizzo. [4]
Pese a los insistentes rumores de una ruptura en la Mesa de Enlace, debido a la escasa solidaridad sectorial de los “grandes” –la Sociedad Rural y CRA- respecto de los pequeños y medianos productores, rumores que corrieron con más fuerza a partir de las declaraciones de Roulet, esta opción fue descartada de plano por el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi. En declaraciones a Radio Dos de Rosario, Buzzi tomó distancia de Roulet, pero señaló que:
“Seguiremos actuando las cuatro entidades en conjunto para resolver los problemas del presente. Sería un disparate romperla”, afirmó Buzzi. [5]
La postura de la entidad había quedado asentada en un comunicado, en el que sus dirigentes sostuvieron:
“La FAA enfrentó las políticas neoliberales y concentradoras durante la última dictadura, y lo sigue haciendo hoy. Los pequeños y medianos productores, finalmente, nada tenemos que ver con la historia de sangre y saqueo que reivindicó Néstor Roulet durante la inauguración de Expo Venado 2008.” [6]
El propio Roulet, a la vista de que sus declaraciones no pasaron desapercibidas, salió a señalar que la frase en cuestión había sido “sacada de contexto”, ya que él se refería al Ejército de “Manuel Belgrano o San Martín”. Concluyó afirmando que no avalaba “ninguna historia de saqueo o de sangre” [7] .
No obstante, no es la primera vez que los dirigentes de CRA incurren en estos “errores”. Hace poco más de un año, el titular de CARBAP -la poderosa entidad ganadera que constituye el corazón de Confederaciones Rurales Argentinas-, Pedro Apaolaza, había pronunciado un encendido discurso reivindicando al fallecido represor Luis María Mendía, señalando al mismo tiempo que el gobierno estaba integrado por “delincuentes subversivos”, como Miguel Bonasso y Carlos Kunkel. [8]
Luis María Mendía fue responsable del Plan de Contrainsurgencia Terrorista de la Armada Argentina, y fue uno de los ideólogos del lanzamiento de prisioneros vivos al mar. No precisamente un militar “sanmartiniano”.
Lo cierto es que resulta positivo que ocurran estos sinceramientos. De este modo, nos vamos conociendo mejor.

[1] Véase La Capital, Rosario, 14/10/2008
[2] Ibídem.
[3] Véase La Capital, Rosario, 15/10/2008.
[4] Véase La Capital, Rosario, 16/10/2008.
[5] Véase La Capital, Rosario, 18/10/2008.
[6] Véase Crítica de la Argentina, 17/10/2008.
[7] Véase La Capital, Rosario, 18/10/2008.
[8] Véase Página 12, Buenos Aires, 17/05/08.